D. José López López. Hacia 1905 |
Su padre fue una destacada
personalidad de la Garrucha del siglo XIX. Fue político y concejal liberal
largos años, prácticamente desde la constitución del municipio en 1861, y
participó en el primer gobierno democrático, de tinte liberal progresista,
emanado tras el derrocamiento de la Monarquía Isabelina en 1868. Don Juan S.
López estuvo muy comprometido con el pueblo y se sabe que a finales de la
centuria era todavía concejal en el Consistorio. Sin lugar a dudas, fue una
figura muy respetada entre los liberales del municipio. Además de político,
López Soler fue Agente Consular de Italia y Turquía, consignatario de buques y un relevante comerciante,
exportando hierro a Estados Unidos y naranjas a Inglaterra y Francia.
Criado en el seno de una familia
de profunda convicción liberal y democrática, nuestro biografiado no tardó en
seguir los pasos de su padre y consagraría su vida al servicio público.
Don José López López fue un apasionado
político liberal de tendencia republicana en Garrucha.
Tal fue su fama como orador y político
defensor de clase obrera que diversos pesos fuertes de la política local como
el prócer republicano posibilista D. Francisco Berruezo López, el médico
republicano y célebre masón D. Pedro Grima de los Ríos, y elementos
populares como el albañil y el entusiasta concejal liberal D. Manuel Salmerón
López y D. Diego Campoy López lo propusieron como candidato a Diputado a Cortes
en las Elecciones Generales de 1893. Sin embargo, no prosperó la propuesta.
En poco tiempo se erigió como uno
de los grandes referentes del liberalismo más progresista y socialista del
municipio, siendo largos años concejal y Alcalde de Garrucha en 1894 y 1905.
De su gestión como Alcalde en
1905 destaca, según escribió el periódico El
Ferrocarrilico de Cuevas del Almanzora (27/5/1905), el cese del monopolio
de la carne, por lo que todo aquel que tuviese dicho género podía venderlo; el
restablecimiento del sistema métrico decimal en el comercio; una mayor
preocupación por la limpieza de las calles para mejorar la salubridad del
vecindario; la consideración y respeto a todo el mundo, terminando así las
odiosidades y rencores políticos que habían originado una gran tensión en la
población; y seguir mejorando el pueblo cuando lo fueran permitiendo los
ingresos municipales.
A partir de 1906, don José López
se alineó políticamente en torno a los Berruezo, ya que desde ese año hasta su muerte acaecida en 1914 fue Teniente
de Alcalde bajo la Presidencia del Ayuntamiento por parte de su gran amigo don
Pedro Berruezo Gerez. Este paso a la segunda fila de la política local le sirvió en cierto modo como control a su, a veces, apasionamiento ideológico, ya que Berruezo moderó en ocasiones la exaltación política de López.
Concejales electos de Garrucha en 1909. Nota del periódico El Radical (Almería, 8/12/1909) |
Sin lugar a dudas, fue uno de los hombres
de máxima confianza del querido Alcalde don Pedro Berruezo y juntos trabajaron en un clima de concordia por el progreso social y económico de Garrucha.
Su cercanía y empatía con los obreros lo hicieron tremendamente popular en Garrucha, siendo además su representante en el Ayuntamiento y en la Junta Local de Reformas Sociales.
En las huelgas era habitual verlo apoyando a los trabajadores en demanda de las mejoras laborales
que reclamaban y en ocasiones llegó a entrevistarse ante los patrones para negociar las citadas mejoras.
La lucha de la clase obrera siempre fue su lucha y ello le llevó a enfrentarse en algunos momentos a los
malos capitalistas que oprimían al trabajador en una época en la que el obrero
se encontraba prácticamente sin derechos y a merced de las arbitrariedades de
empresarios sin escrúpulos.
En 1910 impulsó la fundación del
importante sindicato “La Unión Obrera” y al frente del mismo trabajó firmemente
por la dignidad, defensa y los derechos de los trabajadores.
Se destacan a continuación
algunos artículos ilustrativos sobre el objetivo del sindicato recogido en
su Reglamento de la Sociedad de Cargadores y Descargadores de Mar y Tierra
de Garrucha denominada “La Unión
Obrera”:
Art.1: El objeto para el que esta Sociedad se crea es el de mejorar las condiciones morales y materiales de los obreros, sus asociados: velar porque en los trabajos y faenas en que se ocupen se les considere y atienda y se les pague en la forma y cuantía que merezcan sus esfuerzos y sacrificios.
Art.3:
Establecer centros instructivos para fomentar el desarrollo intelectual de los
asociados y proporcionar enseñanza gratuita a los hijos de los mismos menores
de edad.
Art.4:
Facilitar a todo asociado que lo necesite médico, medicinas y alimentos en las
enfermedades que puedan sufrir ellos, sus padres, sus esposas o sus hijos.
Pero como Teniente de Alcalde,
don José López no sólo destacó como defensor de los más desfavorecidos, también
tuvo reseñables actuaciones en otros campos.
Se preocupó enormemente de la
educación de los niños y de recompensar sus logros estudiantiles como forma de
estimularlos en el estudio, ya que ellos eran el futuro de Garrucha y de
España. En este sentido, en 1908, con ocasión de la visita del Inspector de
Instrucción Primaria se celebró un acto para premiar a los pequeños estudiantes
y lo que aconteció en el mismo quedó recogido en la prensa. En el artículo que
se transcribe a continuación de manera resumida se le menciona como Alcalde, aunque en esos momentos era realmente Alcalde accidental de Garrucha, ya que don Pedro Berruezo se encontraba ausente
del municipio en esos días.
Ejemplo digno de imitar
La
venida a este pueblo del celoso Inspector de primera enseñanza de la provincia,
era deseada por infinidad de niños y niñas de las diferentes escuelas
existentes en la localidad, porque al fin iban a ver coronados sus desvelos y
realizadas sus aspiraciones. Se veía, no obstante, en ellos la intranquilidad
propia en esa edad, por el acto trascendental que iban a realizar; mas cuando
vieron llegar al Sr. Inspector y les dirigió la palabra, su mirada dulce y
tranquila a pesar de su seriedad, penetró de tal manera en el ánimo de los
niños, cautivó de tal modo sus inocentes corazones, que lejos de infundirles
miedo, se acercaban a él como pudieran hacerlo al más cariñoso de los padres. [...]
Esto
unido al celo del señor Alcalde (accidental) D. José López López ha hecho que
el entusiasmo en Garrucha, raye la locura.
El
paño de lágrimas de los pobres, D. José López López ha recibido en esta ocasión
rendido homenaje de gratitud y reconocimiento. [...]
El
Alcalde de Garrucha ha dado muestras inequívocas de su entrañable amor a la
enseñanza y a la cultura de su pueblo. [...]
¡Había
que ver a la primera autoridad local, en medio de los ordenados escolares, acto
seguido de premiarlos, en justicia, ofreciéndoles dulces a granel y
exhortándoles con su infatigable celo el porvenir! ¡Había que contemplar aquel
hermoso cuadro, y oír a cada momento los improvisados y entusiastas vivas que
brotaban de sus juveniles pechos, aclamando al Sr. Alcalde, al Sr. Inspector y
a nuestra querida patria!
La
pluma del más distinguido literato nunca retrataría el hecho con todo su
esplendor.
No
quedó uno en las escuelas de ambos sexos que no obtuviera su recompensa. En
unos se premió el talento; en otros la asidua aplicación; en muchos su
intachable honradez; en otros sus bonitos discursos y proclamas a la bandera y
finalmente en los parvulitos la asistencia puntual a sus diferentes clases.
No
contento el celoso Alcalde con las varias y hermosas medallas traídas de la
ciudad condal, preparó al efecto todos cuantos objetos de capricho, útiles y
necesarios existían en los comercios de la localidad, consistentes en cortes de
traje para niñas, trajes enteros y ropa interior, pañuelos de seda de
diferentes precios, estuches “necesaire” de importancia y otras cosas más
inferiores, muñecas de regulares tamaños y otros muchos objetos que sería
prolijo enumerar.
Según
cálculos aproximados, podemos asegurar que el entusiasmo del Sr. Alcalde D.
José López López en su laudable deseo de premiar la aplicación de los hijos de
su pueblo, le ha originado el desembolso de unas mil pesetas.
Este
hecho encantador, digno de imitar, que de ninguna manera podía quedar oculta, y
que forma una gloriosa página en los anales de esta villa, ha sido una eficaz y
verdadero estímulo, en primer lugar, para la juventud estudiosa y en segundo
para despertar a los retraídos.
Los
niños y niñas que ostentan hoy en el pecho sus medallas, no se cambian por los
más ricos potentados.
[...]
(El Radical, Almería, 24 de
octubre de 1908)
Por otro lado, tuvo acciones
destacables en su lucha por combatir la propagación de epidemias en Garrucha.
En 1905, siendo Alcalde de
Garrucha, el sarampión asoló al municipio, por lo que decretó que para evitar
más contagios los cadáveres fueran conducidos directamente al cementerio, sin
pasar por la Iglesia y las principales calles de la población, rompiendo con
una tradición que se hacía en esos momentos inviable desde el punto de vista de
la salud pública. Gracias a esta y otras medidas se logró reducir la epidemia.
En la primavera de 1911 surgió en
el levante almeriense una epidemia de tifus, siendo particularmente duras sus consecuencias en Vera. En Garrucha, apenas se dieron casos gracias a las
gestiones que desarrollaron incansablemente personalidades como D. José López. Trabajó
incansablemente junto a don Pedro Berruezo y los médicos del municipio estableciendo
medidas sanitarias que evitaran la propagación de este mal en la población. Por
su destacable actuación le valió que la prensa solicitara para él la Cruz de Beneficencia.
Nota sobre el tifus del periódico La Independencia de Almería (27/4/1911) |
Pero don José López fue algo más
que político en Garrucha. También fue periodista, siendo corresponsal de los periódicos
La Crónica Meridional y El Radical de Almería, así como del Ferrocarrilico de
Cuevas del Almanzora. Asimismo, a finales del siglo XIX fundó y fue director de
los periódicos garrucheros El Levante y El Látigo, con los cuales se dedicó de
manera enérgica a la defensa de las causas obreras, los intereses generales del
municipio y del levante almeriense.
Nota de La Crónica Meridional (Almería, 13/11/1889) |
Además, fue un garruchero de pro, pues contestaba en la prensa todo artículo negativo que de manera injusta hiciese cualquier forastero sobre el municipio.
Este infatigable político y periodista también quiso ser Fiscal de Garrucha en 1907, aunque no lo logró.
Este infatigable político y periodista también quiso ser Fiscal de Garrucha en 1907, aunque no lo logró.
Finalmente, don José López López murió en Garrucha
víctima de la tuberculosis el 8 de marzo de 1914, a los 47 años. En el momento
de su fallecimiento era Presidente de su querido e ilustrado sindicato “La
Unión Obrera”. Le sucedió en el cargo el otro gran defensor de la clase obrera,
su amigo don Pedro Berruezo Gerez. El señor López dejó desconsolada viuda, Dña.
Emilia Rodríguez Sánchez, y tres hijas: Ana, Andrea y Josefa López Rodríguez.
Cuando corrió la noticia de su
muerte en Garrucha, la casa del finado de la calle Colón se abarrotó de
centenares de personas deseosas de acompañar a la familia en tan dolorosa
pérdida. Su entierro fue multitudinario, con asistencia masiva de las clases
populares que lloraron desconsoladamente a uno de sus grandes valedores.
Hoy día, el que fue calificado en
vida como “el paño de lágrimas de los pobres”, yace en Garrucha en el más
remoto de los olvidos a pesar de ser uno de los grandes defensores de los
derechos de los obreros en una época de gran penuria para ellos.
Sirva este modesto artículo, en el 150 aniversario de su nacimiento, en
reconocimiento y homenaje a la labor de don José López López, el hombre que fue
la palabra armada de la clase obrera.
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