lunes, 23 de febrero de 2015

D. Bernardo Berruezo Gerez (1875-1908). Parte III


Bernardo, aparte de comerciante, consignatario de buques, periodista, político… tuvo tiempo en su intensa vida para servir también a Garrucha como secretario municipal del Ayuntamiento. De 1905 a 1906 ostentó este cargo, cuya dimisión se produjo el 31 de enero de 1906, justamente a los treinta días de que su hermano D. Pedro asumiera las riendas del gobierno de Garrucha como Alcalde. No es descabellado pensar que para una persona tan dada a las relaciones y viajes comerciales el trabajo de secretario municipal era una atadura para su gestión empresarial.

Por otro lado, Bernardo se rodeó con la crema y nata cultural e intelectual de Almería. Fue un destacado miembro del Casino de Garrucha, lugar de encuentro de la alta burguesía garruchera para hablar, en un clima distendido, de política, negocios, cultura… Asimismo contaba entre sus amigos con, por ejemplo, el célebre poeta D. José Durbán Orozco, con el que pasó muchas tardes recitando poesía y animó a éste a la publicación de su libro Tardes Grises, o el importante novelista, abogado, periodista y diputado republicano D. José Jesús García Gómez.

También quiso adentrarse en el mundo judicial y en 1907 fue uno de los letrados candidatos que optaban a la plaza de fiscal para el juzgado municipal de Garrucha, plaza que al final no consiguió.

Todo parecía ir sobre ruedas para Bernardo, que iba comiéndose día tras día el mundo. Muy pocos a su edad habían conseguido tanto y vivido tan intensamente como él. Su gestión comercial no tenía parangón y la Casa Berruezo parecía que con él al frente de los negocios familiares tenía un futuro muy prometedor en el siglo XX. Pero dicen que todo lo bueno tiende a acabar alguna vez y en esta ocasión de manera sumamente cruel y dolorosa. Unas inesperadas fiebres palúdicas acabaron con la vida de Don Bernardo Berruezo Gerez en Garrucha el 27 de junio de 1908, a la temprana edad de 33 años. Ni los tres mejores médicos de Almería, permanentemente en su lecho, pudieron salvarle la vida, ni hasta cinco doctores reunidos en cónclave pudieron con la enfermedad, ante la impotencia de sus padres, hermanos y su esposa, la ahora viuda Dña. Isabel Cervantes García, con la que se había casado en 1902.

Tanto la prensa almeriense como la nacional se hicieron eco del fallecimiento de Bernardo. He aquí algunos ejemplos:

Nota de La Independencia (Almería, 1/7/1908)

Nota de El Liberal (Madrid, 13/7/1908)
Sr. Dr. de LA CRÓNICA MERIDIONAL
Muy señor mío: Después de larga enfermedad, falleció en esta localidad el día 27 del pasado Junio, el conocido político y comerciante D. Bernardo Berruezo Gerez.
El finado, que reunía excelentes cualidades, ha sido muy sentido por todos.
Su entierro fue una verdadera manifestación de duelo, habiendo estado concurridísimo.
Nuestro más sentido pésame a su distinguida familia.
(La Crónica Meridional, Almería, 12 de julio de 1908)
Contrastes de la vida
Dos solemnidades se han verificado en la Iglesia Parroquial de Garrucha, ambas muy concurridas, y que despertaron encontrados sentimientos en todos. El sábado honras fúnebres por el alma del inolvidable y querido amigo D. Bernardo Berruezo: el domingo, la primera misa celebrada por el novel presbítero y también querido amigo D. Antonio Moreno Quesada.
Gran muchedumbre invadió el templo el sábado; inmensa concurrencia lo llenó el domingo.
Para asistir a la fúnebre ceremonia llegó a Garrucha gran contingente de amigos del finado, procedentes de Vera, Cuevas, Turre y Mojácar, deseosos de manifestar sus simpatías a la distinguida familia de Berruezo. La nave central de la espaciosa iglesia era pequeña para contener la larguísima fila de bancos reforzados por dos filas más de sillas, y allá en el fondo, presidiendo el duelo, D. Simón Fuentes y D. Diego Cervantes, hermanos políticos del finado; D. Cleofás Berruezo y D. José Fuentes Berruezo, parientes también muy cercanos del pobre Bernardo. Por las capillas, enlutadas que lloraban, amigos que contenían sus lágrimas en el pañuelo.
En el centro altísimo túmulo rodeado de coronas: una de la viuda afligidísima; otra de los padres, ¡de los desconsolados viejos!, las demás, de sus hermanos, de sus sobrinos, de varios amigos, del Casino de Garrucha…
Comenzó la solemne vigilia… llegó el postrero requiescat in pace… empezó a desfilar la concurrencia… La mañana era espléndida; la hermosa estación brindaba con todas sus galas a gozar de la vida… Y sin embargo, la muerte implacable había congregado toda aquella gente para llorar al querido amigo, al activo hombre de negocios, al hijo ejemplar, al esposo amante…
Si la hora del duelo es también la de cantar las alabanzas del finado ¡cuánto no podría decirse del pobre Bernardo!
¡Qué consuelos hemos de llevar a su familia! No contened las lágrimas. ¡Lloradlo! ¡Bien se lo merecía! ¡Pero no olvidad tampoco que Dios, en su inmensa misericordia, lo habrá atraído a su seno!
El Corresponsal.
Garrucha 6 de Julio de 1908.
(La Independencia, Almería, 8 de Julio de 1908)
Las excelentes cualidades de Bernardo como persona quedaron manifiestas en su funeral, donde acudieron todas las clases sociales a despedir y acompañar a tan importante y trascendente joven en la Historia de Garrucha en su camino hacia el eterno descanso en el Panteón familiar. Seguramente de no haber fallecido la historia de la familia Berruezo hubiera sido distinta y posiblemente también la de Garrucha.
A su muerte, sus prósperos negocios fueron asumidos por su padre y por su hermano D. Francisco.

La Casa Berruezo se vistió años de luto, los espejos fueron cubiertos con trapos negros, se prohibió reír, hablar en tono elevado, etc. Nunca fue bastantemente llorada la muerte de este gran hombre. Su temprana muerte le ha quitado el protagonismo que se merece en la Historia de Garrucha y no ha sido lo suficientemente estudiado por parte de los actuales historiadores del levante almeriense.

Su efímera vida sólo la concibió de una forma: luchar intensamente contra las injusticias sociales y por el progreso de su querido pueblo, nunca se rindió en su misión y pensó que la regeneración del municipio era posible. Como él mismo dijo en uno de sus artículos donde soñó con una futura y próspera Garrucha en un hipotético año 1920: Los pueblos que de inertes se transforman en laboriosos y trabajan por su engrandecimiento, consiguen lo que vosotros habéis logrado: Hacer de un país miserable, una inagotable fuente de riqueza.
Mito en vida, su muerte dio paso a la leyenda familiar del gran Bernardo Berruezo Gerez.

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