sábado, 27 de junio de 2015

La catástrofe del río Almanzora, 27 de junio de 1900


En la madrugada del 27 de junio de 1900 se produjo una gran catástrofe, el río Almanzora se desbordó causando innumerables muertes y cuantiosos daños materiales. Albox fue el pueblo que sufrió las mayores consecuencias. A la orilla de Garrucha el mar devolvió centenares de objetos procedentes de esta calamidad: alimentos de todo tipo, animales muertos, muebles y enseres de viviendas, objetos procedentes de la iglesia, etc. Incluso aparecieron cadáveres en la desembocadura del río Almanzora y hasta el cuerpo sin vida de una niña apareció en la playa de Garrucha. Ante este desastre que conmocionó a España, el Gobierno y la Diputación Provincial de Almería decretaron medidas extraordinarias de socorro y se consideró seriamente, desde el Ministerio de Obras Públicas, realizar la necesaria canalización del Almanzora, pero como solía pasar con la desamparada Almería, el célebre periodista regeneracionista D. Bernardo Berruezo dudaba ya de la palabra de los que tanto prometían y pocas veces hacían. La defensa de la canalización del citado río, que tantas veces hizo el conocido periodista garruchero en la prensa, cobraba más sentido que nunca ante tal desastre. El desbordamiento del río Almanzora no era nuevo para los habitantes del levante almeriense, en esta época todavía perduraban en el recuerdo las fatídicas inundaciones de 1879, 1880, 1884 o 1891, entre otras fechas.


EN GARRUCHA
El cadáver de una niña. – Más noticias de Albox
                                 Garrucha 30 (3-15 t.).

En la madrugada de hoy el mar ha arrojado a esta playa el cadáver de un niña de ocho años de edad, que se supone víctima de la inundación de Albox.

A este pueblo ha llegado el gobernador civil, acompañado del arquitecto provincial, de una Comisión de la Diputación y de representantes de la provincia de Almería.

Las noticias que se reciben de Albox dan cuenta de escenas horrorosas desarrolladas durante la inundación, y acusan grandes pérdidas.

La Diputación provincial ha asignado 6000 pesetas para los primeros socorros.– Berruezo.

(El Liberal, Madrid, 2 de julio de 1900)


A GRANDES MALES GRANDES REMEDIOS

Ya saben nuestros lectores las promesas hechas por el Gobierno a algunos de nuestros representantes en Cortes.

Por fin se acuerdan para algo bueno de esta desventurada provincia. Es verdad que han sido menester los gritos desgarradores de los que perdieron su hacienda, los ayes angustiosos de los padres cuyos hijos les fueron arrebatados por la corriente, y las quejas de dolor de los hijos que presenciaban desplomarse las techumbres sobre los cuerpos fatigados de sus padres.

No es esta la primera vez que el traidor Almanzora con su impetuosa corriente, ha sembrado la ruina y la muerte en sus fecundas riberas, y aunque los esfuerzos de los gobiernos y los sacrificios de la caridad pública, manifestada siempre en España con hermosos rasgos, ha acudido pronto a remediar daños y enjugar lágrimas, jamás han resuelto nada con positivas consecuencias ni han evitado posteriores desastres.

Los considerables fondos reunidos, sólo sirvieron para llenar ambiciones caciquiles, y siempre mal invertidos, nada de provecho general originaron.

Planteando obras que ocupen en sus trabajos a los muchos pobres que la inundación ha dejado en la miseria, y que el propio tiempo sirvan para desenvolver las riquezas del país; procediendo a la desviación o fortificación de ramblas y arroyos, para evitar nuevas catástrofes; dando facilidades a los hombres laboriosos para proporcionar el alimento de sus hijos; así es como pueden contrarrestarse los grandes males de que tan continuamente es víctima la provincia de Almería.

Entre las varias mejoras que se anuncian, ha hablado el Ministro de Obras Públicas del Canal del Almanzora.

¡Qué gran pensamiento si hubiera de convertirse pronto, con la premura que exigen las circunstancias, en realidad, anhelada desde hace mucho tiempo por un puñado de pueblos! ¡Qué inmenso beneficio para esos pueblos, y qué dicha tan grande para sus desheredados habitantes!


Nosotros hemos sido siempre firmes mantenedores de esa trascendental idea, por su realización hemos abogado siempre, y confesamos que no hubiese pasado de ser idea, de no surgir la gran avenida del despiadado río, sembrando en sus frondosas riberas la muerte y la ruina, y dejando a sus moradores sin pan y sin hogar, llorando la pérdida de seres queridos, y enterneciendo con sus ayes de angustia el corazón de los que rigen nuestros destinos…

Aún dudamos de sus ofrecimientos. Todavía no hemos visto comenzados los trabajos de tan vital mejoría… y conste que seguiremos siendo tercos partidarios de esa fuente de riqueza para muchos de nuestros hermanos, de esa merecida sangría, que algo amansará los bríos terroríficos del traidor Almanzora.
B.B.

(El Eco de Levante, Garrucha, 8 de julio de 1900)

No hay comentarios:

Publicar un comentario