viernes, 7 de agosto de 2015

D. Juan Francisco Berruezo Torres (1829-1907)


Don Juan Francisco Berruezo Torres nació en Vera (Almería) el 2 de junio de 1829. Era hijo del empleado de la Real Hacienda, D. Pedro Berruezo Soler, y de su primera esposa, Dña. Antonia Torres Cano. Se crio en el seno de una familia acomodada de hacendados con histórica tradición, desde la época de su bisabuelo, en el servicio de la Administración de Contaduría y Depositaría de Vera.

Joven con inquietudes culturales e intelectuales, se educó en el Colegio Santo Tomás de Aquino de Almería. Posteriormente, pasó a estudiar la carrera de jurisprudencia, denominación antigua del actual Derecho, a la Universidad de Granada, donde se licenció el 13 de junio de 1852, a la edad de 23 años.

Terminados sus estudios universitarios, regresó a casa, donde se incorporó al Colegio de Abogados de Vera en diciembre de 1853. También, en septiembre de 1856 hizo lo propio en el Ilustre Colegio de la ciudad de Granada. 
Uniformes Cuerpo Jurídico Armada

Al año siguiente decidió ingresar en el Cuerpo Jurídico de la Armada Española, así pues el 13 de octubre fue nombrado, por la Dirección General de la Armada, Asesor de Marina del Distrito de Águilas, perteneciente al Departamento de Cartagena (Murcia). Años más tarde, en abril de 1862 fue promovido, por Real Orden, a Fiscal de la Comandancia Militar de Marina de la Provincia de Almería. Asimismo, a primero de septiembre del año siguiente fue nombrado Asesor de la misma Comandancia.

El 9 de junio de 1864 se retiró como jurista militar para emprender vida civil en Garrucha. Hacia apenas tres años que esta villa se había constituido como municipio independiente respecto de su matriz, Vera. En la consecución de esta misión la familia Berruezo había sido una de las más destacadas, baste decir que formaron parte del primer gobierno municipal Don Manuel Berruezo Ayora, como Alcalde, y Don Pedro Berruezo Soler, como regidor.

Vista panorámica de Garrucha a finales del siglo XIX. Fotógrafo: F. de Blain

En poco tiempo, Garrucha, al albor de la fructífera Sierra Almagrera y Sierra de Bédar, se convirtió en puerto natural exportador de gran parte de la riqueza minera y agrícola del levante almeriense, aumentando su importancia territorial hasta situarla entre las villas comerciales e industriales más importantes de España.

Asimismo, la villa se transformó en un municipio muy cosmopolita y atractivo con la llegada anual de centenares de buques mercantes y de pasajeros, acaudalados inversores españoles y extranjeros. Se instalaron fundiciones mineras y diversas casas consulares, como por ejemplo, las de Alemania, Austria-Hungría, Francia, Grecia, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Portugal, Noruega, Uruguay y Perú.

Ayuntamiento de Garrucha a principios del siglo XX
(Extraída de la reedición del libro Historia de Garrucha)

Don Juan Francisco Berruezo Torres fue Alcalde de Garrucha diversos años, en 1865, 1866, 1883 a 1884 y 1886 a 1887. Durante su mandato, se reactivaron las obras de mejora de la todavía Iglesia en construcción, con una nueva dotación municipal para ello:

[…] la Corporación acordó que se inviertan en dichas obras los ocho mil reales consignados para ello, facultando al Presidente (D. Juan Francisco Berruezo Torres) para que por sí y en unión de la Junta nombrada al efecto, se lleven a cabo las obras referidas.
(Actas capitulares. Sesión 30 de marzo de 1865. Archivo Municipal de Garrucha)
Asimismo, el 15 de enero de 1866, siendo Alcalde se procedió a la solemne inauguración de la pila bautismal de la Iglesia de Garrucha. Este acto fue de suma importancia, ya que a partir de esta fecha los nacidos en Garrucha serían bautizados en el municipio y no tendrían que desplazarse a Vera para ello. Por tanto, gracias a la consecución de la pila bautismal, desde 1866 hasta la actualidad los nacidos en Garrucha son oficialmente garrucheros. En sesión plenaria D. Juan Francisco Berruezo comentó a este respecto:

Señores Concejales, el acontecimiento que en el día de mañana se va a llevar a cabo en esta Población debido a la autoridad de este municipio, que ha sabido interesar con el párroco y las personas allegadas al Sr. Obispo, para que consiga la instalación de los Santos Sacramentos, es de trascendencia tal, que debe considerarse como la base de la origen de esta Población. Desde mañana serán llamarán hijos de Garrucha los que nazcan y reciban las saludables aguas del Bautismo en la pila que para este objeto quedará establecida; tendrán la naturaleza de su país natal, y no tendrán que exponerse, como hasta aquí, a los peligros que corrían los que buscaban lavarse del pecado original.
La religión consolará con sus divinos sacramentos al cristiano pecador que moribundo los reclame, y en este templo que tantos afanes nos cuesta, quedará constantemente depositada la Hostia Consagrada, imagen y representación del divino Dios.
El acto que va a celebrarse merece, y deseo, que se acompañe con toda la pompa y ostentación posible, y para ello se invitará particularmente a todas las personas que tengan carácter oficial en la población, y generalmente a todos los habitantes de ella, para que tanto en la ceremonia religiosa que ha de tener lugar en la Iglesia, como para la procesión que después ha de hacerse por las principales calles, acompañe a el Santísimo Sacramento, a cuyo efecto, se ha publicado por Bando se iluminen las casas en esta noche y se pongan colgaduras por donde haya de pasar la procesión.
Sólo me resta decir a esta Corporación que debemos dirigirnos al Excmo. Sr. Obispo de la Diócesis, dándole las gracias por la concesión de habernos otorgado la instalación de Sacramentos, y, al mismo tiempo, darlas también al canónigo D. Diego Latorre, que se ha tomado la molestia de –en su edad–, exponerse a los rigores de la estación, por asistir a la ceremonia que con tanto afán ha deseado, haciéndolas extensivas al Párroco de Roquetas, D. Juan Ros de Latorre, que ha venido a explicar con la palabra de Dios los beneficios que este Pueblo Cristiano ha recibido con la instalación de los Sacramentos.
 (Actas capitulares. Sesión 14 de enero de 1866. Archivo Municipal de Garrucha) 
También destaca su papel como Alcalde de Garrucha en la constitución de la benéfica Sociedad de Salvamento de Náufragos en febrero de 1887, institución importante dado el carácter marinero del municipio y la peligrosidad de los temporales. Fue Vicepresidente de la Junta Local de la citada Sociedad de Salvamento de Náufragos desde el 27 de febrero de 1887 hasta el 12 de enero de 1890.

Fragmento de Acta Capitular (BOPA, 17/8/1883)

Sobre algunas de las mejoras que se hicieron en el municipio bajo su mandato cabe recoger la siguiente nota de prensa:

[…] Observamos muchas mejoras que se han realizado en la población (Garrucha), que demuestran los afanes en bien de sus administrados del celoso Alcalde Don Juan Francisco Berruezo. Son las principales: la anchurosa plaza frente a las Casas Consistoriales y el prolongado Malecón, que partiendo de este punto termina al final del barrio de Cuevas, malecón en cuyo centro se han colocado multitud de asientos de piedra y larga fila de faroles, que hacen de este sitio un lugar ameno y delicioso, y en el que en la próxima temporada de baños, la mucha concurrencia que va a aquellas playas ha de pasar tardes y noches deliciosas. Pero tenga en cuenta la digna autoridad de Garrucha, que, para que la temporada de baños sea más animada y acudan mayor número de personas, debe seguir el ejemplo de las poblaciones que, como Garrucha, tienen condiciones para gozar de las delicias del baño y el refrigerante ambiente del mar; esto es, proporcionar a los bañistas la mayor parte de las distracciones posibles, como son: funciones de teatro, fuegos artificiales, regatas y, sobre todo, que una buena música deje oír sus armoniosos ecos por las tardes del paseo. Estamos seguros que con estos y otros alicientes, Garrucha sería visitada por muchas más familias que las que hasta aquí ordinariamente concurren todos los años.
(El Minero de Almagrera, Cuevas del Almanzora, 30/5/1887)

D. Santiago Durán y Lira
En su dedicación al servicio público, Don Juan Francisco Berruezo no sólo fue Alcalde y Concejal, también fue Juez de Paz en 1868 y Juez Municipal de 1872 a 1875 y de 1905 a 1907 en el municipio. Además, en octubre de 1875 solicitó al Ministro de Marina, D. Santiago Durán, desempeñar el empleo de Asesor Jurídico de Marina del Distrito, cargo que le fue otorgado por Real Orden a fecha 4 de enero de 1876.

Por otro lado, en el aspecto minero, Don Juan Francisco Berruezo Torres no fue ajeno a este negocio que originaba enormes beneficios a aquellos que tenían la capacidad económica para desarrollarse en el mismo. Así pues, se adentró en este sector como accionista de Sociedades Mineras como la de la Virgen del Carmen de Gómez Larios, de Cuevas del Almanzora, y también registró diversas minas como por ejemplo la de Nuestra Señora de la Cabeza, en Cuevas en 1870, o la Aureola en Carboneras en 1874. Asimismo, junto a su buen amigo y familiar D. Francisco Berruezo López, fue uno de los impulsores en 1887 de la construcción del cable aéreo para el transporte de mineral desde el Pinar de Bédar a Garrucha.

A nivel familiar, se casó con Doña Ana Haro López, con la que tuvo dos hijos: Dña. Isabel y D. Gabriel Berruezo Haro. 

Finalmente, Don Juan Francisco Berruezo Torres falleció en Garrucha el 1 de octubre de 1907, a la edad de 78 años. Atrás quedaba la vida de este jurista y hacendado tan vinculado con diversos empleos públicos al servicio de sus vecinos. Fue uno de los máximos representantes de la familia Berruezo en el campo profesional del Derecho, donde destacó de manera sobresaliente. Su muerte fue muy sentida en Garrucha, ya que fue uno los prohombres que más destacó en la prosperidad y consolidación de Garrucha como villa independiente.


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