La masonería en España vivió su
edad dorada con el inicio del llamado Sexenio Democrático en 1868. El nuevo
país emanado de La Gloriosa estuvo influenciado
por destacadas figuras masónicas (Prim, Amadeo I, Ruiz Zorrilla, Estanislao
Figueras, Nicolás Salmerón, Francisco Pi y Margall, Sagasta, etc), lo que
favoreció la creación de logias por todo el territorio nacional.
La introducción de la
masonería en Almería capital puede situarse en los años 70 del siglo XIX y a partir
de la década de 1880, coincidiendo con la llegada a la Presidencia del Gobierno
del masón D. Práxedes Mateo Sagasta, comenzó su expansión por el resto de la
provincia con la aparición de diversas sociedades francmasónicas.
Por aquellos años, Garrucha
bullía en un frenesí comercial e industrial consecuencia de la ferviente e
intensa actividad minera. En constante expansión económica y demográfica, este
municipio del levante almeriense fue residencia de destacados empresarios,
políticos, vicecónsules y profesionales liberales que regían desde La Pequeña San Sebastián sus importantes
negocios. En este ambiente lleno de prohombres, tanto españoles como
extranjeros, no tardó en establecerse una logia masónica.
Así pues, en septiembre de 1880
se constituyó la Respetable Logia
Antigua Urci de Garrucha bajo la obediencia del Gran Oriente de España
(GOdE), que le concedió el número de orden 199 (posteriormente le otorgó el nº
88). Sobre el significado de la masonería ya se había pronunciado el Gran
Oriente en 1871 al definirla como “la reunión
de hombre libres y honrados que, siendo verdaderos apóstoles de la verdad, la
ciencia y de la virtud, marchan siempre a la vanguardia del progreso; instruyen
sin cesar con la enseñanza y con la práctica lo que es bueno y lo que es bello,
y procuran hacer de la humanidad una sola familia de hermanos, unida por el
trabajo, el amor y por el pensamiento.”
Sobre quiénes componían la logia
garruchera son escasos los datos, aunque gracias a los cuadros lógicos
conservados del año 1881 se pueden saber sus miembros en dicha fecha:
- Venerable Maestre: D. Arturo Lengo Castañeda (Grado 13, simbólico “Pilades”)
- Primer Vigilante: D. Jorge Clifton Pecket (Grado 3, simbólico “Phytagoras”)
- Segundo Vigilante: D. Francisco Sobrino Icard (Grado 3, simbólico “Hipócrates”)
- Orador: D. Manuel Lacasa Valdés (Grado 3, simbólico “Nínive”)
- Secretario: D. Emilio Koeberlin (Grado 3, simbólico “Guillermo Tell”)
- Tesorero: D. José García Suesa (Grado 3, simbólico “Júpiter”)
- D. Joaquín Lisart López (Grado 3, simbólico “Riego”)
- D. Adam Emery (Grado 3, simbólico “David)
- D. Francisco Ariza Gómez (Grado 3, simbólico “Guadalete”)
- D. Jacinto Calvet Anglada (Grado 3, simbólico “Esparta”)
- D. Manuel Caravaca Alarcón (Grado 3, simbólico “Colón”)
- D. Juan Antonio Cuadrado (Grado 3, simbólico “Prim”)
- D. Antonio Marrón (Grado 1, simbólico “Malani”)
- D. Enrique Nicholls (Grado 3, simbólico “Arquímedes”)
- D. Augusto Stubbs (Grado 3, simbólico “Marte”)
- D. José Vázquez Llorente (Grado 3, simbólico “Josías”)
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Sello de la logia |
En referencia a los cargos su
función era la siguiente, según puede leerse en el Diario Masónico:
Venerable Maestre: es el jefe
de la logia, debiendo ser un hombre bueno, recto y justo, que obedezca las
leyes morales y fomente la práctica de las virtudes; como ciudadano debe ser
pacífico y también respetuoso de las leyes del país en que vive y de su gobierno cuando éste
es legítimo, trabajar con inteligencia y vivir con honradez cultivando siempre
los principios sociales que distinguen y enaltecen. Entre otras muchas
obligaciones se encuentran las de estimular el conocimiento de las artes y de
las ciencias, debe cumplir y hacer cumplir a todos los masones de su logia con
oportunidad y decisión en todos los deberes masónicos, velando siempre por el
progreso de la logia.
Primer y Segundo Vigilante: Los deberes simbólicos de estas dos posiciones son los de asistir al
Maestro en el gobierno de la logia. El Primer Vigilante preside en ausencia del
Maestre y a veces toma el lugar del Maestre mientras el Maestre actúa como
primer Vigilante, según la tradición de algunas logias. El Segundo Vigilante
está nominalmente a cargo de los hermanos, mientras estos se encuentran “en
descanso”- o sea cuando se suspende el trabajo ritual. Al igual que el Maestre de la logia, los Vigilantes tienen cada uno un podio enfrente de su silla sobre
el cual sitúan una columna de madera mientras está a cargo del oficio. La columna
del Segundo Vigilante está levantada cuando la logia esta en descanso o ha sido
clausurada formalmente. La columna del Primer Vigilante está levantada (y la
del Segundo Vigilante acostada) cuando la logia está abierta.
Orador: fundamental en toda logia,
pues además de poseer una excelente oratoria, debe mostrar un conocimiento
exacto y preciso de las leyes de la masonería. Es el único elemento con poder amplio para
suspender una reunión cuando lo que se está analizando no se ajusta a las leyes
y reglamentos. Aceptar el cargo de orador implica un
gran manejo de las leyes y reglamento, pero con habilidad para juzgar, por lo
que debe saber aplicar
la prudencia en cada caso. Debe dar fe de los documentos recibidos en la
secretaría, de tal suerte que se convierte en un filtro natural de todo cuanto
se recibe o se envía dentro y fuera de logia. La importancia del
cargo exige que sea cubierto por un maestro masón experimentado y de
trayectoria impecable, con habilidad de tolerancia y
prudencia necesarias.
Con respecto al Secretario y
Tesorero eran meros cargos administrativos.
El perfil profesional de los
miembros de la logia Antigua Urci abarcaba un amplio espectro: Ingenieros
(Koeberlin, Lacasa, Nicholss, Emery), militares (Ariza, Lisart), comerciantes e
industriales (Calvet, Clifton, Lengo, Caravaca, García Suesa, Stubbs), empleado
de comercio (Marrón), médico (Sobrino), abogado (Cuadrado), propietario
(Vázquez) y vicecónsules (Clifton, Lengo y Stubbs, este último, aunque no en
Garrucha, sería nombrado años más tarde Vicecónsul británico en Castellón).
La ideología política de la
práctica totalidad de estos masones era en cierto modo similar o afín: liberales
progresistas y republicanos. Nada sorprendente si se tiene en cuenta que la
Respetable Logia Antigua Urci de Garrucha era obediente del Gran Oriente de
España, la más liberal y demócrata de las dos obediencias españolas, que tuvo
como Grandes Maestres a destacadas figuras de la política nacional como el
republicano revolucionario Ruiz Zorrilla o el liberal Sagasta.
La masonería en Garrucha puede
decirse que no surgió de manera espontánea sino de la mano de masones que
habían llegado al municipio por asuntos de negocios y que, dado lo heterogéneo
y cosmopolita del municipio, no les fue difícil captar nuevos adeptos. La mayoría de los miembros de la logia garruchera ya habían sido iniciados
previamente en el rito masónico, así puede mencionarse a D. Jorge Clifton y D.
Augusto Stubss, que procedían de la Logia Hijos de Hiram de Cartagena (Murcia);
D. Adam Emery, que venía de la Logia Perfecta Sinceridad de Marsella (Francia);
el Capitán de Infantería D. Joaquín Lisart, que procedía de la Logia Unión
Ibérica de la Habana (Cuba); D. Antonio Marrón, de la Logia Constancia de
Cantoria; D. Enrique Nicholss, que venía de la Dundos Favistock de Inglaterra;
D. Francisco Sobrino, de la Logia Nueva Urci de Águilas (Murcia); D. Arturo
Lengo, que fue iniciado en la Logia Libertad de Madrid; D. Manuel Lacasa y D. José Vázquez, que
procedían de la Logia Amor y Ciencia de Almería.
Es de destacar que Garrucha fue el primer municipio
del levante almeriense en contar con una logia masónica, aunque no fue el único
pues unos años más tarde se establecieron sociedades de este tipo en Vera
(Logia Perfección en 1882) y Cuevas del Almanzora (Logia Argentina en 1883), entre
cuyos miembros se encontraban masones procedentes de la logia garruchera.
Sin embargo, la andadura de la Antigua Urci de
Garrucha no debió durar mucho, apenas 4 años, ya que se sospecha que en 1884
había cesado su actividad al no aparecer en años sucesivos en la relación de
talleres del GOdE.
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