![]() |
Vista panorámica de Garrucha en 1900. Fotógrafo: F. de Blain (http://www.portalmanzora.es/a/modules.php?name=coppermine&file=displayimagepopup&pid=6217&fullsize=1) |
Don Juan Francisco Berruezo
Torres (1829-1907) fue uno de los personajes más importantes de la Garrucha decimonónica. Como ya se vio en su reseña biográfica, fue Abogado de los Tribunales
Nacionales, Fiscal de la Comandancia Militar de Marina de Almería, Alcalde de
Garrucha en 1865, 1866, 1883 a 1884 y 1886 a 1887, Concejal del Ayuntamiento, Juez Municipal y de Paz, Asesor Jurídico de Marina del Distrito al que pertenecía Garrucha, etc.
Con motivo de la publicación del
primer número del siglo XX del periódico garruchero El Eco de Levante, la redacción del semanario solicitó la participación de diversas personalidades del municipio para conmemorar tal efeméride. Entre ellas, Don Juan Francisco Berruezo colaboró y elaboró el artículo que se transcribe a
continuación, en el que repasó de manera sencilla y genérica la Historia de
Garrucha hasta entonces, hasta 1901. El escrito constituye una fuente ineludible para
conocer el pasado de la villa y fue consultado por D. Ramón de Cala y López, y
D. Miguel Flores González-Grano de Oro para la realización de su libro Historia de Garrucha, publicado en 1921. Este artículo sobre Garrucha en el siglo XIX complementa muy bien el balance comercial e industrial que hizo D. Bernardo Berruezo Gerez en 1899 sobre el municipio. Ver: Garrucha en 1899.
GARRUCHA EN EL SIGLO XIX
Esta
población, aunque moderna en su desarrollo, data del tiempo de la dominación
musulmana, reconociéndose como vestigios de aquella época, los muros que
existieron en la parte N. del pueblo, que parecían indicar que allí hubo una
fortaleza o punto avanzado que sirviera como de atalaya para las comunicaciones
con los demás pueblos del interior, creencia muy admitida al ver aún en la
parte más alta de las cordilleras de la Ballabona y Sierra Almagrera, torreones
que indican la relación que tuvieron con los de Garrucha.
Estos
muros fueron completamente destruidos para utilizar los materiales en la
construcción en 1865 de la Iglesia Parroquial, que es la misma que hoy existe,
sobre la base de la Capilla que se edificó en este mismo paraje en 1804, por el
gremio de mareantes, el cual costeaba un sacerdote que en ciertos días decía
misa en aquel reducido local. En ella había un cuadro de San Joaquín, bajo cuya
advocación estaba y sigue esta Parroquia, cuando que se conserva aún en la
actualidad, y sirve para recuerdo de su creación.
En
1873 se declaró Parroquia independiente, separándose de la de Vera, de que
dependía, siendo el primer Cura Párroco, el Coadjutor que servía la Capilla, D.
Esteban Ruiz Carrillo.
Garrucha
venía dependiendo desde 1488, en que los Reyes Católicos conquistaron estos
territorios, de los pueblos de Mojácar y Vera, estando dividido su pequeño e
insignificante caserío por la rambla que baja de las Tierras Royas,
perteneciendo cada ribera a uno de estos pueblos. Esto producía, como era
natural, grandes perturbaciones económico-administrativas en su gestión local,
por lo que reunidos en común acuerdo la mayoría de sus habitantes, que eran
oriundos de Vera, se dirigieron a la Superioridad, en demanda, que fue
concebida, de ser adscritos a Vera, bajo la jurisdicción de un Alcalde Pédaneo,
por lo que quedó fuera de su dominio el Castillo o Fortaleza, construido en
1772, llamado de Jesús Nazareno, que quedó perteneciendo a Mojácar, como
actualmente, a pesar de que hoy sirve de Casa Cuartel de la Compañía de
Carabineros, cuyos Jefes residen en Garrucha.
Creciendo
las necesidades de este pueblo, efecto del descubrimiento de las minas de
Sierra Almagrera, en 1838, fueron desarrollándose en grande escala los
negocios. Así vemos que en 1840 se estableció la primera Fundición de plomo
argentífero, (en el local que después ocupó el Martinete) cuyos socios eran
partícipes de la mayoría de la mina Observación del barranco Jaroso, de Sierra
Almagrera. Aquella Fundición, representada por los Sres. Orozco, llevó el
nombre de San Ramón.
Poco
después se estableció en el país, como industrial de gran talla, por su
inteligencia y capital, D. Guillermo Huelin, que aunque en un principio se
avecindó en Garrucha, después se retiró a Palomares, donde construyó la
Fundición San Javier, que aún existe en poder de la Compañía de Águilas.
En
1860 se establecieron los Sres. Anglada, con su fundición San Jacinto, y así
sucesivamente fueron creándose importantes empresas al calor de la riquísima
Sierra Almagrera.
La
primera casa comercial, pues, fue la de los Sres. Orozco, cuyos negocios
consistían en un principio en barrillas y cereales, llegando a un grado de
florecimiento notabilísimo. Después se estableció en 1843 la de D. Manuel Berruezo
y Hermanos, con géneros traídos de las Baleares. Estas primitivas casas han
desaparecido ya.
Los
aludidos Sres. Orozco, ávidos de nuevos negocios, crearon en 1858 una sociedad
que construyó el Martinete, para la fundición de los minerales de hierro de
Sierra de Bédar, negocio que empezado bajo grandes auspicios, fracasó poco
después, no se sabe por qué causas.
Como
el vecindario aumentaba, hubo de pensarse por los hombres de negocios en dar
ensanche a la vida social. Al efecto, en 1861 se creó el Ayuntamiento, siendo
nombrado primer Alcalde de Garrucha, D. Manuel Berruezo y Ayora, que tomó
posesión en 1º de Enero, y Secretario don Francisco López Teruel. Aquella
primera Administración Municipal, no pudo ser más recta y más conveniente a los
intereses locales; en aquel primer año de emancipación se instituyó la Feria,
que anualmente se celebra desde entonces, y se dio principio al fomento de la
localidad, bajo los auspicios de aquellos importantísimo hombres de negocios,
cuyo norte consistía en mejorar y hacer que progresase Garrucha, en todo
aquello que una bien entendida administración económico-social y de Justicia,
reclama.
En
el año 1847 se creó esta Aduana, a pesar de las activas gestiones que el pueblo
de Cuevas realizó para que al hacer la traslación de Vera, se instalara en
Villaricos, lo que no pudo llevarse a cabo, a pesar de su proximidad a Sierra
Almagrera, por las emanaciones palúdicas del río Almanzora, que producían y
producen aún fiebres intermitentes. El primer Administrador fue don Pedro
Thibaut.
Del
mismo modo fue trasladada a Garrucha la Dirección de Sanidad, compuesta
entonces de una Junta, muy diferente en su organización a lo hoy existente. Igual camino siguió la Ayudantía de Marina,
que desde Vera fue trasladada a Garrucha en 1844, a consecuencia de la venida
del Capitán General de Granada al bloqueo de la plaza de Cartagena. Esta
autoridad reconoció entonces la necesidad de que esa oficina estuviese aquí y
no en el interior, a pesar de que hasta el año 1840 hubo en Vera Comandancia de
Marina, con todo el personal respectivo, y suprimida que fue, quedó como
Ayudantía, que desempeñaba en aquella época el Alférez de Fragata D. Antonio
Riquelme, hijo de Vera, a quien se le hizo establecerse en Garrucha. El archivo
de aquella Comandancia se custodia actualmente en la Ayudantía de Águilas.
Por
esta misma época se estableció aquí la cabecera de la compañía de Carabineros,
tan necesaria ya para la correspondiente vigilancia de este naciente puerto.
La
gente de mar seguía ocupándose de las faenas de la pesca, que era abundantísima
en esta playa.
Hoy
esta industria ha decaído mucho, pues la concurrencia excesiva de pescadores
parece ha traído consigo la escasez del pescado, por más que las modernas artes
hacen que se saquen otras clases que las que se conseguían con el popular y
característico arte real de la jábega.
No
siendo esto bastante para la vida de las clases trabajadoras, han tenido que
dedicarse en su gran mayoría a las faenas de carga y descarga, principal medio
de subsistencia hoy día de esta sufrida clase.
Esta
población carecía de aguas potables; sus habitantes bebían las que los del
vecino pueblo de Mojácar traían de su abundante y hermosa fuente, con ventajas
para ambos pueblos, hasta que el Sr. Pecket, incansable industrial y
patrocinador de todo lo beneficioso para este país (que parece ser el suyo)
arbitró y puso al consumo de Garrucha las que ha conducido a su depósito de
Vista Alegre, y a la población, por cañerías de hierro.
La
importancia de Garrucha al finalizar el siglo XIX es grande, pues además su
situación ventajosísima como puerto, une la vida que le presta el cable de la
Compañía de Águilas, y el porvenir que le ofrece el ferrocarril de los señores
Chávarri, Lecoq y Compª., cuyas vías tienen por objeto conducir a esta rada los
abundantes minerales de hierro de Sierra de Bédar. El desenvolvimiento
creciente de este pueblo llegará a su mayor apogeo, el día en que construido el
ferrocarril de Lorca a Almería, con su rama de Almajalejo a Vera, tenga
comunicación directa con el resto de España.
Juan Francisco Berruezo
(El Eco de Levante, Garrucha, 12
de enero de 1901)
No hay comentarios:
Publicar un comentario