martes, 20 de noviembre de 2018

Los Berruezo y la Industria del Mármol en Garrucha



Esta foto, realizada hacia 1885 de una cantera de mármol, pertenecía a la colección de
D. José Miguel Fuentes Figuera de Vargas,  nieto del Ingeniero de Minas D. Juan Figuera de Vargas Coche 
y bisnieto de D. Francisco Berruezo López.  ¿Será la cantera de mármol que poseía su bisabuelo en Macael?
En la misma se observa, sentado, al ingeniero D. Manuel Figuera de Vargas, junto a su ayudante y marmolistas.
(Extraída del libro Memoria Histórica, Fotográfica y Documental de Garrucha (1861-1936). Vol. II. Autor: Juan Grima Cervantes)

Un aspecto escasamente estudiado de la rica actividad comercial e industrial de Garrucha en el siglo XIX fue la exportación de mármol que se hacía por su rada. Quizás eclipsado por las poderosas industrias del plomo y del hierro que afamaron a la comarca en la época, el comercio del mármol ha pasado en cierta manera desapercibido pese a existir importantes evidencias del mismo desde antiguo. Ya en la visita que realizó en 1571 el Ingeniero militar don Antonio de Berrío, en su misión de inspección de la Costa del Reino de Granada para la mejora de su defensa, referencia a Garrucha como lugar de encuentro de los marmolistas de la región para su venta:

«Estancia de Garrucha de Vera,
Es mui neçesario hazelle torre, porque, de mas de ser descubierta de Vera para su aviso, es lugar donde los enemigos acuden muchas vezes, repeto de la mucha gente de pescadores y marmoleros que alli acuden, porque es aquí donde tienen gran cantidad de mármol para de aquí llevallo a muchas partes.»

De la repercusión económica que tuvo la industria del mármol para Garrucha a finales del siglo XIX dan idea dos informes del Cuerpo Consular del municipio. El Vicecónsul inglés D. Jorge Clifton Pecket afirmaba en 1899: “Además de las canteras de mármol de Macael, a las que frecuentemente me he referido en informes anteriores, una fuente importante de este mineral se explota mucho más cerca de la costa (El Chive, Lubrín), y grandes bloques de mármol blanco-veteado y uniforme se han traído aquí, donde talleres completos se han establecido para aserrarlos y cortarlos por medio de energía de vapor. Aquí se corta y manufacturan baños, escaleras, pilas, chimeneas, fuentes, etc, con tallado y pulido, y competirán favorablemente en calidad y precio con los talleres hasta ahora exclusivos de Macael”. Por otra parte, unos años más tarde, en 1910, su colega diplomático, el Vicecónsul austrohúngaro D. Fernando Moldenhauer comentó: “Pocas tierras habrá, tan ricas en mármol blanco, a veces con veta negruzca, como este Distrito Consular. Saliendo de Garrucha en dirección a Poniente, encontramos ya mármoles en la Ballabona, y más a la izquierda, hacia Lubrín, en el mismo río de Antas atraviesa un potente filón del mismo mármol. Pero más aprovechable se presenta entre Lubrín y El Chive; allí se cortan piezas de gran tamaño. Pero estos ya considerables criaderos de mármol nada son al lado de las montañas de este material cerca de Albanchez y Cobdar, donde existen fábricas para cortar y moldear el mármol, una inglesa y otra de una Sociedad de Madrid; y pasando adelante se viene a las desde inmemorial tiempo conocidas minas de mármol de Macael, no lejos de Fines, donde aprovechan las aguas del Almanzora para mover las sierras que cortan los bloques de mármol en tablas de todo tamaño. En Garrucha trabaja ahora a vapor una sierra para cortar tablas de bloques de mármol. Antiguamente todos estos mármoles se transportaban a Garrucha para su embarque para Barcelona, Sevilla, Málaga, etc. Hoy van al puerto de Águilas, desde donde se exportan al extranjero.”

La Casa Berruezo, entre su variada actividad empresarial, también se dedicó a la industria del mármol en Garrucha. Se conoce que, al menos, desde 1855 don Manuel Berruezo Ayora comerciaba con ello exportando losas de distinta clase y medidas con destino Barcelona. Asimismo, D. Cleofás Berruezo Castaño poseía una fábrica para aserrar mármoles en el municipio a principios del siglo XX, seguramente la mencionada por el vicecónsul Moldenhauer. También se tienen datos que indican que el rico comerciante don Francisco Berruezo López estaba involucrado en la industria marmolera, pues adquirió en 1882 los derechos de explotación de una cantera en Macael y se sabe que buques de su flota mercante transportaban mármol para su venta en Málaga.

Dato de ejemplo del Laud Diosa Ceres, de 37 toneladas,
propiedad 
de D. Francisco Berruezo López, con destino Málaga,
cargado 
con mármol, tras tocar puerto en Almería capital.
(La Crónica Meridional, Almería, 7/6/1891)

Para hacernos unas idea aproximada de lo que suponía el comercio de esta roca metamórfica tan usada para embellecer las construcciones, daremos algunas cifras estimativas tanto de su precio como las de otras mercancías demandadas y exportadas por Garrucha en 1870. El mármol se pagaba muy bien, a 12 pesetas el quintal, lo que justificaba que incluso fuera rentable traerlo del lejano Macael, a más de 50 km de Garrucha. Era más caro que el jaboncillo (10 pesetas/quintal), el plomo (4-6 pesetas/quintal) o el hierro (0,1 pesetas/quintal), lo que denota que era un producto muy apreciado en el mercado, como lo es hoy día. Obviamente, estos datos varían enormemente en función de la demanda y en los años, por lo que deben tomarse simplemente como orientativos.

No cabe duda de que el negocio del mármol fue importante para el municipio en su época, pues, como se ha visto, aparte de ser Garrucha el lugar preferente por donde se exportaba desde tiempos remotos, también contaba con fábricas para su manufactura.