martes, 24 de febrero de 2015

D. Manuel Berruezo Ayora (1816-1874). Parte I


Don Manuel nació en el municipio almeriense de Turre el 20 de agosto de 1816. Era hijo del militar de caballería, hacendado, Cabo del Resguardo y héroe de la Guerra de la Independencia, Don Cleofás Berruezo de Aro y Doña Juana Ayora Guevara, hija del veterano militar y empleado de la Real Hacienda D. Fernando Ayora Mellado.

Criado en el ambiente de la naciente burguesía liberal de la época tardo-fernandina, esa nueva élite social que tomaría las riendas del Estado en el reinado de Isabel II, pasó su infancia, posiblemente, a mitad de camino entre Almería capital y el levante almeriense.

D. Ramón Orozco Gerez
(Fotografía tomada del Dicc. 
biográfico de Almería. I.E.A.)
El 9 de septiembre de 1838 contrajo matrimonio en Carboneras con la que fue su gran amor de juventud, Doña Carmen Caravaca Hernández, natural de Níjar (Almería). Cinco años más tarde, en 1843, D. Manuel Berruezo y hermanos se asentaron como comerciantes, con géneros traídos de las Islas Baleares, en una pedanía del municipio de Vera llamada Garrucha. En poco tiempo se convertiría en un comerciante muy destacado, con el monopolio en la exportación de jaboncillo, entrando en los círculos de amistad y en los negocios de familias almerienses tan importantes como, por ejemplo, los Orozco. Con el patriarca de esta familia, Don Ramón Orozco Gerez, el hombre más importante de la Almería de su época, mantuvo una estrecha amistad. Dicho también sea de paso que D. Ramón Orozco estaba emparentado con la familia Berruezo, ya que estaba casado con Dña. Ana Segura Berruezo.

El factor principal que determinó que D. Manuel se asentara en Garrucha fue la mayor importancia que cada vez iba cobrando esta pedanía de Vera, ya que, como puerto natural del levante almeriense, era por donde se exportaban e importaban los géneros mercantiles y, además, con el inicio del boom de la minería almeriense se construyó en Garrucha, por D. Ramón Orozco y socios, en 1841, la fundición San Ramón para beneficiar los minerales de plomo argentífero traídos de la prolífica Sierra de Almagrera, cuyos ricos filones fueron descubiertos en 1838. El levante almeriense se convirtió en poco tiempo en uno de los principales centros metalúrgicos productor y exportador de España.

Sobre el comercio que ejercía Don Manuel Berruezo Ayora en Garrucha nos da idea el listado de Mercaderías que se inventarió en 1872 con motivo de la partición de bienes tras la muerte de su primera esposa: Cacahuetes, azúcar, madera, café, palma, cebada, jaboncillo en piedra y en polvo, jabón, tela cañamazo para envasar jaboncillo, arroz, barrilla, trigo, pleita, bacalao, cogollo de palma, sal, petróleo, enseres navales… Destacando por encima de todas las mercancías, el jaboncillo (talco) con más de 1.700 toneladas de este producto repartidos en sus almacenes de Garrucha, Somontín y Lúcar. Durante décadas fue, sin lugar a dudas, el Rey del Jaboncillo, estando por encima en esta clase de comercio de otras importantes familias de comerciantes como los Huelin, Orozco o Anglada. Durante muchos años obtuvo la contrata exclusiva para la explotación de las ricas minas de jaboncillo de Somontín. En Garrucha disponía de molino para la molienda de este mineral.

Sello de su Casa Comercial presente en sus cartas:
ALMACENES DE GÉNEROS COLONIALES Y DEL PAÍS
FÁBRICA DE JABONCILLO
MANL. BERRUEZO
GARRUCHA

Col. José Berruezo García

El jaboncillo o talco fue y es un mineral muy demandado por su polivalencia. Sus usos hoy día son muy diversos tanto a nivel industrial como doméstico para hidratar y evitar irritaciones en la piel. Industrialmente destaca su uso en las cerámicas, la industria de la pintura, insecticidas, materiales para techado, la industria del hule, relleno de productos asfaltados, papel, fabricación de inodoros, textiles, cosmético, farmacéutico...

La gestión empresarial de Don Manuel estaba enfocada, principalmente, al comercio al por mayor, destacándose como uno de sus grandes clientes la sociedad Alesán y Hermanos del Comercio de Barcelona; dada la gran cantidad de cartas comerciales que han sobrevivido hasta nuestros días. De su carácter como comerciante da fe, por ejemplo, en carta a los citados señores de Barcelona a fecha 15 de agosto de 1854, donde, a raíz de la Revolución de 1854 (también conocida como la Vicalvarada), que sacudió todo el país y que provocó la caída del gobierno moderado en España dijo: "Por aquí todo está tranquilo, y sólo falta dinero para negociar, y aprovechar la ocasión, por la paralización de otros, que el miedo les hace no atreverse a seguir los negocios. Cosa que a la verdad yo desprecio altamente."

BOPA: Relación de comerciantes de Garrucha (11/5/1864)

Las malas infraestructuras terrestres de Garrucha hacían inviable económicamente el transporte por tierra de mercancías, es por ello que Don Manuel fue también consignatario de buques, ya que el único medio de expansión comercial era a través del mar. Su actividad mercantil era esencialmente marítima, por lo que el fletamento de buques de carga que llevasen sus productos y los miles de quintales de talco (jaboncillo) a Europa y otros puntos de España era una de sus labores. La Casa Berruezo fue, por tanto, una de las casas de consignación más antiguas y prestigiosas habidas en Garrucha, que estuvo en activo más de 100 años.

El dinamismo comercial de Don Manuel Berruezo Ayora le llevó a amasar una gran fortuna, siendo uno de los hombres más prósperos del levante almeriense y, particularmente, de Garrucha. Dada su posición invirtió también en la naciente industria minera, que empezaba a generar enormes beneficios a aquellos que tenían la capacidad económica para desarrollarse en esta nueva forma de negocio.

[Continuará]

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