sábado, 1 de agosto de 2015

D. Antonio Burruezo Ayora (1818-1887). Parte I


Don Antonio Burruezo Ayora nació en Turre (Almería) el 31 de julio de 1818. Era hijo del veterano militar, Cabo del Resguardo y Héroe de la Guerra de la Independencia, D. Cleofás Burruezo de Aro, y de su mujer, Dña. Juana Ayora Guevara, hija del militar y empleado de la Real Hacienda D. Fernando Ayora Mellado.

Vino al mundo en una época dura, en un tiempo de posguerra, España todavía se lamía sus heridas, ya que hacía apenas cuatros años que había concluido la Guerra contra el francés. No obstante, Don Antonio se crió y educó en el seno de una familia acomodada, los Berruezo disfrutaban de una posición holgada con tierras para cultivo en Turre y municipios de alrededor. Fue el noveno y último hijo habido en el matrimonio, por lo que su infancia debió transcurrir en la tranquilidad y permisividad que proporciona ser el benjamín de la familia.

No obstante, la muerte de Fernando VII en 1833 iba a cambiar el devenir del país. España se embarcó en una sangrienta guerra civil entre los cristinos o isabelinos (los partidarios de Isabel II, la hija del Rey fallecido) y los carlistas (partidarios del infante Don Carlos, hermano de Fernando VII, que no aceptaban la Pragmática Sanción de 1830). Los primeros abogaban por la implantación en España de una monarquía liberal, constitucional, al símil de los países más desarrollados de Europa, mientras que los segundos apostaban por la continuidad de la monarquía tradicional. Dio comienzo la que fue conocida como Primera Guerra Carlista (1833-1840).


El recrudecimiento de la Guerra y el rumbo adverso que aparentemente tomó el conflicto para los liberales (isabelinos) al principio de la contienda hizo que, a finales de enero de 1835, se ordenase el alistamiento de “todos los jóvenes que, habiendo cumplido la edad de 17 años, se hallen aún en sus casas”.

A primeros de abril de 1835, a tres meses de cumplir los 17 años, Don Antonio sentó plaza como soldado en el Regimiento de Infantería fijo de Ceuta nº 19 de Línea, encuadrado dentro del Ejército liberal de Isabel II.

En agosto del mismo año ya se hallaba combatiendo con su Arma a los carlistas del famoso General Cabrera, conocido como El Tigre del Maestrazgo, en el frente del levante español y del bajo Aragón. El 26 de agosto se halló en la acción de las inmediaciones de la Chana y un mes más tarde en la de las Sierras de Manzanera (Teruel). Asimismo, el 27 de septiembre de 1835 participó en la importante toma de la plaza fuerte de Mora de Rubielos (Teruel), que había sido tomada dos semanas antes por los carlistas. También, el 18 de octubre se halló en las acciones ocurridas contra “los enemigos de la libertad” en las Montañas de la Cenia de Rosell (Castellón).


Dado su valor y arrojo en el combate, el 1 de abril de 1836 fue ascendido a Cabo 2º. Al día siguiente, sirviendo a las órdenes del Mariscal de Campo D. Juan Palarea, Jefe del Ejército isabelino en Aragón, combatió y venció al General carlista Cabrera en la conocida como Primera Batalla de Chiva (Valencia).

En enero de 1836 marchó con su Cuerpo a Antequera donde permaneció hasta finales de julio, habiendo ascendido a Cabo 1º en mayo y a Sargento 2º en junio del mismo año a instancia del Excmo. Sr. Inspector General del Arma. Don Antonio no tenía todavía 18 años cuando ya ostentaba galones de Sargento por méritos de guerra.

Sin embargo, a finales de septiembre de 1836 causó baja en Infantería para ingresar el 1 de octubre como soldado en el Regimiento de Caballería del Rey 1º de Línea. Posiblemente esta migración de Cuerpo estuviese influenciada por su hermano mayor Don Diego, que venía sirviendo en dicha Arma de Caballería. Desde el 1 de octubre hasta final de diciembre del citado año permaneció en los cuarteles de Valencia haciendo su servicio. El cambio de Infantería a Caballería le supuso comenzar de nuevo en el escalafón militar. Así pues, el 15 de marzo de 1837 fue promocionado a Cabo 2º.

Medalla conmemorativa
de la victoria en Chiva el 15 de julio de 1837
El 15 de julio de 1837 se halló en la afamada Segunda Batalla de Chiva (Valencia); su valentía demostrada en la contienda contra la ferocidad de los enemigos le valió ser condecorado y declarado Benemérito a la Patria. Esta victoria isabelina sobre el ejército carlista de D. Vicente González fue tan famosa en su época que la Reina Gobernadora Dña. María Cristina mandó emitir una medalla-condecoración conmemorativa para recompensar a los participantes en ella.

También demostró su arrojo el 22 de septiembre de 1837 en la batalla de Arcos de la Cantera (Cuenca), donde a las órdenes del General Amor, Jefe de la Caballería Isabelina, realizó una memorable carga contra el ejército carlista del General Cabrera, acción decisiva para la victoria liberal. De tal importancia fue para la batalla la contribución de la dicha carga de caballería, que los escuadrones participantes (Calatrava, España, 1º del Rey y 2º de la Reina) fueron recompensados con la Corbata de San Fernando para los Estandartes de sus Regimientos

Asimismo, el 25 de diciembre de 1837 se halló en la acción de Alloza (Teruel). En resumen, en 1837 estuvo persiguiendo y azotando a las tropas carlistas en el Este Español.

El 1 de mayo de 1838, dada su valía en el campo de batalla, fue ascendido a Cabo 1º de la 6ª Compañía de su Regimiento de Caballería. La Guerra no daba tregua y el 15 del mismo mes tuvo Don Antonio Burruezo una participación muy destacada en la batalla de Onda (Castellón), donde fueron derrotados tres batallones carlistas.

Desde el 24 de julio al 19 de agosto de 1838, Don Antonio Burruezo Ayora participó activamente con su Regimiento de Caballería en el sitio al municipio de Morella (Castellón), bastión del carlismo defendido tenaz y valerosamente por las tropas del General D. Ramón Cabrera.

Carga de Cabrera en Morella (Castellón). Pintor: Ferrer Dalmau

El 29 de julio de 1838 se estableció definitivamente el cerco isabelino sobre Morella, estaba compuesto por más de 20.000 soldados, 2.000 caballos y 18 piezas de artillería. No obstante, los sitiados contaban en el exterior con la ayuda de una fuerza carlista de 10.000 soldados y 1.000 caballos, que hostigaban a los isabelinos, por lo que el sitio al municipio por parte del ejército liberal no fue nada fácil.

Dentro del contexto del sitio a Morella, destacó la actuación de Don Antonio Burruezo en la carga que realizó el 8 de agosto contra las posiciones carlistas en la Masía de Torre Miró, encuadrado en el 3er escuadrón de su Regimiento.

Pese a los intentos del General isabelino D. Marcelino Oráa de someter la ciudad, finalmente el 19 de agosto de 1838 tuvo que levantar el sitio sobre Morella y emprender la retirada hacia Alcañiz (Teruel). Atrás quedaron unas elevadas bajas de 2000 muertos o heridos en el bando liberal frente a poco más de 200 carlistas muertos y casi 800 heridos. La victoria carlista fue la más sonada en la carrera militar del General Cabrera, resonando la exitosa defensa numantina del municipio castellonense por toda Europa. El temido y formidable líder carlista, victorioso, que había dirigido las operaciones desde el exterior, aprovechó el momento de gloria e hizo su entrada triunfante en Morella, a lo que “la población entera le recibió de rodillas, en tanto que las campanas resonaban en estruendoso repique, y que el clero, cabildo e individuos de la Junta salían en procesión, con el palio, a derramar flores y bendiciones sobre el afortunado General. Su triunfo había sido completo. […]” (Testimonio del contemporáneo escritor liberal D. Niómedes-Pastor Díaz Corbelle).

D. Leopoldo O'Donnell
Durante todo el año de 1839 permaneció con su Regimiento de Caballería participando en las acciones del Ejército del Centro. El 6 de abril se halló en la acción sobre Segura. Asimismo, el 17 de julio del citado año participó valerosamente en el levantamiento del Sitio de Lucena del Cid (Castellón), donde las tropas del General Cabrera fueron derrotadas por las isabelinas del General O’Donnell. La sobresaliente actuación de Don Antonio Burruezo en la rotura del cerco carlista sobre Lucena y victoria sobre los mismos, le valió el ascenso a Sargento 2º de manos de Don Leopoldo O’Donell, General en Jefe del Ejército del Centro y Capitán General de Aragón, Valencia y Murcia.

Del 27 de abril al 2 de mayo de 1840 Don Antonio Burruezo Ayora tomó parte en el sitio y toma del Castillo de Alpuente (Valencia), en manos carlistas. Fue una de las últimas acciones de la Primera Guerra Carlista. La conquista del citado castillo por las tropas isabelinas fue de vital importancia, ya que era considerada una de las plazas más fuertes de la zona, por lo que la pérdida para los intereses carlistas fue muy importante.

Tras esta victoria liberal, Don Antonio permaneció hasta finales de agosto de 1840 sirviendo con su Regimiento de Caballería en el Ejército del Centro. El resto del año lo pasó en la Escuadra de Albacete y en cuartel en Valencia, habiendo hecho servicio de Palacio desde el 24 de agosto hasta final del mismo.

Finalmente, terminada la Guerra con victoria isabelina en 1840, obtuvo la licencia en el Servicio de las Armas a finales de julio de 1841. Don Antonio Burruezo dio así terminó a algo más de 6 años luchando valerosamente por la causa liberal en España. Sus superiores siempre destacaron su total entrega, entusiasmo, compromiso y honradez en todas las acciones en las que participó. En ese tiempo ascendió por méritos de guerra en seis ocasiones, aunque en dos Cuerpos distintos: 3 en Infantería y 3 en Caballería.

[Continuará]


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