jueves, 22 de septiembre de 2016

El Gran Berruezo


Francisco Berruezo, el Gran Berruezo
Col. José Berruezo García
Han pasado más de 50 años y nunca se me podrá olvidar aquella mañana del 19 de junio de 1960 en el cementerio de San Miguel de Málaga. Pocas veces vi entierro tan multitudinario en aquel antiguo camposanto malacitano, centenares de personas reunidas en tan triste día lloraban junto a los familiares del difunto la terrible pérdida que acababan de sufrir.

El féretro, portado a hombros por la Policía Armada, avanzaba a duras penas entre un gran gentío por las calles del cementerio en busca del nicho que había de ser eterno descanso del finado. Tras él iban los destrozados familiares, el Alcalde de la ciudad, el Gobernador Civil, el Presidente de la Diputación Provincial, el Comandante Jefe de la Policía Armada y de Tráfico, el Comisario Jefe del Cuerpo General de Policía, el Jefe de la Policía Municipal, diversos altos cargos del Ejército y de la Policía, representantes de peñas deportivas, instituciones civiles, amigos, etc. En el momento de la inhumación un pelotón de la Policía Armada rindió los honores de ordenanza.

Era tal la masificación que allí se concentraba que parecía que el ataúd navegaba en un mar de personas. Ante semejante manifestación de duelo y desfile de personalidades no eran pocos los curiosos que se acercaron a ver el entierro. Uno de ellos me preguntó: ¿Quién es el fallecido? Tragué un poco de saliva, deshice como pude el nudo que me afligía el pecho, me serené un minuto y le contesté: Ha muerto el Gran Berruezo. Si no lo conociste, yo te contaré su historia…

Francisco Berruezo nació en Garrucha el 27 de septiembre de 1913 y pertenecía a uno de los linajes fundadores del municipio. Era hijo, nieto y bisnieto de Alcaldes, y su infancia transcurrió de manera cómoda en el seno de una buena familia vinculada al comercio y los negocios mineros.

Puede decirse que tuvo una pasión en la vida: el deporte, y más concretamente, el fútbol. Éste debió llegar a Garrucha hacia 1915 de manos de las tripulaciones inglesas de los buques mercantes que llegaban al municipio para embarcar, principalmente, minerales y esparto. Los marinos extranjeros jugaban partidos en la localidad y poco a poco fue calando este juego entre los garrucheros.

Gracias a una entrevista que concedió al periódico Heraldo de Almería en julio de 1932 podemos conocer sus inicios en la vida deportiva. Comenzó en 1921, a los ochos años, jugando en los equipos infantiles del Garrucha F.C. Niño con una habilidad especial para el fútbol, donde destacaba por su dribling, se puso como meta a su corta edad jugar con el primer equipo, por lo que se colaba en los entrenamientos de los mayores. Y aunque admitido con buen agrado por los jugadores del primer equipo, la Junta Directiva del Club le denegó formar parte de la plantilla dados sus 8 años. No obstante, no se amedrentó ante esto y siguió jugando con los infantiles y entrenando con el primer equipo. Tal fue su entusiasmo y calidad, que finalmente fue admitido en el primer equipo, a la edad de 10 años, aunque en condición de suplente. Todo ello, por su tesón personal y jugando al fútbol a escondidas, ya que sus padres no querían que practicase este deporte de contacto que le hacía, la mayoría de las veces, la ropa jirones.

El fútbol de Garrucha vivió su impulso definitivo con la creación de la Peña Deportiva de Garrucha en 1929, lo que hizo que el club, gracias a las gestiones de D. Pedro González Cervantes, jugara partidos de cierta envergadura.

Francisco Berruezo, tercero de pie empezando por la izquierda, en el Peña Deportiva de Garrucha. Hacia 1929
(Extraída de Memoria fotográfica de Garrucha (1838-1936). Vol. III. Ed: Ayto. de Garrucha. Autor: Juan Grima)

Una tarde en la que el Garrucha jugó un partido con el Motril, nuestro joven protagonista vivió su bautismo con el primer equipo. La lesión del extremo derecho del Garrucha hizo que Berruezo jugase en su sustitución en esta posición. Fue un partido especial para él, ya que había conseguido que sus padres fuesen al campo a verlo, por lo que puso todo lo mejor de sí en este señalado partido. Tirando de arrojo y demostrando sus grandes cualidades en este deporte, el muchacho Paco Berruezo dejó a todos embobados con su juego; el estadio se batió en estruendosos aplausos y se vitoreó con pasión: ¡Berruezo! ¡Berruezo! ¡Berruezo! Sus padres, el Alcalde D. Pedro y Dña. María, ante semejante espectáculo, aplaudieron encarecidamente a su hijo durante el partido y nunca más le prohibieron jugar al fútbol. Sin embargo, tan memorable día, en el que se consagró como jugador del primer equipo, acabó lesionándose en la pierna derecha, lo que a la postre acabaría por favorecer su vida deportiva.

Tras esta lesión comenzó a pegarle al balón con la izquierda y para su sorpresa acabó siendo zurdo por la destreza que mostraba, jugando desde entonces como extremo izquierda en Garrucha.

En poco tiempo adquirió una gran fama en el levante almeriense, apodándosele “El Gran Berruezo”. Y aunque militaba en el Garrucha, en varias ocasiones los equipos de fútbol de los pueblos limítrofes le pedían que jugara con ellos en partidos de trascendencia.

En 1931 se derribaron los muros del estadio del Garrucha con motivo de la ampliación de la Calle Mayor hacia Mojácar por orden del Ayuntamiento, lo que dio pie a la siguiente coplilla. Pese a lo pesimista de la canción, el fútbol no acabó en Garrucha.

El Fútbol en Garrucha se ha terminado,
tirando las paredes con gran descaro.
Qué lástima, señores, que ocurra así,
porque se ganó a equipos de gran postín.
Aquí nació el Gran Berruezo,
aquí nació el Jesusín,
el Churumbo y el Alías
y también nació el Martín.
Pobre Peña Deportiva,
tu vida ya se acabó,
y es difícil que en Garrucha
vuelva a triunfar el fútbol

(Coplilla Popular de Garrucha, 1931)

En el verano de 1931 llegó a Garrucha para disfrutar unos días de vacaciones D. José Aynat. Este hombre era un gran aficionado al fútbol y vio jugar a Berruezo en varios de los partidos que se celebraron. Aynat, maravillado por el juego de éste, llegó a decir: “Es lástima que este chico no esté en un equipo de más categoría. ¡Yo voy a procurar llevármelo a Madrid!”. Y así fue, en septiembre de 1931 llegó don Francisco Berruezo al Real Madrid C.F. (entonces Madrid C.F., por cosas de la República) con un contrato de 500 pesetas para los costes de viaje, una gratificación mensual de 150 pesetas para gastos particulares y el hospedaje en hotel correría a cargo del club merengue. Y quién mejor que sea el propio Francisco Berruezo quién comente como aconteció su estancia en Madrid:

Nota del Heraldo de Almería (29/9/1931)
“En la estación me esperaba mi protector (Aynat), que me condujo seguidamente al hotel que me habían designado. Al día siguiente fui en su compañía al campo de Chamartín, donde se entrenan los internacionales del Madrid C.F. ¡Me parecía todo un sueño! Mi protector me presentó al entrenador, y a algunos de los jugadores. Sostuve una buena charla con el veterano José María Peña y saludé a Lozano. El entrenador me requirió a su presencia, vestido con el uniforme merengue. Me tuvo un gran rato entrenándome. Le debí agradar, porque al aproximarme a él, oí que decía: «Tiene buen toque y buena pegada.» Seguidamente, se despidió de mí, designándome los lunes, martes y viernes para que acudiera a entrenarme. [...] (Un día) tuve una actuación magnífica y al final oí decir al entrenador: «Se va a dar el caso, bastante raro, de que un jugador pase por méritos propios de un equipo sin categoría a un equipo de la primera división»". Sin embargo, lo que parecía un sueño hecho realidad, pronto despertaría envidia en el vestuario madridista, ya que como el propio Berruezo relató: “Los jugadores empezaron a mirarme con envidia y me hacían objeto de los mayores desprecios. Esto me desalentó y ya jugaba cohibido. De ahí que regresara a mi tierra nuevamente."

Su paso por el Club merengue fue seguido con especial interés por la prensa de Almería, ya que una de las grandes promesas almerienses del momento podía triunfar en uno de los equipos más importantes de España:

Francisco Berruezo con la equipación
del Real Madrid C.F. en 1931.
Fechada en Madrid el 22/11/1931
Col. José Berruezo García
Berruezo está dando un excelente resultado, habiendo producido su juego un entusiasmo extraordinario al entrenador del Madrid F.C. y cuantos han visto las envidiables dotes de jugador que concurren en Berruezo.
(Heraldo de Almería, Almería, 4/11/1931)
Terminado su periplo en la capital de España, retornó al Peña Deportiva de Garrucha (1931,1932). Sin embargo, tal era su fama de excelente jugador que fue fichado por diversos equipos: Athletic Club de Almería (1931,1932,1933,1934), Club de Fútbol Badalona (1932), Club Deportivo Malacitano (1933), Unión Deportiva Almeriense (1935, club constituido tras la desaparición del Athletic Club de Almería con los mejores jugadores de la provincia) y Melilla F.C. (1935,1936).

Sobre la calidad futbolística de Francisco Berruezo nos da buena información la prensa de la época, donde los periodistas deportivos escribieron incontables elogios al joven garruchero:

Berruezo, que juega cuanto quiere, y toda la tarde está haciendo juegos malabares con el balón. […] Berruezo coge la pelota, burla a cuantos se oponen a su paso y lanza un tiro genial a ras de suelo, que vale el segundo tanto a los locales, el tiro ha sido de maestro y de los que dejan imborrable recuerdo.
(Garrucha Vs. Athletic Club de Almería. Heraldo de Almería, Almería, 9/1/1932)
El Garrucha posee buenos elementos, como son, el extremo izquierda Berruezo en el que se ve el jugador de clase por su buen toque de balón y buena intuición comprensiva de lo que es el fútbol. Fue el más peligroso de su línea, pues pase que recibía era avance que realizaba y que hacía poner en movimiento a nuestra defensa.
(Athletic Vs. Garrucha, Heraldo de Almería, Almería, 19/1/1932)
Berruezo, además de ejercitarse en el juego, a los pequeños y a los que no son pequeños, les enseña mucho. […] Berruezo, a nuestro juicio, fue el mejor de los veintidós jugadores. 


(Athletic Vs. Alameda F.C. de Jaén Heraldo de Almería, Almería, 12/7/1932) 

Un comentario similar se dijo de él unos días más tarde, cuando se enfrentó el Athletic Club de Almería al Córdoba: Berruezo el mejor de los 22. 


(Athletic Vs. Córdoba F.C. La Independencia, Almería, 16/7/1932)
Berruezo es y seguirá siendo un excelente jugador difícilmente sustituible en el extremo izquierda.
(La Independencia, Almería, 10/8/1932)
Quizá una de las mayores alabanzas que le dedicó la prensa fue la siguiente:

Berruezo, el más formidable extremo que defendió los colores almerienses en todas las épocas, el jugador por excelencia. […] Es mucho Berruezo para captar una de sus jugadas con el sólo objetivo de una pluma. Ya hubo un escultor, Benlliure, que cinceló con su arte explendente la verónica de aquel ídolo malogrado que conocíamos por «Gitanillo de Triana»; un día Benlliure empleará su cincel y su arte en captar una jugada pletórica de belleza de Berruezo.
(Heraldo de Almería, Almería, 26 de julio de 1932)
Equipo del C.D. Malacitano (antecesor del actual Málaga C.F.) en 1933. Francisco Berruezo, el segundo por la derecha.
Col. José Berruezo García

Fue un futbolista muy valorado y querido en la década de 1930. Convertido en una estrella mediática, se anunciaba su alineación a bombo y platillo en los partidos, como por ejemplo: “antes de que puedas sorprenderte de porque te escribo ésta, para que cese tu sorpresa te diré que con el Athletic local se alineó Berruezo.” (Diario de Almería, Almería, 25/4/1933)

Pedro Berruezo, hijo de
El Gran Berruezo, con la
equipación del Sevilla F.C.
En Garrucha su figura fue divinizada en vida, siendo probablemente el jugador más importante de su Historia. Se cuenta que cuando llegaba de vacaciones los chiquillos salían a la entrada del pueblo a recibirlo y lo acompañaban arremolinados hasta casa.

El inicio de la Guerra Civil le sorprendió militando en las filas del Melilla F.C. Paralizado el fútbol por el conflicto bélico, ingresó en octubre de 1936 en el Cuerpo de Seguridad y Asalto. No obstante, nunca dejaría el deporte, siguió jugando al fútbol y en los años venideros fue entrenador de los equipos policiales, así como del equipo de atletismo, disciplina que también practicó.

Con su desafortunada muerte en 1960 no acabó la vinculación de la familia Berruezo con el fútbol, se creará una saga de futbolistas que aún perdura y que tuvo como continuidad más inmediata a su hijo, el legendario Pedro Berruezo Martín, que siguió la estela paterna y militó en el Málaga y el Sevilla F.C., siendo además internacional con la selección española. Se da la circunstancia de que Pedro Berruezo, con ocasión de visitar Garrucha en 1970 y siendo ya un jugador consagrado de Primera División, le hizo especial ilusión jugar unos minutos con el equipo en el que había militado su padre.


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