viernes, 4 de noviembre de 2016

Don José López López, el paño de lágrimas de los pobres


D. José López López. Hacia 1905
Don José López López nació en Garrucha el 4 de noviembre de 1866. Era hijo de D. Juan Salvador López Soler y Dña. Ana María López García.

Su padre fue una destacada personalidad de la Garrucha del siglo XIX. Fue político y concejal liberal largos años, prácticamente desde la constitución del municipio en 1861, y participó en el primer gobierno democrático, de tinte liberal progresista, emanado tras el derrocamiento de la Monarquía Isabelina en 1868. Don Juan S. López estuvo muy comprometido con el pueblo y se sabe que a finales de la centuria era todavía concejal en el Consistorio. Sin lugar a dudas, fue una figura muy respetada entre los liberales del municipio. Además de político, López Soler fue Agente Consular de Italia y Turquía, consignatario de buques y un relevante comerciante, exportando hierro a Estados Unidos y naranjas a Inglaterra y Francia.

Criado en el seno de una familia de profunda convicción liberal y democrática, nuestro biografiado no tardó en seguir los pasos de su padre y consagraría su vida al servicio público.

Don José López López fue un apasionado político liberal de tendencia republicana en Garrucha.

Tal fue su fama como orador y político defensor de clase obrera que diversos pesos fuertes de la política local como el prócer republicano posibilista D. Francisco Berruezo López, el médico republicano y célebre masón D. Pedro Grima de los Ríos, y elementos populares como el albañil y el entusiasta concejal liberal D. Manuel Salmerón López y D. Diego Campoy López lo propusieron como candidato a Diputado a Cortes en las Elecciones Generales de 1893. Sin embargo, no prosperó la propuesta.

En poco tiempo se erigió como uno de los grandes referentes del liberalismo más progresista y socialista del municipio, siendo largos años concejal y Alcalde de Garrucha en 1894 y 1905.

De su gestión como Alcalde en 1905 destaca, según escribió el periódico El Ferrocarrilico de Cuevas del Almanzora (27/5/1905), el cese del monopolio de la carne, por lo que todo aquel que tuviese dicho género podía venderlo; el restablecimiento del sistema métrico decimal en el comercio; una mayor preocupación por la limpieza de las calles para mejorar la salubridad del vecindario; la consideración y respeto a todo el mundo, terminando así las odiosidades y rencores políticos que habían originado una gran tensión en la población; y seguir mejorando el pueblo cuando lo fueran permitiendo los ingresos municipales.

A partir de 1906, don José López se alineó políticamente en torno a los Berruezo, ya que desde ese año hasta su muerte acaecida en 1914 fue Teniente de Alcalde bajo la Presidencia del Ayuntamiento por parte de su gran amigo don Pedro Berruezo Gerez. Este paso a la segunda fila de la política local le sirvió en cierto modo como control a su, a veces, apasionamiento ideológico, ya que Berruezo moderó en ocasiones la exaltación política de López.

Concejales electos de Garrucha en 1909.
Nota del periódico El Radical (Almería, 8/12/1909)

Sin lugar a dudas, fue uno de los hombres de máxima confianza del querido Alcalde don Pedro Berruezo y juntos trabajaron en un clima de concordia por el progreso social y económico de Garrucha.

Su cercanía y empatía con los obreros lo hicieron tremendamente popular en Garrucha, siendo además su representante en el Ayuntamiento y en la Junta Local de Reformas Sociales.

Alcalde D. Pedro Berruezo Gerez
Don José López López y el señor Berruezo encarnaron en
Garrucha esa nueva política regeneracionista y reformista
de principios del siglo XX que fue especialmente sensible
a las demandas de la clase obrera.
Col. José Berruezo García
En las huelgas era habitual verlo apoyando a los trabajadores en demanda de las mejoras laborales que reclamaban y en ocasiones llegó a entrevistarse ante los patrones para negociar las citadas mejoras.

La lucha de la clase obrera siempre fue su lucha y ello le llevó a enfrentarse en algunos momentos a los malos capitalistas que oprimían al trabajador en una época en la que el obrero se encontraba prácticamente sin derechos y a merced de las arbitrariedades de empresarios sin escrúpulos.

En 1910 impulsó la fundación del importante sindicato “La Unión Obrera” y al frente del mismo trabajó firmemente por la dignidad, defensa y los derechos de los trabajadores.

Se destacan a continuación algunos artículos ilustrativos sobre el objetivo del sindicato recogido en su Reglamento de la Sociedad de Cargadores y Descargadores de Mar y Tierra de Garrucha denominada “La Unión Obrera”:

Art.1: El objeto para el que esta Sociedad se crea es el de mejorar las condiciones morales y materiales de los obreros, sus asociados: velar porque en los trabajos y faenas en que se ocupen se les considere y atienda y se les pague en la forma y cuantía que merezcan sus esfuerzos y sacrificios.
Art.3: Establecer centros instructivos para fomentar el desarrollo intelectual de los asociados y proporcionar enseñanza gratuita a los hijos de los mismos menores de edad.
Art.4: Facilitar a todo asociado que lo necesite médico, medicinas y alimentos en las enfermedades que puedan sufrir ellos, sus padres, sus esposas o sus hijos.
Pero como Teniente de Alcalde, don José López no sólo destacó como defensor de los más desfavorecidos, también tuvo reseñables actuaciones en otros campos.

Se preocupó enormemente de la educación de los niños y de recompensar sus logros estudiantiles como forma de estimularlos en el estudio, ya que ellos eran el futuro de Garrucha y de España. En este sentido, en 1908, con ocasión de la visita del Inspector de Instrucción Primaria se celebró un acto para premiar a los pequeños estudiantes y lo que aconteció en el mismo quedó recogido en la prensa. En el artículo que se transcribe a continuación de manera resumida se le menciona como Alcalde, aunque en esos momentos era realmente Alcalde accidental de Garrucha, ya que don Pedro Berruezo se encontraba ausente del municipio en esos días.

Ejemplo digno de imitar
La venida a este pueblo del celoso Inspector de primera enseñanza de la provincia, era deseada por infinidad de niños y niñas de las diferentes escuelas existentes en la localidad, porque al fin iban a ver coronados sus desvelos y realizadas sus aspiraciones. Se veía, no obstante, en ellos la intranquilidad propia en esa edad, por el acto trascendental que iban a realizar; mas cuando vieron llegar al Sr. Inspector y les dirigió la palabra, su mirada dulce y tranquila a pesar de su seriedad, penetró de tal manera en el ánimo de los niños, cautivó de tal modo sus inocentes corazones, que lejos de infundirles miedo, se acercaban a él como pudieran hacerlo al más cariñoso de los padres. [...]
Esto unido al celo del señor Alcalde (accidental) D. José López López ha hecho que el entusiasmo en Garrucha, raye la locura.
El paño de lágrimas de los pobres, D. José López López ha recibido en esta ocasión rendido homenaje de gratitud y reconocimiento. [...]
El Alcalde de Garrucha ha dado muestras inequívocas de su entrañable amor a la enseñanza y a la cultura de su pueblo. [...]
¡Había que ver a la primera autoridad local, en medio de los ordenados escolares, acto seguido de premiarlos, en justicia, ofreciéndoles dulces a granel y exhortándoles con su infatigable celo el porvenir! ¡Había que contemplar aquel hermoso cuadro, y oír a cada momento los improvisados y entusiastas vivas que brotaban de sus juveniles pechos, aclamando al Sr. Alcalde, al Sr. Inspector y a nuestra querida patria!
La pluma del más distinguido literato nunca retrataría el hecho con todo su esplendor.
No quedó uno en las escuelas de ambos sexos que no obtuviera su recompensa. En unos se premió el talento; en otros la asidua aplicación; en muchos su intachable honradez; en otros sus bonitos discursos y proclamas a la bandera y finalmente en los parvulitos la asistencia puntual a sus diferentes clases.
No contento el celoso Alcalde con las varias y hermosas medallas traídas de la ciudad condal, preparó al efecto todos cuantos objetos de capricho, útiles y necesarios existían en los comercios de la localidad, consistentes en cortes de traje para niñas, trajes enteros y ropa interior, pañuelos de seda de diferentes precios, estuches “necesaire” de importancia y otras cosas más inferiores, muñecas de regulares tamaños y otros muchos objetos que sería prolijo enumerar.
Según cálculos aproximados, podemos asegurar que el entusiasmo del Sr. Alcalde D. José López López en su laudable deseo de premiar la aplicación de los hijos de su pueblo, le ha originado el desembolso de unas mil pesetas.
Este hecho encantador, digno de imitar, que de ninguna manera podía quedar oculta, y que forma una gloriosa página en los anales de esta villa, ha sido una eficaz y verdadero estímulo, en primer lugar, para la juventud estudiosa y en segundo para despertar a los retraídos.
Los niños y niñas que ostentan hoy en el pecho sus medallas, no se cambian por los más ricos potentados.
[...]
(El Radical, Almería, 24 de octubre de 1908)
Por otro lado, tuvo acciones destacables en su lucha por combatir la propagación de epidemias en Garrucha.

En 1905, siendo Alcalde de Garrucha, el sarampión asoló al municipio, por lo que decretó que para evitar más contagios los cadáveres fueran conducidos directamente al cementerio, sin pasar por la Iglesia y las principales calles de la población, rompiendo con una tradición que se hacía en esos momentos inviable desde el punto de vista de la salud pública. Gracias a esta y otras medidas se logró reducir la epidemia.

Don José López López (marcado con X), con bastón de Alcalde, junto a otras personalidades como don Antonio Lacal,
don Simón Fuentes, don Pedro Berruezo, don Pedro Gea, etcétera en el Pabellón de la Caseta de Sanidad de Garrucha en 1905.
Extraída del libro Memoria Fotográfica de Garrucha (1838-1936): La Historia Quieta

En la primavera de 1911 surgió en el levante almeriense una epidemia de tifus, siendo particularmente duras sus consecuencias en Vera. En Garrucha, apenas se dieron casos gracias a las gestiones que desarrollaron incansablemente personalidades como D. José López. Trabajó incansablemente junto a don Pedro Berruezo y los médicos del municipio estableciendo medidas sanitarias que evitaran la propagación de este mal en la población. Por su destacable actuación le valió que la prensa solicitara para él la Cruz de Beneficencia.

Nota sobre el tifus del periódico La Independencia de Almería (27/4/1911)

Pero don José López fue algo más que político en Garrucha. También fue periodista, siendo corresponsal de los periódicos La Crónica Meridional y El Radical de Almería, así como del Ferrocarrilico de Cuevas del Almanzora. Asimismo, a finales del siglo XIX fundó y fue director de los periódicos garrucheros El Levante y El Látigo, con los cuales se dedicó de manera enérgica a la defensa de las causas obreras, los intereses generales del municipio y del levante almeriense.

Nota de La Crónica Meridional (Almería, 13/11/1889)

Además, fue un garruchero de pro, pues contestaba en la prensa todo artículo negativo que de manera injusta hiciese cualquier forastero sobre el municipio.

Este infatigable político y periodista también quiso ser Fiscal de Garrucha en 1907, aunque no lo logró.

Finalmente, don José López López murió en Garrucha víctima de la tuberculosis el 8 de marzo de 1914, a los 47 años. En el momento de su fallecimiento era Presidente de su querido e ilustrado sindicato “La Unión Obrera”. Le sucedió en el cargo el otro gran defensor de la clase obrera, su amigo don Pedro Berruezo Gerez. El señor López dejó desconsolada viuda, Dña. Emilia Rodríguez Sánchez, y tres hijas: Ana, Andrea y Josefa López Rodríguez.

Cuando corrió la noticia de su muerte en Garrucha, la casa del finado de la calle Colón se abarrotó de centenares de personas deseosas de acompañar a la familia en tan dolorosa pérdida. Su entierro fue multitudinario, con asistencia masiva de las clases populares que lloraron desconsoladamente a uno de sus grandes valedores.

Hoy día, el que fue calificado en vida como “el paño de lágrimas de los pobres”, yace en Garrucha en el más remoto de los olvidos a pesar de ser uno de los grandes defensores de los derechos de los obreros en una época de gran penuria para ellos.

Sirva este modesto artículo, en el 150 aniversario de su nacimiento, en reconocimiento y homenaje a la labor de don José López López, el hombre que fue la palabra armada de la clase obrera.


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