miércoles, 18 de abril de 2018

Cuando el Ayuntamiento republicano de Garrucha solicitó el sueldo de Alfonso XIII



Alfonso XIII
Hace unos días se ha cumplido el 87º aniversario de la proclamación de la II República. Aquel 14 de abril de 1931, la mayor parte de la población celebró en un primer momento el cambio de régimen con la esperanza de que la naciente España republicana trajera consigo prosperidad y soluciones a un país sumido en una notoria crisis social, económica y política.

Aunque en las capitales de provincia ganaron ampliamente las candidaturas republicanas en aquellas trascendentes elecciones municipales del 12 de abril, en los pueblos, donde el voto era más controlado, el triunfo mayoritario fue para los partidos dinásticos. Tal fue el caso de Garrucha, donde en un primer momento ganó la coalición monárquica, siendo elegido Alcalde el veterano y popular político D. Pedro Berruezo Gerez. Sin embargo, su nombramiento como primer regidor de la era republicana fue efímero, pues el 22 de abril se hizo cargo del gobierno municipal de manera interina una Comisión Gestora Republicano Socialista. Esta interinidad se mantuvo hasta la elección de un nuevo Ayuntamiento (afín a los intereses republicanos del momento) el 5 de junio de 1931, siendo designado Alcalde el médico socialista D. Alberto Martínez Álvarez de Sotomayor.

El nuevo Consistorio tuvo que lidiar con una difícil situación que venía arrastrando el municipio desde hacía años. A destacar, el gran paro obrero que existía Garrucha y la falta de ingresos municipales con los que acometer obras para el mejoramiento de la villa. Ante esta tesitura, a propuesta del concejal socialista D. José Clemente Vidal, en la sesión plenaria del 11 de junio de 1931, el Ayuntamiento acordó «interesar del Gobierno Civil se remita a este Ayuntamiento la cantidad que le haya correspondido de los sueldos devengados por el ex rey, al objeto de hacer algunas obras públicas municipales, que son necesarias, y dar empleo a obreros parados».

Surtiera o no efecto la anecdótica solicitud, lo cierto es que en esos días el Ministerio de Gobernación remitió mil pesetas al Ayuntamiento para mitigar el paro obrero. Recibido el dinero, el Consistorio acordó destinar esta cuantía a «la realización de una limpieza de todas las calles del pueblo, que en algunos sitios se encuentran llenas de escombros de casas caídas, quitando de las mismas todas las piedras y, si hecha esta obra quedara algún remate, se dedicase al arreglo de alguna calle, pero que la obra sea de la que exija poco material y muchos jornales.»



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