miércoles, 10 de agosto de 2016

La Fundición de los Labernia-Berruezo


Vista de la ubicación de la Fundición San Antonio, donde sólo se conserva su chimenea. 
Los edificios adjuntos son naves agropecuarias de construcción moderna.
(https://mti-minas-andalucia.blogspot.com.es/2011/08/fundicion-contra-viento-y-marea.html)

La fundición San Antonio fue la decana de las establecidas en el levante almeriense. Se encontraba ubicada en Los Lobos (Cuevas del Almanzora), lindando con la Rambla de Boca Mairena, en las inmediaciones del Barranco del Jaroso, donde en 1838 se habían descubierto los ricos filones de plomo argentífero.

Bajo el primigenio nombre de Contra Viento y Marea comenzó su labor industrial en 1839, de manos de su propietario D. Francisco Scotto, beneficiando los minerales plúmbicos que extraía la sociedad Carmen y Consortes de Sierra Almagrera. Sin embargo, pocos años después sus ocho hornos cesarían su actividad al no poder competir con las otras fábricas metalúrgicas establecidas en la zona.

Vista de la chimenea que se conserva
Cortesía Isabel M. Simón Castaño
A principios de 1850 Contra Viento y Marea pasó a manos de D. Miguel Soler y socios, denominándose Fundición Soler. En esta época, según cuenta D. Enrique Fernández Bolea en su libro "Sierra Almagrera y Herrerías: Un Siglo de Historia Minera", la fundición constaba de “cuatro hornos de cuba y una copela alemana, avivados por un ventilador que se movía mediante una máquina de vapor de doble efecto y seis caballos de fuerza, la cual había sustituido las primitivas pavas”.

Poco después, en 1861 la fundición cambió nuevamente de nombre, denominándose San Antonio, y propietario, pues pasó a pertenecer a la Sociedad Pascual Ayuso y Compañía. Sin embargo, la fábrica seguía sin dar los beneficios pretendidos, por lo que su situación económica era inestable. Aprovechando esta tesitura, en febrero de 1865 D. José María Labernia Cruz adquirió la fundición, siendo desde entonces su único propietario.

Labernia era un comerciante oriolano asentado en Garrucha en la década de 1850, aunque a principios de 1860 se trasladó a vivir a Cuevas del Almanzora. En el levante almeriense hizo buenas amistades, a destacar: don Guillermo H. Huelin, los hermanos Fernández Manchón, Orozco Segura y Berruezo Ayora. Particularmente, con el potentado don Manuel Berruezo Ayora mantuvo una estrecha amistad personal y profesional. Tanto fue así que acabó por emparentarse con la familia Berruezo y se casó con doña Antonia Berruezo Martínez, hija de don Antonio Berruezo Ayora.

Sin lugar a dudas, la fundición San Antonio, bajo la propiedad de Labernia, vivió su esplendor metalúrgico y se situó entre las grandes de su sector en el levante almeriense. Tras su adquisición, don José María Labernia puso al frente de la fábrica, como gerente, a D. José Vitoria Guirao. Este hombre, con experiencia en la industria minera, hizo una gestión eficaz de la fundición y en los cinco primeros años (1865-1870) desde su llegada obtuvo grandes beneficios: 2.118.635 reales.

D. Diego Fernández Manchón. Hacia 1870
Amigo y socio minero de don José María Labernia
(Extraída del artículo "Una familia velezana en el apogeo minero
de Sierra Almagrera: Lo negocios de los Fernández Manchón")

En mayo de 1870 Labernia se asoció con los hermanos Fernández Manchón y don José Pérez, que poseían la fundición Encarnación (ubicada en paraje del Tomillar, Sierra Almagrera), y constituyeron la Sociedad Fabril Manchón y Labernia. Como comenta Fernández Bolea en su artículo "una familia velezana en el apogeo minero de sierra almagrera: los negocios de los Fernández Manchón": “Con este cambio, que suponía una ampliación del negocio fundidor, se inaugurará un floreciente período que convertirá a esta flamante sociedad durante los años centrales de la década de 1870 en la segunda compañía del ramo metalúrgico en volumen de plomo embarcado por la aduana de Garrucha, superado tan sólo por los negocios fundidores de Antonio Abellán Peñuela, y la primera en exportaciones al extranjero.”

A continuación se exponen los seis exportadores principales de plomo en el levante almeriense en el siglo XIX:


TONELADAS DE PLOMO EXPORTADO POR EL PUERTO DE GARRUCHA

AÑOS
EXPORTADORES
1874
1875
1876
1879
1885
1894
1900
1902
Antonio Abellán Peñuela
4172,2
3455,2
1987,0
1521,3
2740,4
2392,0
X
X
Guillermo H. Huelin
1930,9
2862,3
3013,8
6131,0
X
X
X
X
Sres. Manchón y Labernia
3232,9
1519,3
X
X
X
X
X
X
Viuda de Labernia
XL
XL
2729,8
1266,3
2096,0
1289,0
1450,8   (*)
2045,4 (**)
Sres. Anglada Hermanos
1208,5
1871,7
2724,1
2849,6
X
X
X
X
Manuel Soler Goméz
1320,8
1879,2
2023,3
1240,7
1556,8
1865,0
X
X
X: Sin datos o había cesado la actividad
XL: No se encontraba constituida la Casa Comercial
(*): Datos correspondientes a Abril, Mayo y Junio. Viuda de Labernia asociada con José Soler y Luis Canthal.
(**): Datos correspondientes a Enero, Febrero, Marzo, Abril y Mayo. Viuda de Labernia asociada con José Soler y Luis Canthal.
Datos extraídos de los periódicos El Eco de Levante de Garrucha, El Minero de Almagrera de Cuevas del Almanzora, así como de la tesina “La minería almeriense en el periodo contemporáneo” del autor Pérez de Perceval. (Murcia, 1998).

Dña. Antonia Berruezo Martínez. Hacia 1890
Tras la muerte de su marido en 1875, quedó
como heredera, junto a sus hijos, de una de
las grandes fortunas del levante almeriense.

Cortesía Javier Labernia Cabeza
El 15 de marzo de 1875 falleció de manera inesperada en Lorca (Murcia) don José María Labernia Cruz. A su muerte, su viuda doña Antonia Berruezo Martínez e hijos quedaron como herederos de un imperio económico forjado en la minería y el comercio. Para la gestión de las actividades mercantiles e industriales heredadas, su padre, don Antonio Berruezo Ayora, jurista de reconocido prestigio en Madrid, dispuso la constitución de la Casa Comercial Viuda de Labernia e Hijos, y se puso al frente de la misma para dirigir su actividad económica.

La muerte de Labernia y la de su socio don Diego Fernández Manchón en 1878 originó la disolución de la sociedad fabril Manchón y Labernia. Ambas Casas caminarían en lo sucesivo por separado.

Como gerente, el veterano don Antonio Berruezo se hizo cargo de la gestión de la fundición San Antonio y continuó exportando plomo por la rada de Garrucha bajo el nombre de Viuda de Labernia. Durante los doce años que estuvo al frente de la fábrica metalúrgica siguió teniendo ésta una producción notable.

Tras la muerte de D. Antonio Berruezo Ayora en 1887, la gerencia pasaría a manos de D. Luis Navarro Berenguer, que velaría por los intereses de la Casa Comercial hasta que a principios del siglo XX cesó definitivamente su actividad la fundición San Antonio. Puede decirse, por tanto, que dicha fábrica metalúrgica, bajo diversos nombres y propietarios, estuvo en activo más de 60 años, hasta que la depreciación del plomo en los mercados internacionales y los problemas derivados por la inundación de las minas de Sierra Almagrera acabó con este antaño lucrativo sector.

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