Ayuntamientos de Vera y Garrucha a principios del siglo XX. |
En 1916 se dio la circunstancia
histórica, y única hasta la fecha, de que Vera y Garrucha estuvieron gobernadas
por los Berruezo.
En Garrucha era Alcalde don Pedro
Berruezo Gerez, sobre el cual se ha escrito ya en diversas ocasiones, por lo
que se remite al lector al artículo “el Alcalde del pueblo”, así como a las
diversas entradas dedicadas a su reseña biográfica. (Ver: Parte I y
siguientes).
En Vera, el 1 de
enero de 1916 el Gobernador Civil nombró, por Real Orden, Alcalde del municipio a don Isidro Berruezo
Ponce.
[…]
En el acto el Sr. Alcalde saliente Don Miguel González Ramírez, después de
felicitar cariñosamente al Sr. Don Isidro Berruezo Ponce, le cedió el sillón
presidencial entregándole el bastón y demás insignias de su mando.
Todos
los Sres. Concejales presentes felicitaron al nuevo presidente Don Isidro
Berruezo Ponce, de quien esperan una honrada administración y grades beneficios
para este pueblo.
El
Señor Alcalde Don Isidro Berruezo Ponce dio las gracias a la Corporación por su
cariñoso recibimiento, ofreciendo en su razonado y discreto discurso cumplir
fielmente con los deberes de su cargo y velar constantemente por la
tranquilidad del vecindario y por la pureza de la administración municipal.[…]
(Actas Capitulares, Sesión de 1
de enero de 1916. Archivo Municipal de Vera)
Entre la burocracia
administrativa del gobierno municipal y los pequeños rifirrafes propios de las
políticas locales de la época, se pueden destacar algunos hechos acaecidos
durante su mandato:
En la sesión plenaria del 2 de
mayo de 1916 se acordó lo siguiente:
Los
Señores Concejales asistentes, secundando con gran satisfacción la feliz y
patriótica iniciativa del Ayuntamiento de Lemoa (Vizcaya), por unanimidad
acordaron para testimoniar una vez más la admiración y respetuoso afecto que
todo español siente por S.M. el Rey Don Alfonso XIII (q.D.g.), admiración,
veneración y entusiasmo que si cupiera en nuestro pecho sería mayor aún el
conocer la gran obra de redención que felizmente
lleva a cabo Nuestro Soberano con motivo de la catástrofe que tiene horrorizado
y en conmoción al mundo, logrando la libertad de tantos y tantos seres
condenados a muerte y cautiverio por consecuencia funesta y fatal de la guerra
y facilitando con solicitud paternal noticias de sus hijos a tanta madre
afligida, sin distinguir jamás de nacionalidades sin más estímulo ni
recompensa que satisfacer los impulsos de su alma caritativa y que la
Providencia en sus altos designios disponga la terminación de esta horrible
lucha que tan hondamente preocupa su magnánimo y noble corazón de Rey: Que se eleve respetuosa instancia al
Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros, solicitando en nombre de este
Ayuntamiento representación del pueblo de Vera, que se conceda a S.M. el Rey la
gran Cruz de Beneficiencia, demostrando con ello el saltar sobre las reglas
y procedimientos que regulan esta materia, que el hidalgo pueblo español, lleno
de admiración y plausible orgullo quiere solo por una vez ejercer sus funciones
de soberana para conceder honores a su muy amado Rey, en cuya única y regia
prerrogativa reside la facultad de concederla.
(Actas capitulares. Sesión de 2
de mayo de 1916. Archivo Municipal de Vera)
Este noble gesto de la
Municipalidad de Vera se refiere a la Oficina
Pro Cautivos, un organismo fundado por Alfonso XIII y
costeado de su bolsillo al margen del Gobierno (para no afectar a la neutralidad
de España en la Primera Guerra Mundial) con el propósito de dar respuesta a las
familias que no sabían nada de sus parientes militares o civiles en zona de
guerra e interceder a favor de los prisioneros. Gracias a los importantes
contactos que poseía el Rey en los países beligerantes y al ejército de
voluntarios españoles que participaron en esta misión, se pudo ayudar a unas
200.000 personas entre militares y civiles, salvando a una enorme cantidad de
soldados de morir fusilados, repatriando a muchas familias a lugares seguros,
organizando barcos–hospital y asegurándose de que no fueran atacados, así como poner
a miles de prisioneros en contacto con sus familiares. Es considerada una de las mayores acciones humanitarias en la Historia y le valió a Alfonso XIII la
candidatura al Premio Nobel de la Paz.
En otro sentido, en 1916 Vera
contaba con unos 8000 habitantes, la mayoría jornaleros, mineros, labradores… que
sufrían la carestía de trabajo como consecuencia de la paralización de las
actividades comerciales e industriales derivadas del conflicto bélico que
estaba desangrando Europa. Por ello, en aquellos penosos años aumentó la
pobreza y consecuentemente las enfermedades, por lo que el Ayuntamiento en agosto
acordó aumentar la plantilla de Médicos Titulares a tres, como se lee en la
siguiente acta capitular:
El
propio Sr. Presidente (D. Isidro
Berruezo Ponce) expuso a la consideración de los Señores asistentes la
conveniencia, o mejor, la necesidad de crear una tercera plaza de Médico
Titular dado el considerable número de familias pobres que existen en la localidad y a las cuales no pueden prestar
la debida asistencia los dos Titulares. Los Señores asistentes de acuerdo en
todo con lo expuesto por el Sr. Alcalde convinieron en la necesidad de crear
esta plaza, acordando por unanimidad que se consigne en el proyecto de
presupuesto cantidad bastante para dotarla [...].
(Actas capitulares. Sesión de 7
de agosto de 1916. Archivo Municipal de Vera)
Sin embargo, en diciembre de 1916
todavía no se había tramitado la creación de la tercera plaza titular ni, por
tanto, el concurso público para cubrirla. Ante la imperante necesidad de contar
con un nuevo médico en Vera, don Isidro Berruezo propuso que desempeñara de
manera interina este empleo el licenciado en medicina don Eduardo Yañez Montes:
El
Sr. Presidente (D. Isidro Berruezo Ponce)
expuso: Que en vista de que se hace materialmente imposible que los dos Médicos
Titulares actuales presten asistencia al considerable número de familias que
por las circunstancias por las que atraviesa el país han ido a formar en los
padrones de pobres, proponía la
Corporación que mientras no se tramita el expediente para la creación de la
tercera titular, y mientras esta plaza no se proveé por concurso, se nombre con
el carácter de interino Médico Titular de este municipio al Licenciado Don
Eduardo Yañez Montes, atendiendo de esta manera y sin perder momento los
sacratísimos intereses de los necesitados. Los Señores asistentes por
unanimidad hicieron suyas las palabras del Sr. Presidente y, así mismo por
unanimidad quedó designado Médico Titular interino de esta Ciudad el Licenciado
Don Eduardo Yañez Montes, que deberá ejercer su cargo desde el primero de Enero
del año próximo.
(Actas capitulares. Sesión de
25/12/1916. Archivo Municipal de Vera)
Finalmente, don Isidro Berruezo
Ponce dejó la Alcaldía poco tiempo después, el 11 de febrero de 1917, ya que ese
día en sesión plenaria fue designado Alcalde, por Real Orden remitida por el
Gobernador, don Francisco Cervantes Caparrós. No obstante, no se apartaría del
servicio público, pues pasó a ostentar el cargo de Regidor Interventor del
Ayuntamiento de Vera y formó parte de las Comisiones de Hacienda y Pósitos.
D. Pedro Berruezo Gerez Alcalde de Garrucha en 1906-1914, 1916, 1918-1923 y 1931. |
Su mandato duró poco más de un
año y fue relativamente tranquilo, burocrático, sin grandes políticas
municipales. A diferencia de su primo D. Pedro Berruezo Gerez que fue Alcalde
15 años, sobre don Isidro no es posible hacer un juicio extenso sobre su gestión,
dado el escaso tiempo que estuvo al frente del Ayuntamiento, aunque todo parece
indicar que fue un político liberal sensato, conciliador, bondadoso y de principios morales. Además,
se sabe que viajó a Almería en alguna que otra ocasión para demandarle al
Gobernador mejoras para Vera.
A nivel biográfico, don Isidro
nació en Vera el 15 de mayo de 1874. Era hijo de D. Antonio Berruezo y Berruezo,
Interventor de Minas del distrito de Garrucha e Inspector de Minas de la
provincia de Almería, y de Dña. Isabel Ponce Garrido. Asimismo, era sobrino del
Brigadier de Ejército D. José Antonio Berruezo y Berruezo, héroe de las Guerras
Carlistas y de la de África. De profesión Procurador de los Tribunales, se casó
en Vera el 1 de octubre de 1913 con Dña. Antonia Pinar Gómez y falleció en el mismo el 19 de
noviembre de 1929, a los 55 años, víctima de una hemorragia cerebral.
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