Francisco Berruezo, el Gran Berruezo Col. José Berruezo García |
Han pasado más de 50 años y nunca
se me podrá olvidar aquella mañana del 19 de junio de 1960 en el cementerio de
San Miguel de Málaga. Pocas veces vi entierro tan multitudinario en aquel
antiguo camposanto malacitano, centenares de personas reunidas en tan triste
día lloraban junto a los familiares del difunto la terrible pérdida que
acababan de sufrir.
El féretro, portado a hombros por
la Policía Armada, avanzaba a duras penas entre un gran gentío por las calles
del cementerio en busca del nicho que había de ser eterno descanso del finado.
Tras él iban los destrozados familiares, el Alcalde de la ciudad, el Gobernador
Civil, el Presidente de la Diputación Provincial, el Comandante Jefe de la Policía Armada y de Tráfico, el Comisario Jefe del Cuerpo General de Policía, el Jefe de la Policía Municipal, diversos altos cargos del Ejército y de la
Policía, representantes de peñas deportivas, instituciones civiles, amigos, etc. En el momento de la inhumación un pelotón de la Policía Armada rindió los honores de ordenanza.
Era tal la masificación que allí se concentraba que parecía que el ataúd navegaba en un mar de personas. Ante semejante manifestación de duelo y desfile de personalidades no eran pocos los curiosos que se acercaron a ver el entierro. Uno de ellos me preguntó: ¿Quién es el fallecido? Tragué un poco de saliva, deshice como pude el nudo que me afligía el pecho, me serené un minuto y le contesté: Ha muerto el Gran Berruezo. Si no lo conociste, yo te contaré su historia…
Era tal la masificación que allí se concentraba que parecía que el ataúd navegaba en un mar de personas. Ante semejante manifestación de duelo y desfile de personalidades no eran pocos los curiosos que se acercaron a ver el entierro. Uno de ellos me preguntó: ¿Quién es el fallecido? Tragué un poco de saliva, deshice como pude el nudo que me afligía el pecho, me serené un minuto y le contesté: Ha muerto el Gran Berruezo. Si no lo conociste, yo te contaré su historia…
Francisco Berruezo nació en
Garrucha el 27 de septiembre de 1913 y pertenecía a uno de los linajes fundadores
del municipio. Era hijo, nieto y bisnieto de Alcaldes, y su infancia
transcurrió de manera cómoda en el seno de una buena familia vinculada al
comercio y los negocios mineros.
Puede decirse que tuvo una pasión
en la vida: el deporte, y más concretamente, el fútbol. Éste debió llegar a
Garrucha hacia 1915 de manos de las tripulaciones inglesas de los buques
mercantes que llegaban al municipio para embarcar, principalmente, minerales y
esparto. Los marinos extranjeros jugaban partidos en la localidad y poco a poco
fue calando este juego entre los garrucheros.
Gracias a una entrevista que
concedió al periódico Heraldo de Almería
en julio de 1932 podemos conocer sus inicios en la vida deportiva. Comenzó en
1921, a los ochos años, jugando en los equipos infantiles del Garrucha F.C.
Niño con una habilidad especial para el fútbol, donde destacaba por su dribling, se puso como meta a su corta
edad jugar con el primer equipo, por lo que se colaba en los entrenamientos de
los mayores. Y aunque admitido con buen agrado por los jugadores del primer
equipo, la Junta Directiva del Club le denegó formar parte de la plantilla
dados sus 8 años. No obstante, no se amedrentó ante esto y siguió jugando con
los infantiles y entrenando con el primer equipo. Tal fue su entusiasmo y
calidad, que finalmente fue admitido en el primer equipo, a la edad de 10 años,
aunque en condición de suplente. Todo ello, por su tesón personal y jugando al
fútbol a escondidas, ya que sus padres no querían que practicase este deporte
de contacto que le hacía, la mayoría de las veces, la ropa jirones.
El fútbol de Garrucha vivió su
impulso definitivo con la creación de la Peña Deportiva de Garrucha en 1929, lo
que hizo que el club, gracias a las gestiones de D. Pedro González Cervantes,
jugara partidos de cierta envergadura.
Una tarde en la que el Garrucha
jugó un partido con el Motril, nuestro joven protagonista vivió su bautismo con
el primer equipo. La lesión del extremo derecho del Garrucha hizo que Berruezo
jugase en su sustitución en esta posición. Fue un partido especial para él, ya
que había conseguido que sus padres fuesen al campo a verlo, por lo que puso
todo lo mejor de sí en este señalado partido. Tirando de arrojo y demostrando
sus grandes cualidades en este deporte, el muchacho Paco Berruezo dejó a todos
embobados con su juego; el estadio se batió en estruendosos aplausos y se
vitoreó con pasión: ¡Berruezo! ¡Berruezo!
¡Berruezo! Sus padres, el Alcalde D. Pedro y Dña. María, ante semejante
espectáculo, aplaudieron encarecidamente a su hijo durante el partido y nunca
más le prohibieron jugar al fútbol. Sin embargo, tan memorable día, en el que
se consagró como jugador del primer equipo, acabó lesionándose en la pierna
derecha, lo que a la postre acabaría por favorecer su vida deportiva.
Tras esta lesión comenzó a pegarle al balón con la izquierda y para su sorpresa
acabó siendo zurdo por la destreza que mostraba, jugando desde entonces como
extremo izquierda en Garrucha.
En poco tiempo adquirió una gran
fama en el levante almeriense, apodándosele “El Gran Berruezo”. Y aunque militaba en el Garrucha, en varias
ocasiones los equipos de fútbol de los pueblos limítrofes le pedían que jugara
con ellos en partidos de trascendencia.
En 1931 se derribaron los muros
del estadio del Garrucha con motivo de la ampliación de la Calle Mayor hacia
Mojácar por orden del Ayuntamiento, lo que dio pie a la siguiente coplilla.
Pese a lo pesimista de la canción, el fútbol no acabó en Garrucha.
El Fútbol en Garrucha se ha terminado,
tirando las paredes con gran descaro.
Qué lástima, señores, que ocurra así,
porque se ganó a equipos de gran postín.
Aquí nació el Gran Berruezo,
aquí nació el Jesusín,
el Churumbo y el Alías
y también nació el Martín.
Pobre Peña Deportiva,
tu vida ya se acabó,
y es difícil que en Garrucha
vuelva a triunfar el fútbol
(Coplilla Popular de Garrucha,
1931)
En el verano de 1931 llegó a
Garrucha para disfrutar unos días de vacaciones D. José Aynat. Este hombre era un
gran aficionado al fútbol y vio jugar a Berruezo en varios de los partidos que
se celebraron. Aynat, maravillado por el juego de éste, llegó a decir: “Es lástima que este chico no esté en un
equipo de más categoría. ¡Yo voy a procurar llevármelo a Madrid!”. Y así
fue, en septiembre de 1931 llegó don Francisco Berruezo al Real Madrid C.F.
(entonces Madrid C.F., por cosas de la República) con un contrato de 500
pesetas para los costes de viaje, una gratificación mensual de 150 pesetas para
gastos particulares y el hospedaje en hotel correría a cargo del club merengue.
Y quién mejor que sea el propio Francisco Berruezo quién comente como aconteció
su estancia en Madrid:
Nota del Heraldo de Almería (29/9/1931) |
“En la estación me esperaba mi protector (Aynat), que me condujo
seguidamente al hotel que me habían designado. Al día siguiente fui en su
compañía al campo de Chamartín, donde se entrenan los internacionales del
Madrid C.F. ¡Me parecía todo un sueño! Mi protector me presentó al entrenador,
y a algunos de los jugadores. Sostuve una buena charla con el veterano José
María Peña y saludé a Lozano. El entrenador me requirió a su presencia, vestido
con el uniforme merengue. Me tuvo un gran rato entrenándome. Le debí agradar,
porque al aproximarme a él, oí que decía: «Tiene buen toque y buena pegada.»
Seguidamente, se despidió de mí, designándome los lunes, martes y viernes para
que acudiera a entrenarme. [...] (Un día) tuve una actuación magnífica y al final oí decir al
entrenador: «Se va a dar el caso,
bastante raro, de que un jugador pase por méritos propios de un equipo sin
categoría a un equipo de la primera división»". Sin embargo, lo que parecía
un sueño hecho realidad, pronto despertaría envidia en el vestuario madridista,
ya que como el propio Berruezo relató: “Los
jugadores empezaron a mirarme con envidia y me hacían objeto de los mayores
desprecios. Esto me desalentó y ya jugaba cohibido. De ahí que regresara a mi
tierra nuevamente."
Su paso por el Club merengue fue seguido con especial interés por la prensa de Almería, ya que una de las grandes promesas almerienses del momento podía triunfar en uno de los equipos más importantes de España:
Su paso por el Club merengue fue seguido con especial interés por la prensa de Almería, ya que una de las grandes promesas almerienses del momento podía triunfar en uno de los equipos más importantes de España:
Francisco Berruezo con la equipación del Real Madrid C.F. en 1931. Fechada en Madrid el 22/11/1931 Col. José Berruezo García |
Berruezo
está dando un excelente resultado, habiendo producido su juego un entusiasmo
extraordinario al entrenador del Madrid F.C. y cuantos han visto las
envidiables dotes de jugador que concurren en Berruezo.
(Heraldo de Almería, Almería, 4/11/1931)
Terminado su periplo en la
capital de España, retornó al Peña Deportiva de Garrucha (1931,1932). Sin
embargo, tal era su fama de excelente jugador que fue fichado por diversos
equipos: Athletic Club de Almería (1931,1932,1933,1934), Club de Fútbol
Badalona (1932), Club Deportivo Malacitano (1933), Unión Deportiva Almeriense (1935, club
constituido tras la desaparición del Athletic Club de Almería con los mejores
jugadores de la provincia) y Melilla F.C. (1935,1936).
Sobre la calidad futbolística de Francisco
Berruezo nos da buena información la prensa de la época, donde los periodistas
deportivos escribieron incontables elogios al joven garruchero:
Berruezo,
que juega cuanto quiere, y toda la tarde está haciendo juegos malabares con el
balón. […] Berruezo coge la pelota, burla a cuantos se oponen a su paso y lanza
un tiro genial a ras de suelo, que vale el segundo tanto a los locales, el tiro
ha sido de maestro y de los que dejan imborrable recuerdo.
(Garrucha Vs. Athletic Club de
Almería. Heraldo de Almería, Almería, 9/1/1932)
El
Garrucha posee buenos elementos, como son, el extremo izquierda Berruezo en el
que se ve el jugador de clase por su buen toque de balón y buena intuición
comprensiva de lo que es el fútbol. Fue el más peligroso de su línea, pues pase
que recibía era avance que realizaba y que hacía poner en movimiento a nuestra
defensa.
(Athletic Vs. Garrucha, Heraldo
de Almería, Almería, 19/1/1932)
Berruezo,
además de ejercitarse en el juego, a los pequeños y a los que no son pequeños,
les enseña mucho. […] Berruezo, a nuestro juicio, fue el mejor de los veintidós
jugadores.
Un comentario similar se dijo de él unos días más tarde, cuando se enfrentó el Athletic Club de Almería al Córdoba: Berruezo el mejor de los 22.
(Athletic Vs. Alameda F.C. de
Jaén Heraldo de Almería, Almería, 12/7/1932)
Un comentario similar se dijo de él unos días más tarde, cuando se enfrentó el Athletic Club de Almería al Córdoba: Berruezo el mejor de los 22.
(Athletic Vs. Córdoba F.C. La
Independencia, Almería, 16/7/1932)
Berruezo
es y seguirá siendo un excelente jugador difícilmente sustituible en el extremo izquierda.
(La Independencia, Almería, 10/8/1932)
Quizá una de las mayores alabanzas
que le dedicó la prensa fue la siguiente:
Berruezo,
el más formidable extremo que defendió los colores almerienses en todas las
épocas, el jugador por excelencia. […] Es mucho Berruezo para captar una de sus
jugadas con el sólo objetivo de una pluma. Ya hubo un escultor, Benlliure, que
cinceló con su arte explendente la verónica de aquel ídolo malogrado que
conocíamos por «Gitanillo de Triana»; un día Benlliure empleará su cincel y su
arte en captar una jugada pletórica de belleza de Berruezo.
(Heraldo de Almería, Almería, 26
de julio de 1932)
Equipo del C.D. Malacitano (antecesor del actual Málaga C.F.) en 1933. Francisco Berruezo, el segundo por la derecha. Col. José Berruezo García |
Fue un futbolista muy valorado y querido en la década de 1930. Convertido en una estrella mediática, se anunciaba su alineación a bombo y platillo en los partidos, como por ejemplo: “antes de que puedas sorprenderte de porque te escribo ésta, para que cese tu sorpresa te diré que con el Athletic local se alineó Berruezo.” (Diario de Almería, Almería, 25/4/1933)
Pedro Berruezo, hijo de El Gran Berruezo, con la equipación del Sevilla F.C. |
En Garrucha su figura fue
divinizada en vida, siendo probablemente el jugador más importante de su Historia. Se cuenta
que cuando llegaba de vacaciones los chiquillos salían a la entrada del pueblo
a recibirlo y lo acompañaban arremolinados hasta casa.
El inicio de la Guerra Civil le
sorprendió militando en las filas del Melilla F.C. Paralizado el fútbol por el
conflicto bélico, ingresó en octubre de 1936 en el Cuerpo de Seguridad y Asalto.
No obstante, nunca dejaría el deporte, siguió jugando al fútbol y en los años
venideros fue entrenador de los equipos policiales, así como del equipo de
atletismo, disciplina que también practicó.
Con su desafortunada muerte en
1960 no acabó la vinculación de la familia Berruezo con el fútbol, se creará
una saga de futbolistas que aún perdura y que tuvo como continuidad más
inmediata a su hijo, el legendario Pedro Berruezo Martín, que siguió la estela
paterna y militó en el Málaga y el Sevilla F.C., siendo además internacional
con la selección española. Se da la circunstancia de que Pedro Berruezo, con ocasión de visitar Garrucha en 1970 y siendo ya un jugador consagrado de Primera División, le hizo especial ilusión jugar unos minutos con el equipo en el que había militado su padre.
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