miércoles, 30 de noviembre de 2016

1916: Vera y Garrucha regidas por los Berruezo


Ayuntamientos de Vera y Garrucha a principios del siglo XX.

En 1916 se dio la circunstancia histórica, y única hasta la fecha, de que Vera y Garrucha estuvieron gobernadas por los Berruezo.

En Garrucha era Alcalde don Pedro Berruezo Gerez, sobre el cual se ha escrito ya en diversas ocasiones, por lo que se remite al lector al artículo “el Alcalde del pueblo”, así como a las diversas entradas dedicadas a su reseña biográfica. (Ver: Parte I y siguientes).

En Vera, el 1 de enero de 1916 el Gobernador Civil nombró, por Real Orden, Alcalde del municipio a don Isidro Berruezo Ponce.

[…] En el acto el Sr. Alcalde saliente Don Miguel González Ramírez, después de felicitar cariñosamente al Sr. Don Isidro Berruezo Ponce, le cedió el sillón presidencial entregándole el bastón y demás insignias de su mando.
Todos los Sres. Concejales presentes felicitaron al nuevo presidente Don Isidro Berruezo Ponce, de quien esperan una honrada administración y grades beneficios para este pueblo.
El Señor Alcalde Don Isidro Berruezo Ponce dio las gracias a la Corporación por su cariñoso recibimiento, ofreciendo en su razonado y discreto discurso cumplir fielmente con los deberes de su cargo y velar constantemente por la tranquilidad del vecindario y por la pureza de la administración municipal.[…]
(Actas Capitulares, Sesión de 1 de enero de 1916. Archivo Municipal de Vera)
Entre la burocracia administrativa del gobierno municipal y los pequeños rifirrafes propios de las políticas locales de la época, se pueden destacar algunos hechos acaecidos durante su mandato:

En la sesión plenaria del 2 de mayo de 1916 se acordó lo siguiente:

Los Señores Concejales asistentes, secundando con gran satisfacción la feliz y patriótica iniciativa del Ayuntamiento de Lemoa (Vizcaya), por unanimidad acordaron para testimoniar una vez más la admiración y respetuoso afecto que todo español siente por S.M. el Rey Don Alfonso XIII (q.D.g.), admiración, veneración y entusiasmo que si cupiera en nuestro pecho sería mayor aún el conocer la gran obra de redención que felizmente lleva a cabo Nuestro Soberano con motivo de la catástrofe que tiene horrorizado y en conmoción al mundo, logrando la libertad de tantos y tantos seres condenados a muerte y cautiverio por consecuencia funesta y fatal de la guerra y facilitando con solicitud paternal noticias de sus hijos a tanta madre afligida, sin distinguir jamás de nacionalidades sin más estímulo ni recompensa que satisfacer los impulsos de su alma caritativa y que la Providencia en sus altos designios disponga la terminación de esta horrible lucha que tan hondamente preocupa su magnánimo y noble corazón de Rey: Que se eleve respetuosa instancia al Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros, solicitando en nombre de este Ayuntamiento representación del pueblo de Vera, que se conceda a S.M. el Rey la gran Cruz de Beneficiencia, demostrando con ello el saltar sobre las reglas y procedimientos que regulan esta materia, que el hidalgo pueblo español, lleno de admiración y plausible orgullo quiere solo por una vez ejercer sus funciones de soberana para conceder honores a su muy amado Rey, en cuya única y regia prerrogativa reside la facultad de concederla.
(Actas capitulares. Sesión de 2 de mayo de 1916. Archivo Municipal de Vera)
Este noble gesto de la Municipalidad de Vera se refiere a la Oficina Pro Cautivos, un organismo fundado por Alfonso XIII y costeado de su bolsillo al margen del Gobierno (para no afectar a la neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial) con el propósito de dar respuesta a las familias que no sabían nada de sus parientes militares o civiles en zona de guerra e interceder a favor de los prisioneros. Gracias a los importantes contactos que poseía el Rey en los países beligerantes y al ejército de voluntarios españoles que participaron en esta misión, se pudo ayudar a unas 200.000 personas entre militares y civiles, salvando a una enorme cantidad de soldados de morir fusilados, repatriando a muchas familias a lugares seguros, organizando barcos–hospital y asegurándose de que no fueran atacados, así como poner a miles de prisioneros en contacto con sus familiares. Es considerada una de las mayores acciones humanitarias en la Historia y le valió a Alfonso XIII la candidatura al Premio Nobel de la Paz.

En otro sentido, en 1916 Vera contaba con unos 8000 habitantes, la mayoría jornaleros, mineros, labradores… que sufrían la carestía de trabajo como consecuencia de la paralización de las actividades comerciales e industriales derivadas del conflicto bélico que estaba desangrando Europa. Por ello, en aquellos penosos años aumentó la pobreza y consecuentemente las enfermedades, por lo que el Ayuntamiento en agosto acordó aumentar la plantilla de Médicos Titulares a tres, como se lee en la siguiente acta capitular:

El propio Sr. Presidente (D. Isidro Berruezo Ponce) expuso a la consideración de los Señores asistentes la conveniencia, o mejor, la necesidad de crear una tercera plaza de Médico Titular dado el considerable número de familias pobres que existen en la localidad y a las cuales no pueden prestar la debida asistencia los dos Titulares. Los Señores asistentes de acuerdo en todo con lo expuesto por el Sr. Alcalde convinieron en la necesidad de crear esta plaza, acordando por unanimidad que se consigne en el proyecto de presupuesto cantidad bastante para dotarla [...].
(Actas capitulares. Sesión de 7 de agosto de 1916. Archivo Municipal de Vera)
Sin embargo, en diciembre de 1916 todavía no se había tramitado la creación de la tercera plaza titular ni, por tanto, el concurso público para cubrirla. Ante la imperante necesidad de contar con un nuevo médico en Vera, don Isidro Berruezo propuso que desempeñara de manera interina este empleo el licenciado en medicina don Eduardo Yañez Montes:

El Sr. Presidente (D. Isidro Berruezo Ponce) expuso: Que en vista de que se hace materialmente imposible que los dos Médicos Titulares actuales presten asistencia al considerable número de familias que por las circunstancias por las que atraviesa el país han ido a formar en los padrones de pobres, proponía  la Corporación que mientras no se tramita el expediente para la creación de la tercera titular, y mientras esta plaza no se proveé por concurso, se nombre con el carácter de interino Médico Titular de este municipio al Licenciado Don Eduardo Yañez Montes, atendiendo de esta manera y sin perder momento los sacratísimos intereses de los necesitados. Los Señores asistentes por unanimidad hicieron suyas las palabras del Sr. Presidente y, así mismo por unanimidad quedó designado Médico Titular interino de esta Ciudad el Licenciado Don Eduardo Yañez Montes, que deberá ejercer su cargo desde el primero de Enero del año próximo.
(Actas capitulares. Sesión de 25/12/1916. Archivo Municipal de Vera)
Finalmente, don Isidro Berruezo Ponce dejó la Alcaldía poco tiempo después, el 11 de febrero de 1917, ya que ese día en sesión plenaria fue designado Alcalde, por Real Orden remitida por el Gobernador, don Francisco Cervantes Caparrós. No obstante, no se apartaría del servicio público, pues pasó a ostentar el cargo de Regidor Interventor del Ayuntamiento de Vera y formó parte de las Comisiones de Hacienda y Pósitos.

D. Pedro Berruezo Gerez
Alcalde de Garrucha en
1906-1914, 1916,
1918-1923 y 1931.
Su mandato duró poco más de un año y fue relativamente tranquilo, burocrático, sin grandes políticas municipales. A diferencia de su primo D. Pedro Berruezo Gerez que fue Alcalde 15 años, sobre don Isidro no es posible hacer un juicio extenso sobre su gestión, dado el escaso tiempo que estuvo al frente del Ayuntamiento, aunque todo parece indicar que fue un político liberal sensato, conciliador, bondadoso y de principios morales. Además, se sabe que viajó a Almería en alguna que otra ocasión para demandarle al Gobernador mejoras para Vera.

A nivel biográfico, don Isidro nació en Vera el 15 de mayo de 1874. Era hijo de D. Antonio Berruezo y Berruezo, Interventor de Minas del distrito de Garrucha e Inspector de Minas de la provincia de Almería, y de Dña. Isabel Ponce Garrido. Asimismo, era sobrino del Brigadier de Ejército D. José Antonio Berruezo y Berruezo, héroe de las Guerras Carlistas y de la de África. De profesión Procurador de los Tribunales, se casó en Vera el 1 de octubre de 1913 con Dña. Antonia Pinar Gómez y falleció en el mismo el 19 de noviembre de 1929, a los 55 años, víctima de una hemorragia cerebral.


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