sábado, 13 de junio de 2015

D. Bernardo Berruezo contra la alarmante emigración del levante almeriense a principios del siglo XX


En 1904 los regeneracionistas de Garrucha todavía continuaban luchando para conseguir la construcción del ferrocarril de Lorca a Almería, la canalización del río Almanzora y otras obras públicas de mejora para el levante almeriense y, en particular, para Garrucha. El levante almeriense estaba sufriendo una fuerte emigración como consecuencia del parón de las actividades comerciales e industriales, favorecido por la no realización de las infraestructuras necesarias para reactivar la economía de la región. A este respecto, el popular periodista garruchero D. Bernardo Berruezo Gerez en el siguiente artículo publicado en El Liberal de Madrid y dirigido al nuevo ministro de Fomento, D. José de Cárdenas y Uriarte, muy concienciado del problema, hace un análisis detallado de la situación y una fuerte defensa de las soluciones, que hace llegar a los poderes públicos a través de un medio de gran tirada nacional.

Cabecera del periódico El Liberal (Madrid, 16/12/1904)

EMIGRACIÓN

Para el nuevo ministro

Bienvenido sea V.E. a ese departamento, y haga el cielo que su paso por él sea beneficioso para la hidalga nación española, que buena falta tiene de provechosas iniciativas de sus consejeros, y muy especialmente de quienes dirigen el antiguo ministerio de Fomento, partido por gala en dos, o departido para dos, por gracia y obra de modernistas necesidades.

En los tres últimos meses van embarcados por los puertos de Almería, Garrucha y Águilas la friolera de 5.000 emigrantes con destino a Argelia, en su mayoría procedentes de la zona de Levante de la provincia de Almería.


¿No parece a V.E. la cifra horrible y alarmante? ¿Verdad que es un desconsuelo que el hambre arroje de su patria a tantísimos braceros, aposentándose a diario en ella legiones de frailes extranjeros, que maldito el bien que nos hacen? Y cuente el señor ministro con que a su número hay que añadir la emigración a países más lejanos, y algunos miles más de hombres que anualmente van a otras provincias españolas, porque aquí no hallan trabajo; porque esta zona tan privilegiada por la Naturaleza en su suelo y en su subsuelo, es la más abandonada de todas, y los poderes públicos sólo se acuerdan de ella para azotarla con irresistibles contribuciones.

La minería, principal fuente de riqueza de la comarca, que posee sierras tan ricas como las de Almagrera, Alhamilla, Bacares, Bédar y otras, no puede desenvolverse porque los impuestos que sobre ella pesan así lo imponen. La pequeña industria de este ramo, lo que podemos llamar pequeñas explotaciones, y que proporcionaba antes el sustento a infinidad de familias, desapareció por completo.

La agricultura, nuestra famosa agricultura otra veces, porque ha llevado a los mercados el mejor fruto, está igualmente paralizada por la enormidad de los tributos que paga y por la absoluta carencia de medios de riego. Figúrese el señor ministro que en los terrenos de regadío que fertilizaría el proyectado Canal de Almanzora, durante el estío, época de crianza de hortalizas, cuesta a los labradores cada hora de agua (de Sociedad particular), nada menos que 35 pesetas; y para alimentar de ella la superficie de una fanega (9.000 varas), se necesitan ocho horas. Cantidad que centuplica el tipo porque haría este servicio el referido Canal, con pingües ganancias para sus explotadores, puesto que su construcción sería bien económica.

Pero lo que más contribuye a la postración de esta comarca, la verdadera causa de su ya completa ruina, es la falta de comunicaciones.

Esto, excelentísimo señor, es escandaloso aquí, y hora es ya de que a ello se preste atención. Infinidad de pueblos muy importantes, Garrucha entre ellos, que produce con su puerto una millonada al Erario público, dependen de una mal llamada carretera, y no hay temor de equivocarse si se asegura que nadie en España puede lanzar sus quejas con tan justificados motivos como nosotros.

Hace veinte años que se aprobó la ley del ferrocarril de Lorca a Almería, verdadera redención de este sufrido país, y ni representantes en Cortes ni Gobiernos hanse ocupado de que se lleve a la práctica tan necesitada obra. Hemos puesto al servicio de ella todas nuestras actividades y buena parte de nuestro interés, y nunca hemos conseguido que el clamoreo traspase los umbrales de las Cámaras.

¿Quiere V.E. más pruebas del abandono en que se nos tiene sumidos? Pues sepa vuecencia que en el concierto, o lo que sea, de los ferrocarriles secundarios, también ha sido preterida esta comarca. Ni oficial ni extraoficialmente se le ha ocurrido a nadie decir que una línea secundaria de Zurgena a Garrucha, pasando por Cuevas y Vera, sería quizás el único ferrocarril de importancia de cuantos se pidieran para la provincia de Almería, y a buen seguro que ningún otro tendría tantas empresas dispuestas a construirlo, porque es universalmente reconocido el gran tráfico que tendría.

Y por todo lo dicho, excelentísimo señor, más de 200.000 habitantes, ante V.E., con el mayor respeto, exponen:

Que para evitar esa tremenda emigración que sufre esta zona, se hace necesaria, completamente necesaria, la construcción del ferrocarril de Lorca a Almería, o, en su defecto, una línea secundaria de Zurgena a Garrucha. Que el Canal de Almanzora se impone como única salvación de nuestra tan decaída agricultura, que es de absoluta necesidad una carretera que partiendo de Sierra Almagrera, la importante sierra que atesora en sus entrañas los más preciados minerales, pase por Garrucha, su puerto, y vaya a empalmar en los Gallardos con la de Lumbreras a Almería, dando así comunicación a dos cotos mineros de extraordinaria producción.

Despedida de emigrantes españoles

Que la referida emigración, robustecedora de la usura, va acrecentando de día en día la inmoralidad por otros órdenes, y que este país, todavía cunero y sometido a pesar de sus continuos sufrimientos, tendrá que abandonar en pleno este territorio, porque el hambre se enseñorea ya en él de un modo pavoroso; la incultura por falta de escuelas predomina y la honradez, la laboriosidad que siempre fueron lema de estos pacientes habitantes, corre inminente riesgo de trucarse en feroz condición.

Y este cambio, forzosamente habría de remorder la conciencia de sus causantes, de los Gobiernos que ignoran la diferencia enorme que hay entre habitar en la zona de Levante de la provincia de Almería, o en Jauja, que es la residencia habitual de ellos.

B. BERRUEZO.

Garrucha, Diciembre 1904.

(El Liberal, Madrid, 16 de diciembre de 1904)

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