Panorámica de Garrucha a finales del siglo XIX. Fotógrafo: F. de Blain (http://www.portalmanzora.es/a/modules.php?name=coppermine&file=displayimagepopup&pid=6217&fullsize=1) |
Nota de La Crónica Meridional (Almería, 17/5/1890) |
En una ocasión, un obrero que
trabajaba en el embarque de minerales en el cable aéreo de Bédar a Garrucha
resultó herido y se negó a prestarle auxilio aludiendo a que debía atenderle el
médico de la Compañía Águilas. Estuvo a punto de ser apaleado por los
familiares y amigos del malogrado trabajador. En otra, le acusaron de
arbitrariedades e irregularidades como Director de Sanidad del Puerto de
Garrucha, aunque esto siempre lo negó. Todo ello quedó registrado en la prensa
del momento.
Desde 1886 fue Jefe del Partido
Conservador en la localidad y se enfrentó con dureza a los liberales. Contaba
con el favor del diputado D. Juan José Giménez Ramírez y logró acaudillar a la
heterogénea facción conservadora de Garrucha.
Nota del periódico La Época (14/2/1886) |
El municipio levantino era
mayoritariamente de ideología liberal, por lo que tuvo que hacer frente a los
constantes ataques políticos de los adversarios. La guerra que mantuvo con los
liberales pasó en poco tiempo del terreno meramente político al personal e
incluso llegó a obsesionarse con ciertos oponentes. Particularmente fue notoria
su enconada lucha con los López, liberales exaltados, a los que acabó por
arrebatarles y comprarles en 1889 el periódico local que dirigían. Desde entonces, don Alejandro Ayanz fue
director-propietario de El Levante de
Garrucha. Sin embargo, no le sirvió de mucho, ya que D. José López López fundó meses después el periódico El Látigo.
Aunque los conservadores eran
minoría en un municipio de tradición liberal progresista y republicana, el
turnismo político imperaba y tanto unos como otros se sucedían en la
Presidencia del Ayuntamiento de Garrucha al ritmo del cambio de gobiernos en
Madrid.
D. Miguel Sáez Rodríguez |
Unos meses después de ostentar la
Alcaldía ocurrió un altercado que minó su reputación e hizo explotar de
indignación al Cuerpo Consular de Garrucha. En octubre de 1891, se produjo la
detención de D. Julio Chasserot, Agente Consultar de Francia, sin causa
aparente, sino más bien por una antipatía personal, pues como relató el propio
Cuerpo diplomático en carta al Ministro de Estado, D. Carlos O’Donnell: “[…] la autoridad municipal nos está
menospreciando, haciéndonos sufrir vejaciones incalificables por cuantos medios
encuentra a mano. Dígalo, si no, el hecho de haber sido detenido el día de ayer
el Sr. Agente Consultar de Francia, en ocasión de hallarse paseando frente a su
despacho consular, sin otros motivos que las excusas más fútiles y groseras
buscadas de propósito para conseguir el objeto, de detener en la cárcel
pública, como al último de los criminales, al expresado funcionario. Tan
abusivo proceder no puede pasar en silencio por más tiempo, a fin de que en lo
sucesivo pueda quedar garantizada nuestra personalidad dentro de la correcta
actitud que venimos guardando […]”.
D. José López López |
Estos abusos que cometió le
sentenciarían definitivamente como líder del conservadurismo garruchero. Los
liberales se le echaron encima y entre las filas conservadoras hubo
discrepancias cada vez más grandes. Fue particularmente manifiesta la oposición
que le mostró a Ayanz su número dos, el Vicepresidente del Partido, don Cleofás
Berruezo Castaño, un conservador mucho más moderado que criticó la actitud y el
proceder de su Jefe.
A tal punto de crispación
política llegó Garrucha, que D. Alejandro Ayanz fue cesado como Alcalde y en su
lugar fue nombrado de manera interina el concejal D. José López Rubia,
correligionario leal a Ayanz. Sin embargo, no acabaron con esto los problemas
en Garrucha.
A finales de septiembre de 1892, el
Alcalde accidental López Rubia convocó a los comerciantes en el Ayuntamiento
para solucionar un conflicto provocado por una Real Orden del Ministerio de
Gobernación sobre Pesos y Medidas cuya aplicación práctica llevada a cabo por
el Consistorio era considerada arbitraria e injusta.
D. Cleofás Berruezo |
La situación política en Garrucha
se hizo insostenible para los conservadores de Ayanz, el mal gobierno cometido
por éstos había hecho que no sólo los liberales estuvieran en su contra sino
también el Cuerpo Consular y los comerciantes del municipio. El Diputado
conservador del distrito, D. Juan José Giménez Ramírez, estalló contra Ayanz y
sus seguidores, a los que manifestó “que
arrojaría inmediatamente de su Iglesia y tendría cerradas las puertas de su
casa para los individuos de este Ayuntamiento que siguiesen en adelante las
inspiraciones de D. Alejandro Ayanz, pue éste había sido completamente separado
de las filas que él dirige”. (La Opinión Pública, Garrucha, 2 de octubre de
1892)
Tras la defenestración política
de D. Alejandro Ayanz y sus adictos, el Diputado confió la jefatura del
conservadurismo garruchero a D. Cleofás Berruezo, hombre sensato y moderado que
trató de frenar la cada vez más evidente descomposición del partido conservador
y establecer relaciones cordiales con los liberales.
En diciembre de 1892 el turnismo
se puso nuevamente en marcha y liberal Sagasta volvió a la Presidencia del
Consejo de Ministros en Madrid. En consecuencia, en enero de 1893 el Gobernador
Civil de Almería nombró los concejales liberales que debía sustituir a los
conservadores en el gobierno del Ayuntamiento de Garrucha. Sin embargo, esta
decisión no fue aceptada por el cesado Alcalde D. José López Rubia, ya que se
presentó en la Casa Capitular armado con revólver y navaja diciendo que no
reconocía más autoridad que la de su jefe, el diputado del distrito, por lo que
él seguiría siendo el Alcalde legítimo hasta que Giménez le dijera lo
contrario… Semejante espectáculo dejó estupefacto a los liberales y tuvo que
acudir la Guardia Civil para sostener la legalidad impuesta por el Gobernador.
Caricatura publicada en el periódico La Crónica Meridional de Almería en 1895 |
Tres meses después de su toma de
posesión don Cleofás Berruezo cesó como Alcalde como consecuencia de una
conspiración de algunos concejales conservadores y liberales a quienes había
considerado leales amigos y que le desaprobaron las cuentas municipales que
había presentado por calificarlas injustamente de exageradas y falsas.
El bueno de don Cleofás Berruezo Castaño, aunque siguió como uno de los baluartes del conservadurismo garruchero, avanzaría con el paso de los años hacia posiciones liberales-reformistas, militando con el tiempo entre los incondicionales amigos del Diputado don Augusto Barcia. Por otra parte, D. Alejandro Ayanz parece que no pudo lavar su mala reputación en Garrucha y acabó marchándose del pueblo. En 1907 consta como vecino de Lubrín, así como Juez Municipal en dicha localidad en 1909-1910.
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