Bernardo, aparte de comerciante,
consignatario de buques, periodista, político… tuvo tiempo en su intensa vida para
servir también a Garrucha como secretario municipal del Ayuntamiento. De 1905 a
1906 ostentó este cargo, cuya dimisión se produjo el 31 de enero de 1906,
justamente a los treinta días de que su hermano D. Pedro asumiera las riendas
del gobierno de Garrucha como Alcalde. No es descabellado pensar que para una
persona tan dada a las relaciones y viajes comerciales el trabajo de secretario
municipal era una atadura para su gestión empresarial.
Por otro lado, Bernardo se rodeó
con la crema y nata cultural e intelectual de Almería. Fue un destacado miembro
del Casino de Garrucha, lugar de encuentro de la alta burguesía garruchera para
hablar, en un clima distendido, de política, negocios, cultura… Asimismo
contaba entre sus amigos con, por ejemplo, el célebre poeta D. José
Durbán Orozco, con el que pasó muchas tardes recitando poesía y animó a éste a
la publicación de su libro Tardes Grises,
o el importante novelista, abogado, periodista y diputado republicano D. José
Jesús García Gómez.
También quiso adentrarse en el
mundo judicial y en 1907 fue uno de los letrados candidatos que optaban a la
plaza de fiscal para el juzgado municipal de Garrucha, plaza que al final no
consiguió.
Todo parecía ir sobre ruedas para
Bernardo, que iba comiéndose día tras día el mundo. Muy pocos a su edad habían
conseguido tanto y vivido tan intensamente como él. Su gestión comercial no
tenía parangón y la Casa Berruezo parecía que con él al frente de los negocios
familiares tenía un futuro muy prometedor en el siglo XX. Pero dicen que todo
lo bueno tiende a acabar alguna vez y en esta ocasión de manera sumamente cruel
y dolorosa. Unas inesperadas fiebres palúdicas acabaron con la vida de Don Bernardo
Berruezo Gerez en Garrucha el 27 de junio de 1908, a la temprana edad de
33 años. Ni los tres mejores médicos de Almería, permanentemente en su lecho,
pudieron salvarle la vida, ni hasta cinco doctores reunidos en cónclave
pudieron con la enfermedad, ante la impotencia de sus padres, hermanos y su
esposa, la ahora viuda Dña. Isabel Cervantes García, con la que se había casado
en 1902.
Tanto la prensa almeriense como
la nacional se hicieron eco del fallecimiento de Bernardo. He aquí algunos
ejemplos:
![]() |
Nota de La Independencia (Almería, 1/7/1908) |
![]() |
Nota de El Liberal (Madrid, 13/7/1908) |
Sr. Dr. de LA CRÓNICA MERIDIONAL
Muy señor mío: Después de larga
enfermedad, falleció en esta localidad el día 27 del pasado Junio, el conocido
político y comerciante D. Bernardo Berruezo Gerez.
El finado, que reunía excelentes
cualidades, ha sido muy sentido por todos.
Su entierro fue una verdadera
manifestación de duelo, habiendo estado concurridísimo.
Nuestro más sentido pésame a su
distinguida familia.
(La Crónica
Meridional, Almería, 12 de julio de 1908)
Contrastes de la vida
Dos solemnidades se han verificado en la
Iglesia Parroquial de Garrucha, ambas muy concurridas, y que despertaron
encontrados sentimientos en todos. El sábado honras fúnebres por el alma del
inolvidable y querido amigo D. Bernardo Berruezo: el domingo, la primera misa
celebrada por el novel presbítero y también querido amigo D. Antonio Moreno
Quesada.
Gran muchedumbre invadió el templo el
sábado; inmensa concurrencia lo llenó el domingo.
Para asistir a la fúnebre ceremonia llegó
a Garrucha gran contingente de amigos del finado, procedentes de Vera, Cuevas,
Turre y Mojácar, deseosos de manifestar sus simpatías a la distinguida familia
de Berruezo. La nave central de la espaciosa iglesia era pequeña para contener
la larguísima fila de bancos reforzados por dos filas más de sillas, y allá en
el fondo, presidiendo el duelo, D. Simón Fuentes y D. Diego Cervantes, hermanos
políticos del finado; D. Cleofás Berruezo y D. José Fuentes Berruezo, parientes
también muy cercanos del pobre Bernardo. Por las capillas, enlutadas que
lloraban, amigos que contenían sus lágrimas en el pañuelo.
En el centro altísimo túmulo rodeado de
coronas: una de la viuda afligidísima; otra de los padres, ¡de los
desconsolados viejos!, las demás, de sus hermanos, de sus sobrinos, de varios
amigos, del Casino de Garrucha…
Comenzó la solemne vigilia… llegó el
postrero requiescat in pace… empezó a desfilar la concurrencia… La mañana era
espléndida; la hermosa estación brindaba con todas sus galas a gozar de la
vida… Y sin embargo, la muerte implacable había congregado toda aquella gente
para llorar al querido amigo, al activo hombre de negocios, al hijo ejemplar,
al esposo amante…
Si la hora del duelo es también la de
cantar las alabanzas del finado ¡cuánto no podría decirse del pobre Bernardo!
¡Qué consuelos hemos de llevar a su
familia! No contened las lágrimas. ¡Lloradlo! ¡Bien se lo merecía! ¡Pero no
olvidad tampoco que Dios, en su inmensa misericordia, lo habrá atraído a su
seno!
El Corresponsal.
Garrucha 6 de Julio de
1908.
(La Independencia,
Almería, 8 de Julio de 1908)
Las excelentes cualidades de
Bernardo como persona quedaron manifiestas en su funeral, donde acudieron todas
las clases sociales a despedir y acompañar a tan importante y trascendente joven
en la Historia de Garrucha en su camino hacia el eterno descanso en el Panteón
familiar. Seguramente de no haber fallecido la historia de la familia Berruezo
hubiera sido distinta y posiblemente también la de Garrucha.
A su muerte, sus prósperos
negocios fueron asumidos por su padre y por su hermano D. Francisco.
La Casa Berruezo se vistió
años de luto, los espejos fueron cubiertos con trapos negros, se prohibió reír,
hablar en tono elevado, etc. Nunca fue bastantemente llorada la muerte de este
gran hombre. Su temprana muerte le ha
quitado el protagonismo que se merece en la Historia de Garrucha y no ha sido lo suficientemente estudiado por
parte de los actuales historiadores del levante almeriense.
Su efímera vida sólo la
concibió de una forma: luchar intensamente contra las injusticias sociales y
por el progreso de su querido pueblo, nunca se rindió en su misión y pensó que
la regeneración del municipio era posible. Como él mismo dijo en uno de sus
artículos donde soñó con una futura y próspera Garrucha en un hipotético año
1920: Los pueblos que de inertes se transforman en
laboriosos y trabajan por su engrandecimiento, consiguen lo que vosotros habéis
logrado: Hacer de un país miserable, una inagotable fuente de riqueza.
Mito en vida, su muerte dio paso a la leyenda familiar del gran
Bernardo Berruezo Gerez.
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