sábado, 27 de junio de 2015

La catástrofe del río Almanzora, 27 de junio de 1900


En la madrugada del 27 de junio de 1900 se produjo una gran catástrofe, el río Almanzora se desbordó causando innumerables muertes y cuantiosos daños materiales. Albox fue el pueblo que sufrió las mayores consecuencias. A la orilla de Garrucha el mar devolvió centenares de objetos procedentes de esta calamidad: alimentos de todo tipo, animales muertos, muebles y enseres de viviendas, objetos procedentes de la iglesia, etc. Incluso aparecieron cadáveres en la desembocadura del río Almanzora y hasta el cuerpo sin vida de una niña apareció en la playa de Garrucha. Ante este desastre que conmocionó a España, el Gobierno y la Diputación Provincial de Almería decretaron medidas extraordinarias de socorro y se consideró seriamente, desde el Ministerio de Obras Públicas, realizar la necesaria canalización del Almanzora, pero como solía pasar con la desamparada Almería, el célebre periodista regeneracionista D. Bernardo Berruezo dudaba ya de la palabra de los que tanto prometían y pocas veces hacían. La defensa de la canalización del citado río, que tantas veces hizo el conocido periodista garruchero en la prensa, cobraba más sentido que nunca ante tal desastre. El desbordamiento del río Almanzora no era nuevo para los habitantes del levante almeriense, en esta época todavía perduraban en el recuerdo las fatídicas inundaciones de 1879, 1880, 1884 o 1891, entre otras fechas.


EN GARRUCHA
El cadáver de una niña. – Más noticias de Albox
                                 Garrucha 30 (3-15 t.).

En la madrugada de hoy el mar ha arrojado a esta playa el cadáver de un niña de ocho años de edad, que se supone víctima de la inundación de Albox.

A este pueblo ha llegado el gobernador civil, acompañado del arquitecto provincial, de una Comisión de la Diputación y de representantes de la provincia de Almería.

Las noticias que se reciben de Albox dan cuenta de escenas horrorosas desarrolladas durante la inundación, y acusan grandes pérdidas.

La Diputación provincial ha asignado 6000 pesetas para los primeros socorros.– Berruezo.

(El Liberal, Madrid, 2 de julio de 1900)


A GRANDES MALES GRANDES REMEDIOS

Ya saben nuestros lectores las promesas hechas por el Gobierno a algunos de nuestros representantes en Cortes.

Por fin se acuerdan para algo bueno de esta desventurada provincia. Es verdad que han sido menester los gritos desgarradores de los que perdieron su hacienda, los ayes angustiosos de los padres cuyos hijos les fueron arrebatados por la corriente, y las quejas de dolor de los hijos que presenciaban desplomarse las techumbres sobre los cuerpos fatigados de sus padres.

No es esta la primera vez que el traidor Almanzora con su impetuosa corriente, ha sembrado la ruina y la muerte en sus fecundas riberas, y aunque los esfuerzos de los gobiernos y los sacrificios de la caridad pública, manifestada siempre en España con hermosos rasgos, ha acudido pronto a remediar daños y enjugar lágrimas, jamás han resuelto nada con positivas consecuencias ni han evitado posteriores desastres.

Los considerables fondos reunidos, sólo sirvieron para llenar ambiciones caciquiles, y siempre mal invertidos, nada de provecho general originaron.

Planteando obras que ocupen en sus trabajos a los muchos pobres que la inundación ha dejado en la miseria, y que el propio tiempo sirvan para desenvolver las riquezas del país; procediendo a la desviación o fortificación de ramblas y arroyos, para evitar nuevas catástrofes; dando facilidades a los hombres laboriosos para proporcionar el alimento de sus hijos; así es como pueden contrarrestarse los grandes males de que tan continuamente es víctima la provincia de Almería.

Entre las varias mejoras que se anuncian, ha hablado el Ministro de Obras Públicas del Canal del Almanzora.

¡Qué gran pensamiento si hubiera de convertirse pronto, con la premura que exigen las circunstancias, en realidad, anhelada desde hace mucho tiempo por un puñado de pueblos! ¡Qué inmenso beneficio para esos pueblos, y qué dicha tan grande para sus desheredados habitantes!


Nosotros hemos sido siempre firmes mantenedores de esa trascendental idea, por su realización hemos abogado siempre, y confesamos que no hubiese pasado de ser idea, de no surgir la gran avenida del despiadado río, sembrando en sus frondosas riberas la muerte y la ruina, y dejando a sus moradores sin pan y sin hogar, llorando la pérdida de seres queridos, y enterneciendo con sus ayes de angustia el corazón de los que rigen nuestros destinos…

Aún dudamos de sus ofrecimientos. Todavía no hemos visto comenzados los trabajos de tan vital mejoría… y conste que seguiremos siendo tercos partidarios de esa fuente de riqueza para muchos de nuestros hermanos, de esa merecida sangría, que algo amansará los bríos terroríficos del traidor Almanzora.
B.B.

(El Eco de Levante, Garrucha, 8 de julio de 1900)

lunes, 22 de junio de 2015

D. Bernardo Berruezo critica el "turnismo", incapaz de solucionar los problemas del levante almeriense


El 6 de marzo de 1901 volvió a la Presidencia del Consejo de Ministros D. Práxedes Mateo Sagasta, líder del partido Liberal, tras dos años de gobierno conservador. El periodista Don Bernardo Berruezo Gerez en el siguiente artículo, titulado BALANCE, se vuelve a quejar de la inactividad de los políticos ante las demandas redentoras del levante almeriense y critica el turnismo liberal-conservador, ya que tanto conservadores como liberales no resuelven las demandas solicitadas para la regeneración de Almería.

Es curioso comprobar como más de cien años después de la publicación de este artículo, podría ser totalmente vigente hoy día. La Historia, como suele decirse, se repite. La situación política actual, con partidos emergentes que critican el bipartidismo, no es nueva como se ve. Ya había voces que buscaban la regeneración política con servidores que se preocuparan realmente de los problemas que aquejaban a los ciudadanos.

Caricatura del turnismo político español

BALANCE

Ya que ha variado por completo la situación política, y que nuevos hombres vendrán a sustituir a los actuales en todos los cargos públicos, perpetuando en España el “quítate tú para ponerme yo”, veamos, a modo de epitafio, que han hecho por esta región sus representantes en Cortes y los administradores de sus erarios.

Dos grandes necesidades sentía el país al venir al poder la Unión Conservadora: el ferrocarril de Lorca a Almería y la carretera de Garrucha a los Gallardos. El primero en manos del señor Loring, pariente muy próximo del Sr. Silvela, tomó tales caracteres de viabilidad que todos creíamos sería un hecho inmediatamente. Pero, lejos de ello, pasan los meses, la vía férrea no se construye, y el país justamente escamado, se levanta como un solo hombre pidiendo se le saque de este estado de postración y abatimiento; se pone al habla con hombres de negocios, y éstos exigen que los propietarios se comprometan previamente a ceder sus fincas por un precio justo y equitativo, para evitar los abusos que con otras compañías vienen realizando mal aconsejados y egoístas terratenientes, pretensión a la que todos difieren llegando algunos en su patriotismo a ofrecer sus fincas gratis. (El primer gran propietario de Garrucha en manifestar la adhesión a lo comentado por D. Ivo Bosch y la cesión de sus terrenos para la construcción de la línea ferroviaria fue D. Francisco Berruezo López. Ver: D. Francisco Berruezo López (1841-1917). Parte III. El ferrocarril de Lorca a Almería).

Se reorganiza la Junta gestora, se hacen viajes a Almería para conferenciar con D. Ivo Bosch (Financiero, constructor y presidente de la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España) y que parecía dispuesto a acometer las obras, y aunque después desiste de ello, háblase de otras casas y otros hombres; y cuando todo parecía que nos llevaba a la victoria, viene el Sr. Sánchez de Toca (Ministro de Agricultura, Industria y Comercio) con sus “salvadoras” disposiciones, y hace caer el castillo de naipes de nuestras ilusiones, con el mismo soplo con que pretende ahuyentar a los capitales extranjeros de nuestras obras públicas, creyendo iluso, que los capitalistas españoles abandonarán el interior, el amortizable y las Aduanas, para correr un riesgo en negocios ferroviarios que no le garantizan el interés y el “dolce farniente” a que aspiramos en esta España de la decadencia, todos los que llegamos a reunir cuatro ochavos.

Cualquiera creería que nuestros Diputados y Senadores, advertidos del peligro, librarían grandes batallas en las Cortes, en defensa de los intereses del país que los eligió, oponiéndose tenazmente a que se consolidase la obra de tan funesto Ministro.

¡Para tonterías estaban ellos! ¿Quién hace caso de esas cosas cuando lo más importante es el medro personal, base y suprema aspiración de toda idea política de estos tiempos?

No solo no han hecho nada, absolutamente nada por nuestro ferrocarril, sino que también han escuchado impasibles nuestras excitaciones para que pidiesen la inclusión en el plan general de Carreteras, de la tan necesaria de Garrucha a los Gallardos, dando lugar con su punible negligencia a que ese mismo Ministro de Obras Públicas cierre la puerta a otros Diputados y Senadores más amantes de su país que quisieran obtener tan gran mejora, los cuales no podrán hacerlo ya, por la “salvadora” disposición que prohíbe la inclusión de carretera alguna en el plan general, antes de ser construidas todas las concedidas. ¿Todas? ¡Ahí es nada! Pues tampoco hubo quien rompiera una lanza por este desheredado país, que no parece sino que sus representantes conservadores, hijos de él, lo aborrecen de muerte, según la indiferencia con que lo ven consumirse lentamente en el aislamiento y en el abandono.

Y si de estas cuestiones de interés general para la zona, pasamos a locales, ¿qué mejoras, qué disposiciones, qué medidas para conservar lo existente siquiera, han dictado nuestras autoridades, qué dejarán a su pueblo (de) recuerdo de su paso por el poder? Ninguna, absolutamente ninguna. Para muestra basta un botón: a la entrada de los conservadores, el reloj de la Iglesia, el único existente en este pueblo de más de 5.000 almas, no tenía esfera… ¡y así sigue!

Nuestras quejas, nuestras excitaciones, las de todo el vecindario han sido inútiles. Y lo mismo ocurre con la policía urbana. Los estiércoles se sacan de las casas en pleno día, molestando grandemente al vecindario; las calles no se limpian más que cuando el cielo se encarga de ello, mandándonos copiosa lluvia; los faroles se apagan por falta de petróleo, a las 8 de la noche, y… ¿a qué seguir?

Vayan con Dios los conservadores y descansen.

Y respecto a sus sucesores los liberales, mucho nos tememos tener que decir muy pronto: «estos han venido a hacer buenos a aquellos.»

Por más que no nos extrañaría mucho, esto sería el colmo.

Estamos tan acostumbrados a que nadie haga nada por este país, y tienen así mismo los liberales su fama tan bien sentada, que si no existiera una frase, habría que inventarla. Aquella que dice: los mismos perros con distintos collares.
B.B.

(El Eco de Levante, Garrucha, 16 de marzo de 1901)

jueves, 18 de junio de 2015

A Don Tomás Fernández Latorre, In Memoriam



El día 3 de enero de 1900, D. Bernardo Berruezo Gerez atravesó un difícil trance; su buen amigo de la infancia, el joven estudiante de Derecho D. Tomás Fernández Latorre falleció en Garrucha, de enfermedad repentina, a la temprana edad de 24 años. Don Tomás era hijo del destacado político conservador, Cónsul Honorario de Francia en Almería y Alcalde de Garrucha en diversas ocasiones en el siglo XIX, D. Asensio Fernández Morán y de su esposa Dña. Mercedes Latorre Ballesta. 

Don Asensio fue toda una personalidad en la Garrucha de su época; en su haber como prohombre, cabe destacar la medalla de plata que le otorgó la Reina Victoria de Inglaterra en 1861 por el auxilio prestado al Capitán británico Hodge, del brich Avne, de Plymouth, cuando zozobró su navío el 25 de agosto de 1860.

Un joven Don Bernardo de también 24 años, que acompañó a su entrañable amigo en las postrimerías de su muerte demostrando la fortaleza de su amistad, no quiso dejó pasar ocasión para tributar en el periódico local  El Eco de Levante sentido recuerdo a quien fue su querido y malogrado amigo:

Tomás Fernández Latorre

¡Qué despiadada es la muerte! En su impetuosa carrera nada la detiene y su impía guadaña todo lo siega.

Ni los 24 años de mi pobre amigo, ni la consideración de hallarse en la plenitud de la vida, ni la circunstancia de estar en víspera de crearse una posición a costa de grandes afanes, han sido motivos suficientes para que la Parca se contuviera en el cumplimiento de su fatal misión.

Hace muy pocos días que el desgraciado joven llegó de Granada, donde estudiaba la carrera de leyes, y nunca pensaría el infeliz que la corta temporada que él soñó de venturas, habíase de trocar por una eternidad de sufrimientos crueles, apagándose su lozana vida a un soplo envenenado de traidora enfermedad. ¡Pero esa es la humanidad! Cuando uno se cree que goza del apogeo de la virilidad; cuando se figura cualquiera que su espíritu es invencible, rózase el débil hilo de su existencia, y hace rodar las energías más fuertes y las más bellas ilusiones.

¡Pobre Tomás! Pocos minutos antes de expirar y aunque rendido por incesante fatiga, sostenía conmigo animada conversación, demostrando que ignoraba el funesto desenlace que poco después había de tener la lucha que sostenía. Mas no tardó en darse cuenta de su triste situación, y tras tierna despedida de sus padres y hermanos, tras una serie de frases conmovedoras y cuando apenas había abandonado el Sacerdote la casa después de administrarle los Santos Sacramentos, cerró los ojos para no volverlos a abrir.

Tomás Fernández, el que hace poco fue nuestro amigo cariñoso, gozaba de simpatías generales que su excelente trato se captaba. Lleno de bondad y dotado de otras muchas cualidades envidiables, ni una sola vez dio motivos de enojo a nadie y en todas partes fue grata su presencia.

Los mejores años por los que atraviesa la vida humana los hemos pasado juntos. Era mi amigo desde que ambos tuvimos uso de razón y jamás nos ha separado el más pequeño rozamiento. Por eso digo que Tomás era muy bueno, y ahí están todos los que lo trataron para corroborarlo.

Hace una semana, un corazón de fuego, un espíritu levantado, una cabeza pensadora, una vida en su mejor periodo de actividad. Hoy… ¡nada!

El mejor lenitivo que puede tener el justo y profundo sentimiento que embarga a su apreciable familia; el alivio del dolor agudo que sufren sus inconsolables padres y hermanos, es la satisfacción de que en estos penosos momentos se les asocian los muchos que amaban al ser querido que acaban de perder.

Dicen que las lágrimas más meritorias son las que vierte un hombre; y si es así, bien convencido estarás, pobre amigo, que yo te quería de verdad, pues las mías se han confundido en tu muerte con las que derramaban los que llevan tu sangre.

¡Descansa en paz, y que Dios se haya apiadado de tu alma!
B.B.

(El Eco de Levante, Garrucha, 6 de enero de 1900)

lunes, 15 de junio de 2015

La Alcaldesa Doña María López Cervantes recuerda la figura del Primer Alcalde de Garrucha, Don Manuel Berruezo Ayora, y los logros de la primera corporación municipal en su discurso de investidura


Equipo de gobierno actual del Ayuntamiento de Garrucha

El 13 de junio de 2015 tomó posesión como Alcaldesa de Garrucha Doña María López Cervantes, siendo la primera mujer en hacerlo en la historia del municipio.

Cuando en el programa electoral del PSOE de Garrucha para las elecciones municipales de 24 de mayo de 2015 se recogió en uno de sus puntos: “Recuperación de la historia de Garrucha, apoyo a investigadores e historiadores y reconocimiento a garrucheros ilustres”, ya nos dimos cuenta de que el nuevo equipo de gobierno apostaría firmemente por la cultura y el conocimiento de la historia de nuestra querida Garrucha, haciendo máxime la frase de que para saber a dónde vamos, antes debemos saber quiénes somos y de dónde venimos para así poder avanzar con seguridad hacia el futuro.

La flamante regidora quiso recordar en el inicio de su discurso de investidura del pasado día 13 de los corrientes el origen de Garrucha como municipio independiente de Vera en 1861, cuyo primer Alcalde, Don Manuel Berruezo Ayora, considerado el padre de todos los garrucheros, supo dirigir un equipo de gobierno que consiguió grandes logros e impulsó al municipio a cotas superiores de desarrollo y bienestar para los vecinos.


Para ver el discurso de investidura completo pulsar el siguiente enlace: Discurso de investidura

En la España actual, donde la clase política está tan minusvalorada por la ciudadanía debido a la falta de valores éticos de muchos de ellos, que han amparado, tolerado o cometido actos de corrupción, resulta esperanzador que Garrucha cuente con un gobierno presidido por una Alcaldesa que quiera rescatar del injusto olvido figuras históricas como la de D. Manuel Berruezo Ayora, y otros, así como los valores que representaban, que son modelos a seguir de lo que debe ser entendido como un buen y honrado servidor público. (Ver: D. Manuel Berruezo Ayora (1816-1874). Primer Alcalde de Garrucha). Por ello, no es de extrañar que anunciara un gobierno para todos, con una especial atención a los sectores más desfavorecidos y tradicionales, y a las políticas que fomenten el desarrollo del municipio. En fin, un magnífico discurso de investidura que estamos seguros tratará de cumplir con todos los medios a su alcance.

Desde la familia Berruezo le deseamos todo lo mejor en su nueva y difícil andadura como Alcaldesa, con la esperanza de que pueda cumplir todas las promesas y proyectos de su gobierno.

Asimismo queremos hacer público nuestro reconocimiento, tanto a ella como a otros concejales de su grupo municipal, por acompañarnos durante la Misa celebrada el día 26 de abril de 2014 con ocasión del 140 aniversario del fallecimiento del primer Alcalde de Garrucha, acto religioso que tuvo lugar en la Iglesia Parroquial de San Joaquín y a la que asistieron también muchos vecinos que llenaron la parroquia. Se echó en falta la asistencia del anterior Alcalde Sr. Fernández Martínez, o de alguna representación de su gobierno; los vecinos criticaron la ausencia de ellos, máxime cuando conocieron que habían sido informados e invitados al acto. 

¡Qué diferente sensibilidad y amor por Garrucha entre la actual Alcaldesa y el anterior Alcalde! 

Este acto del 140 aniversario,  también fue recogido por la prensa de Almería en un gran artículo que realizó el redactor jefe de La Voz de Almería, Don Manuel León González, gran amante y conocedor de la Historia de Garrucha. (Ver: Artículo).

sábado, 13 de junio de 2015

D. Bernardo Berruezo contra la alarmante emigración del levante almeriense a principios del siglo XX


En 1904 los regeneracionistas de Garrucha todavía continuaban luchando para conseguir la construcción del ferrocarril de Lorca a Almería, la canalización del río Almanzora y otras obras públicas de mejora para el levante almeriense y, en particular, para Garrucha. El levante almeriense estaba sufriendo una fuerte emigración como consecuencia del parón de las actividades comerciales e industriales, favorecido por la no realización de las infraestructuras necesarias para reactivar la economía de la región. A este respecto, el popular periodista garruchero D. Bernardo Berruezo Gerez en el siguiente artículo publicado en El Liberal de Madrid y dirigido al nuevo ministro de Fomento, D. José de Cárdenas y Uriarte, muy concienciado del problema, hace un análisis detallado de la situación y una fuerte defensa de las soluciones, que hace llegar a los poderes públicos a través de un medio de gran tirada nacional.

Cabecera del periódico El Liberal (Madrid, 16/12/1904)

EMIGRACIÓN

Para el nuevo ministro

Bienvenido sea V.E. a ese departamento, y haga el cielo que su paso por él sea beneficioso para la hidalga nación española, que buena falta tiene de provechosas iniciativas de sus consejeros, y muy especialmente de quienes dirigen el antiguo ministerio de Fomento, partido por gala en dos, o departido para dos, por gracia y obra de modernistas necesidades.

En los tres últimos meses van embarcados por los puertos de Almería, Garrucha y Águilas la friolera de 5.000 emigrantes con destino a Argelia, en su mayoría procedentes de la zona de Levante de la provincia de Almería.


¿No parece a V.E. la cifra horrible y alarmante? ¿Verdad que es un desconsuelo que el hambre arroje de su patria a tantísimos braceros, aposentándose a diario en ella legiones de frailes extranjeros, que maldito el bien que nos hacen? Y cuente el señor ministro con que a su número hay que añadir la emigración a países más lejanos, y algunos miles más de hombres que anualmente van a otras provincias españolas, porque aquí no hallan trabajo; porque esta zona tan privilegiada por la Naturaleza en su suelo y en su subsuelo, es la más abandonada de todas, y los poderes públicos sólo se acuerdan de ella para azotarla con irresistibles contribuciones.

La minería, principal fuente de riqueza de la comarca, que posee sierras tan ricas como las de Almagrera, Alhamilla, Bacares, Bédar y otras, no puede desenvolverse porque los impuestos que sobre ella pesan así lo imponen. La pequeña industria de este ramo, lo que podemos llamar pequeñas explotaciones, y que proporcionaba antes el sustento a infinidad de familias, desapareció por completo.

La agricultura, nuestra famosa agricultura otra veces, porque ha llevado a los mercados el mejor fruto, está igualmente paralizada por la enormidad de los tributos que paga y por la absoluta carencia de medios de riego. Figúrese el señor ministro que en los terrenos de regadío que fertilizaría el proyectado Canal de Almanzora, durante el estío, época de crianza de hortalizas, cuesta a los labradores cada hora de agua (de Sociedad particular), nada menos que 35 pesetas; y para alimentar de ella la superficie de una fanega (9.000 varas), se necesitan ocho horas. Cantidad que centuplica el tipo porque haría este servicio el referido Canal, con pingües ganancias para sus explotadores, puesto que su construcción sería bien económica.

Pero lo que más contribuye a la postración de esta comarca, la verdadera causa de su ya completa ruina, es la falta de comunicaciones.

Esto, excelentísimo señor, es escandaloso aquí, y hora es ya de que a ello se preste atención. Infinidad de pueblos muy importantes, Garrucha entre ellos, que produce con su puerto una millonada al Erario público, dependen de una mal llamada carretera, y no hay temor de equivocarse si se asegura que nadie en España puede lanzar sus quejas con tan justificados motivos como nosotros.

Hace veinte años que se aprobó la ley del ferrocarril de Lorca a Almería, verdadera redención de este sufrido país, y ni representantes en Cortes ni Gobiernos hanse ocupado de que se lleve a la práctica tan necesitada obra. Hemos puesto al servicio de ella todas nuestras actividades y buena parte de nuestro interés, y nunca hemos conseguido que el clamoreo traspase los umbrales de las Cámaras.

¿Quiere V.E. más pruebas del abandono en que se nos tiene sumidos? Pues sepa vuecencia que en el concierto, o lo que sea, de los ferrocarriles secundarios, también ha sido preterida esta comarca. Ni oficial ni extraoficialmente se le ha ocurrido a nadie decir que una línea secundaria de Zurgena a Garrucha, pasando por Cuevas y Vera, sería quizás el único ferrocarril de importancia de cuantos se pidieran para la provincia de Almería, y a buen seguro que ningún otro tendría tantas empresas dispuestas a construirlo, porque es universalmente reconocido el gran tráfico que tendría.

Y por todo lo dicho, excelentísimo señor, más de 200.000 habitantes, ante V.E., con el mayor respeto, exponen:

Que para evitar esa tremenda emigración que sufre esta zona, se hace necesaria, completamente necesaria, la construcción del ferrocarril de Lorca a Almería, o, en su defecto, una línea secundaria de Zurgena a Garrucha. Que el Canal de Almanzora se impone como única salvación de nuestra tan decaída agricultura, que es de absoluta necesidad una carretera que partiendo de Sierra Almagrera, la importante sierra que atesora en sus entrañas los más preciados minerales, pase por Garrucha, su puerto, y vaya a empalmar en los Gallardos con la de Lumbreras a Almería, dando así comunicación a dos cotos mineros de extraordinaria producción.

Despedida de emigrantes españoles

Que la referida emigración, robustecedora de la usura, va acrecentando de día en día la inmoralidad por otros órdenes, y que este país, todavía cunero y sometido a pesar de sus continuos sufrimientos, tendrá que abandonar en pleno este territorio, porque el hambre se enseñorea ya en él de un modo pavoroso; la incultura por falta de escuelas predomina y la honradez, la laboriosidad que siempre fueron lema de estos pacientes habitantes, corre inminente riesgo de trucarse en feroz condición.

Y este cambio, forzosamente habría de remorder la conciencia de sus causantes, de los Gobiernos que ignoran la diferencia enorme que hay entre habitar en la zona de Levante de la provincia de Almería, o en Jauja, que es la residencia habitual de ellos.

B. BERRUEZO.

Garrucha, Diciembre 1904.

(El Liberal, Madrid, 16 de diciembre de 1904)

martes, 2 de junio de 2015

Fiesta de Moros y Cristianos de Carboneras (1900)


En junio de 1900, Don Bernardo Berruezo Gerez marchó de Garrucha a Carboneras a pasar la fiesta de Moros y Cristianos invitado por sus buenos amigos D. José y D. Francisco Fuentes, hermanos de su cuñado D. Simón Fuentes Caparrós. Durante su estancia en dicha localidad disfrutó de unos festejos memorables, como él mismo se encargó de relatar en el artículo titulado MOROS Y CRISTIANOS y que publicó en el periódico El Eco de Levante de Garrucha el 22 de junio de 1900. Sin lugar a dudas este artículo escrito por el célebre periodista garruchero constituye una fuente histórica de primer orden para los estudiosos de las fiestas populares de Carboneras, al narrar como era la citada fiesta de Moros y Cristianos hace más de 100 años:

MOROS Y CRISTIANOS

El que sea guapo que vaya y niegue en Carboneras que San Antonio de Padua no es el santo más milagroso de todos, y la efigie que allí se venera la más perfecta en mérito artístico.

San Antonio de Padua de Carboneras
El día 13 de Junio es en aquel simpático y hospitalario pueblo el día del trueno, y el señalado para que todos los carboneros echen la casa por la ventana.

Galantemente invitado a presenciar la fiesta cómico-dramático-religiosa, cabalgué en soberbio mulo, y paso tras paso (del cuadrúpedo por supuesto) me cargué cinco horas, cuarenta minutos y un regular dolor de tripas, efecto sin duda de una digestión demasiado balanceada.

Quisiera ser poeta para cantar las bellezas que adornan el camino que divide esta hermosa rada de aquella linda bahía, y que, aunque abrupto y accidentado, despliega panoramas encantadores, partos privilegiados de la naturaleza. Bien puede asegurarse que las molestias que causa el viaje son retribuidas por las gratas impresiones que produce.


Media hora por la orilla del mar, por la misma lengua del agua, cuyas ondas, las suaves ondas del Mediterráneo, besan constantemente los remos de la caballería – ¡qué besos con tan poco atractivo! – permitiendo la contemplación de nuestro extenso e incomparable horizonte, y que desaparece luego al entrar en la obscura bóveda que forman los frutales airosamente plantados a lado y lado del sendero. En tanto se encuentra el viajero cruzando sombría trinchera, desde donde sólo se divisa una estrecha franja del azulado cielo que nos cobija, como se detiene sobre la cúspide de elevado monte, extasiándose su vista con el soberbio panorama que ofrece, a un lado el mar, allá abajo, que con su eterno ritmo hace gratísimo coro a la multitud variada de pajarillos que pían alegremente en los valles fecundos, los verdosos valles de la sin par Sierra Cabrera…

Y ala, ala, pasé por fin la cuesta de la Torre, la última cuesta desde donde se divisa perfecta y claramente el caserío de Carboneras. Allí tuve la satisfacción de estrechar algunas manos amigas, entre las cuales se destacaba por su buen tamaño, y su cuero cabelludo, la del agradable, simpático y bien conocido Jacinto Cano y Bañon, célebre excortador de la famosa sastrería madrileña de Moreno, dueño absoluto de la voluntad de la Hermandad del Santo Patrono de Carboneras y de aquella banda de música; sastre que hoy en el país viste a los más elegantes y de mejor gusto, porque sabe lo que se trae entre manos; gran conocedor del mundo; perfeccionador del Fonógrafo de Edisson, etc., etc., todo lo cual puede creerse como artículo de fe, porque lo dice él, y él no miente nunca.

A las 7 de la tarde del 12, sale el “Padre San Antonio bendito” en solemne procesión, y entre las aclamaciones del público, desde la Iglesia a la plaza del Castillo, donde se hace cargo la venerada imagen del “General cristiano”, guarneciéndola bajo artístico camarín construido al efecto con ramajes y flores.

Una bonita y bien ejecutada diana despertó la madrugada del 13 a todos los que soñábamos con el jaleo que se preparaba para aquel día; y ya que me refiero por segunda vez a la banda del pueblo, diré, haciendo honor a la justicia, que aunque deficiente por el número de músicos que la componen, merece los mayores elogios por la afinación que se nota en su alegre trabajo.

Cuando el sol deja entrever por el otro lado del mar sus primeros y encarnados rayos, ya estaba cubierta la extensa plaza por apiñada multitud, entre la cual se destacaban originalmente los disfraces de los moros. Bien pronto desaparecieron estos para dar comienzo a la función, llegando enseguida el general español acompañado de su Ayudante, ambos sobre briosos corceles, y un pequeño ejército armado de rudos y atroces trabucos.

Con entusiastas frases arengaba el caudillo a sus huestes, cuando el Ayudante que hacía poco se separó del campamento, asomó en descomunal carrera, y haciendo a su superior el natural saludo, dijo:
             Si la vista no me engaña,
             veo venir un ginde,
             que trae bandera blanca,
             tambor y acompañamiento…

Efectivamente, acompañado de dos fornidos moros y un centinela cristiano; con ambos ojos vendados y cabalgando sobre un buen caballo imitación a árabe, llegó el emisario musulmán elegante y ricamente ataviado; y comunicó al Generalísimo español, “que si en término de, (no sé cuantas horas), no rendía la plaza, entregando la efigie de Antonio, entraría el ejército Marroquí a sangre y fuego”.

Desembarco moro en la fiesta de Moros y Cristianos de Carboneras en la actualidad

El cristiano no se arredra ante aquella amenaza, y aunque guardando las debidas formas reclamadas por la hidalguía y bandera blanca, signo de paz, despide al moro con cajas destempladas – y conste que no digo esto a humo de paja, puesto que el tambor del emisario desafinó a los primeros palillazos –.

Cinco minutos después, comenzó un nutrido y ruidoso tiroteo, confundiéndose cristianos y moros. Apoderáronse éstos últimos de San Antonio, y persiguiendo a nuestros soldados, les obligaron a embarcar en dos o tres navíos, librándose en el mar, que en aquel momento estaba hermoso y apacible, un reñido combate, del que salieron victoriosos los africanos que bien pronto se apoderaron de la plaza.

He dicho antes, que esta fiesta es cómico-dramática-religiosa, porque el primer carácter lo dan los dos espías (moro y cristiano) que con dichos y acciones, chispeantes unas veces y demasiado subidas de color otras, producen la hilaridad del público. Dramática, porque durante la pelea hay heridos (aunque figurados por supuesto) entre los que se encuentra el caudillo español por la mañana y el moro por la tarde; y la ardiente fe y respeto que inspira el Santo, la veneración de que la generalidad le hace objeto, demuestra que la religión juega el mejor papel en ella.

Durante todo el día y sin interrupción, atronaban el espacio y ensordecían a la gran afluencia de gente, sendos trabucazos y millares de voladores, demostrando así los carboneros, que tratándose de festejar a San Antonio, les importa un bledo la monopolización y subida de la pólvora.

Hubo gran misa, a la que no me fue posible asistir; pero tuve lugar de oír los elogios que se hacían del predicador, el joven presbítero de Vera D. Nicolás González, quien sin pretensiones, sabe cumplir su sagrado cometido.

Por la tarde entraron nuevamente en acción moros y cristianos. Discursos, arengas, amenazas; las mismas escenas de la mañana, si bien trocados los papeles, y entre muchos aplausos y no pocos tiros, quedó la victoria por parte de los españoles que rescataron el Santo, y tras de ser herido el rey moro, se arrepintió de su pasado y profesó nuestra religión.

Otra procesión, y por la noche, fuegos artificiales, por cierto muy bonitos y divertidos.

Función gimnasto-acrobática que empezó por no poder lucir sus habilidades los artistas, que era un matrimonio cruzado – mulato y blanca – efecto de la aglomeración de la gente, y terminó por un regular estacazo que un descontento propinó a la pareja – pues la vara era de buenas dimensiones y alcanzó a los dos cuerpos – ¿Formaría parte el agresor del ejército moro..?

Las personas que pudieron quedarse en Carboneras me dicen que en los dos días posteriores al de San Antonio, ha habido otros varios festejos como regatas, corrida de un toro de fuego, carrera de cintas y pichones, etc., por lo que bien merecen aplausos las autoridades y personas que componen la cofradía del Patrono, encargada de la dirección de las fiestas.

Yo no sé lo que mejor me ha impresionado durante mi corta permanencia en el pueblo del rico pescado. Si el atractivo de una fiesta rara y original, o el carácter afable de los carboneros que se disputaban la vez para agasajarme. A todos, porque todos lo merecen, envío desde estas columnas un millón de gracias. Todos tienen mi eterno agradecimiento y las simpatías de EL ECO DE LEVANTE, que tan excelente acogida les mereció. ¡Quiera Dios que muy pronto podamos comunicarnos más frecuentamente y cómodamente por medio del ferrocarril de Lorca a Almería, tan deseado por los dos pueblos hermanos!

Para concluir mis impresiones, debo poner de manifiesto que he estado suntuosamente hospedado en casa de los hermanos Fuentes (D. José y D. Francisco); pero respecto a estos bondadosos amigos, me está prohibido hacer los incomios que justamente merecen. La franca acogida que me dispensaron, ni siquiera me permitió darles las gracias; pero allá van ahora siquiera sea en nombre de EL ECO.

Casa de los Fuentes, Ayuntamiento de Carboneras en la actualidad

La tradicional fiesta de Moros y Cristianos es como otras muchas que se hacen por estos pueblos, con la sola diferencia de que resulta más agradable y entretenida que la mayoría. Yo la considero hasta más culta que algunas que se celebran en poblaciones más grandes, más visitadas y más pretenciosas que Carboneras. Que la gente se atavie con el turbante y la media luna para proporcionar un día de inocente expansión, no tiene nada de particular ni merece las censuras de nadie. Pero mire V. que imitar a Jesucrito, usando vestiduras semejantes a sus vestiduras, y cubriéndose el rostro con una careta, tomada de la imagen del Redentor, para conmemorar grotescamente su pasión y muerte…!
B. Berruezo.

(El Eco de Levante, Garrucha, 22 de junio de 1900)