Oficiales del Carpathia con su Capitán Arthur Rostron, sentado en medio. Fotografía de abril de 1912 |
Tras el choque del Titanic con
el iceberg la noche del 14 de abril de 1912, los operadores de radiotelegrafía
del vapor enviaron señales de auxilio a todos los barcos de la zona. Sin
embargo, sólo el Carpathia respondió a la llamada agónica del mítico trasatlántico.
Este navío se encontraba a casi 100 km del lugar donde estaba naufragando el
coloso, por lo que el Capitán del Carpathia, Arthur Rostron, que se encontraba
rumbo a Fiume (actual Croacia), ordenó enérgicamente virar y dirigirse a toda máquina
hacia el lugar del Titanic. Rostron, consciente de la tragedia que estaba
teniendo lugar en el Atlántico Norte, aumentó la velocidad del Carpathia apagando
la calefacción del buque, para así aprovechar todo el vapor de las calderas. Asimismo,
ordenó que desplegasen en los costados del buque redes, escalas y grúas para
subir a los supervivientes y que los botes estuviesen bajados a media altura
para echarlos a la mar rápidamente. Además, decretó que se lanzasen cohetes
cada 15 minutos para dar ánimos y esperanza a los náufragos. También, redobló
los vigías, ya que se adentraban en zona de alta concentración de icebergs y
dio indicaciones para que los salones comedores del Carpathia se preparasen y
adecuaran para recibir a los heridos de la catástrofe. Asimismo, habló con el
pasaje sobre la situación y la mayoría dio ropas para los supervivientes. Tampoco
conviene olvidar que toda la tripulación puso sus camarotes a disposición de los
malogrados pasajeros del Titanic.
Pese a todos los esfuerzos, el
Carpathia llegó al lugar de la tragedia dos horas después del hundimiento del
Titanic. Sólo pudo recoger a poco más de 700 supervivientes, a los que dispensó
las mayores atenciones posibles, proporcionándoles ropa seca, mantas, comida y
bebida calientes. Tras esto, puso rumbo a Nueva York, llegando el 18 de abril.
Le esperaba un puerto desbordado por miles de personas expectantes y deseosas
de tener noticias de sus familiares.
Poco después de los hechos, le
preguntaron a Rostron cómo consiguió llevar el buque a una velocidad superior a
la que fue diseñado y sortear una zona plagada de icebergs que hubiera
provocado muy posiblemente su hundimiento en caso de choque. Él contestó: «Otra mano diferente de la mía estaba al
timón aquella noche».
RMS Carpathia. Hacia 1912 |
La encomiable actuación de Arthur Rostron y su tripulación le valieron un gran reconocimiento social. Calificados
de héroes fueron condecorados por los pasajeros supervivientes del Titanic.
Además, Rostron fue agraciado por el Presidente de los Estados Unidos con la
medalla de oro de Congreso, la más alta distinción que podía otorgarle el
Congreso de ese país, y fue galardonado con la Cruz de Honor de América, con las
medallas de la Liverpool Shipwreck and
Humane Society, y de oro de la Shipwreck
Society of New York. Posteriormente, en 1926 fue nombrado por el Rey Jorge V
de Inglaterra, Caballero Comendador de la Orden del Imperio Británico,
pasándose a llamar desde entonces Sir Arthur
Rostron.
Y entre los diversos reconocimientos a
la heroicidad del Capitán del Carpathia estuvo el que le tributó Almería. Sí,
Almería también homenajeó al valeroso marino inglés unos meses después de la
tragedia del Titanic.
El Capitán Arthur Rostron en 1912 |
Con ocasión de llegar el vapor
trasatlántico RMS Carpathia a Almería, a principios de octubre de 1912, para
cargar uva con destino a Nueva York, el Ayuntamiento de la ciudad, a propuesta
de los concejales Estevan y García Gómez, acordó, en septiembre, en sesión
plenaria subir a bordo del buque para “rendir
testimonio de admiración y respeto al capitán de dicho barco, que tan grandes
servicios humanitarios prestó con motivo de la horrible catástrofe del Titanic”.
Además, se entregaría al Capitán Arthur Rostron una placa de plata con una
inscripción grabada en reconocimiento a su heroica actuación. Dicha placa se le
encargó al joyero y maestro platero almeriense don Francisco Giménez Bueno.
A las cuatro de la tarde del 5
octubre de 1912, la Corporación Municipal y demás autoridades locales subieron
al Carpathia para hacer entrega al Capitán de la distinción y felicitar al
resto de la tripulación por su actuación en el salvamento de los náufragos del
Titanic.
La prensa recogió el hecho de la
siguiente manera:
En
nuestro número de anteayer, recordamos que el Ayuntamiento había acordado en
sesión pública, hacer homenaje al capitán y demás tripulación del vapor
Carpathia, perteneciente a la Compañía Cunard Line, con motivo de los
humanitarios servicios que prestara aquel; cuando el horroroso naufragio del
Titanic.
El
Carpathia fondeó ayer mañana en nuestro puerto para cargar barriles de uva con
destino a New York, y por la tarde fue a bordo el Alcalde con una
comisión de concejales con objeto de hacer entrega al capitán, de la placa de
plata que se acordó regalar por el Municipio.
Dicha
placa ha sido construida en la joyería y platería de don Francisco Giménez
Bueno, siendo el texto el siguiente:
EL AYUNTAMIENTO DE ALMERÍA AL SEÑOR DON A. ROSTRON, CAPITÁN DEL VAPOR
CARPATHIA, Y A LA TRIPULACIÓN DE SU MANDO.
TESTIMONIO DE ADMIRACIÓN A SU CONDUCTA HUMANITARIA Y GENEROSA EN LA
CATÁSTROFE DEL TITANIC.
ALMERÍA, 9 SEPTIEMBRE 1912.
EL ALCALDE, BRAULIO MORENO EL SECRETARIO, DAVID ESTEVAN
El
capitán del buque y otros jefes, recibieron a las comisiones del Ayuntamiento,
Cámara de Comercio y Círculo Mercantil, pasando después al comedor principal.
Ya
allí, el Alcalde hizo entrega de la placa al capitán, al mismo tiempo que
pronunciaba frases encomiásticas para los bravos marinos del Carpathia, por su
comportamiento con el Titanic.
El
capitán contestó dando las gracias por el homenaje que se le hacía y además
expuso que aquel acto, de triste recordación, no merecía honor alguno, pues fue
sólo humanitario.
Después
el capitán obsequió espléndidamente a los comisionados, pronunciándose brindis
por el honor de Inglaterra y España.
(La Crónica Meridional, Almería,
6 de octubre de 1912)
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