Don José Antonio Berruezo y
Berruezo nació en Vera (Almería) el 10 de febrero de 1811. Era hijo del hacendado y labrador mediero Don
Francisco Berruezo Gallardo y su esposa, Doña Isabel Berruezo Mellado. Descendiente de la
histórica familia Berruezo, su vida estaba destinada a grandes acontecimientos.
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Excelentísimo Señor Brigadier de Ejército D. José Antonio Berruezo y Berruezo Retrato presente en el Hospital General Universitario de Valencia. Obra de A. Almenar. Hacia 1870. |
Antes de entrar a relatar una
pincelada de su intensa vida, se puede decir, para hacernos una idea de la magnitud
del personaje, que a lo largo de su dilatada carrera llegó a ser Brigadier de
Ejército, Diputado a Cortes, Director de la Escuela de Tiro del Colegio de
Infantería y del Pardo, Comandante general y Gobernador militar de Castellón,
Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, Gran Cruz Roja al
Mérito Militar, Cruz de San Fernando de 1ª clase, etc. Héroe de las Guerras
Carlistas y de África. Director del Hospital de Valencia, donde se atendían a
los desfavorecidos, Presidente de la Liga de Propietarios de la dicha ciudad, Comisario
regio de Agricultura de la provincia, subjefe de la Guardia Municipal de
Valencia, etc.
Inmersa España en la Primera
Guerra Carlista (1833-1840), una guerra civil entre absolutistas (llamados carlistas al ser partidarios de Carlos, hermano del fallecido Rey Fernando VII) y liberales (llamados isabelinos al ser partidarios del régimen liberal que encarnaban en Isabel, la hija de Fernando VII),
no dudó en defender con su vida la libertad y el progreso de su país prestando
servicio en las Armas liberales de Isabel II. Para ello, el 1 de mayo de 1836 ingresó como
Subteniente de Milicias por gracia especial en Ciudad Real. A lo largo de la
fratricida guerra participó en innumerables acciones en las que destacó por su
valor y arrojo, tales como Valderrobres, Cantavieja, Mirambel, Beceite,
Chulilla, Mora de Rubielos, Arcos de la Cantera, Cati, Villar de Canes,
Alcora, Teruel, Vieras, Tales, Castro del Valle, Alpuente, Bejís, Cañete,
Beteta… En 1840, fecha del final de la contienda, ya ostentaba el grado de Capitán
por méritos de guerra.
En 1846 dio comienzo la Segunda
Guerra Carlista y como militar participó en el sofoco del alzamiento carlista
de Zaragoza.
El año 1848 ha sido denominado por
la historiografía como el Año de las Revoluciones. Una oleada de revoluciones
de carácter liberal y popular que recorrió toda Europa en contra del Antiguo
Régimen que todavía perduraba en la mayoría de los países, las monarquías
absolutistas. Un sistema desfasado que debió adaptarse a las nuevas exigencias
liberales que clamaba el siglo XIX.
En España y más concretamente en
Madrid, el 26 de marzo de 1848, al compás de las tendencias revolucionarias europeas
estalló una insurrección en la capital de España promovida por los liberales
más exaltados y los primeros movimientos obreros con la intención de
desestabilizar el gobierno moderado del General Narvaéz. Encontrándose
Don José Antonio en Madrid en esa fecha, su actuación en el sofoco de este alzamiento
le valió la graduación de Teniente Coronel por los méritos contraídos.
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Libro "Proyecto de Reglamento para una Escuela de Tiro". Escrito por el entonces Coronel graduado Berruezo en 1851. Col. José Berruezo García |
Tras haber servido a las órdenes
del Capitán General de Valencia, por Real Orden de 26 de junio de 1854, fue
nombrado Director de la Escuela de Tiro del Colegio de Infantería. También en
este año viajó a Francia para estudiar y examinar la carabina rayada de bala
tronco-cónica. La eficacia de esta nueva arma, cuya inclusión en el Ejército
Español fue promovida por él, se demostró en la Guerra de África (1859-1860).
En el año de 1855 regresó a
España y se hizo cargo de la Escuela de Tiro del Real Sitio del Pardo hasta
1859.
El 14 de julio de 1856, un recién investido presidente del Consejo de Ministros, el General D. Leopoldo O’Donnell
declaró el estado de guerra en España para combatir la alarmante y radicalizada
inestabilidad social que recorría el país; también para contener las posibles
insurrecciones de progresistas y demócratas, ya que se esperaban protestas
puesto que el gobierno progresista del General D. Baldomero Espartero acababa
de caer y ser sustituido por el de O’Donnell. La situación se complicó cuando
83 diputados de ideología progresista y demócrata se encerraron en el Congreso
de los Diputados para votar la censura al nuevo gobierno instaurado. Su falta
de quórum, ya que la totalidad de arco parlamentario era de 350 diputados, su
radicalidad y negativa a abandonar el Congreso, que estaba siendo defendido por
la Milicia Nacional afín a los insurrectos provocó que el gobierno de O’Donnell
tuviera que tomar por la fuerza el Congreso. Trasladada la rebelión a las
calles de Madrid, finalmente fue reprimida el 16 de julio. Don José Antonio
Berruezo se halló en los sucesos comentados anteriormente, por los cuales fue
recompensado con el empleo de Coronel.
En agosto de 1859, un grupo de
rifeños atacaron a los españoles que custodiaban las reparaciones de varios
fortines en Ceuta. El presidente D. Leopoldo O’Donnell exigió al Sultán de Marruecos
un castigo ejemplar a los agresores, pero no ocurrió. Ante eso, el gobierno de
España declaró la Guerra a Marruecos y como dijo O’Donnell en las Cortes: "El Dios de los ejércitos bendecirá nuestras armas y el valor de nuestros soldados y de nuestra armada, hará ver a los marroquíes que no se insulta impunemente a la nación española, que iremos a sus hogares a buscar la satisfacción más cumplida." De manera similar la Reina Isabel II manifestó: "Que se tasen y vendan todas mis joyas, si es necesario al logro de tan santa empresa, que se disponga sin reparo de mi patrimonio particular para el bien y la gloria de mis hijos, disminuiré mi fausto; una humilde cinta brillará en mi cuello mejor que hilos de brillantes, si estos pueden servir para defender y levantar la fama de nuestra España."
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Prim en la Batalla de Tetuán (1860) |
En la Guerra de África
(1859-1860) tomó parte Don José Antonio Berruezo y Berruezo como Jefe de la 2ª
Brigada de la División del Primer Cuerpo, sirviendo a las órdenes del Teniente
General D. Rafael Echagüe. En este conflicto bélico, donde se colmó de fama y
gloria, obtuvo al principio de la contienda el fajín de general al ser
ascendido a Brigadier, además de ser condecorado con la Cruz de San Fernando de
1ª clase por su valerosa actuación, donde fue uno de los primeros oficiales que
entró en combate en esta Guerra. Participó decisivamente en acciones y batallas
tan sonadas en la Historia militar de España como Serrallo, reducto de Isabel
II, boquete de Anghera, valle de los Castillejos, reducto Rey Francisco de
Asís, Tetuán, Wad-Ras…
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Crónica de la Guerra de África. 1859. |
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Periódico La Correspondencia de España (Madrid, 23/3/1860) |
Terminada la guerra africana y vuelto a España fue elegido Diputado a Cortes por el distrito de Nules (Castellón) de 1860 a 1863, militando en el partido de su buen amigo Don Leopoldo O’Donnell, en la Unión Liberal. Desde entonces vinculó su vida al levante peninsular, particularmente a Castellón y Valencia, donde fue un rico propietario con amplias fincas dedicadas al cultivo de árboles frutales como el naranjo. Llegó a ser uno de los personajes más influyentes a nivel político y económico de Valencia.
El Brigadier Berruezo fue
nombrado Comandante General de Castellón de la Plana en 1864 y Gobernador
militar de Castellón de 1865 a 1866 pasando después a las órdenes del Capitán
General de Valencia y a cuartel en la misma ciudad.
Llegados los turbulentos años del
Sexenio Revolucionario (1868-1874), en octubre de 1869 combatió y sofocó con
100 infantes y 40 caballos un alzamiento republicano en Valencia, su actuación
le valió que le concedieran la Gran Cruz Roja del Mérito Militar.
En 1871 formó parte como vocal
del jurado que juzgó en Consejo de Guerra al Duque de Montpensieur, cuñado de
Isabel II, por no jurar fidelidad al nuevo Rey de España, Amadeo I de Saboya. Destaca
que fuese apercibido por el gobierno de Su Majestad por su lenidad absoluta al haber manifestado no encontrar
culpable al Duque y solicitar su absolución completa. Además se conoce que ya en 1872 era afín al pensamiento ideológico de Cánovas del Castillo y tuvo un papel preponderante en las reuniones y comisiones del partido liberal-conservador en Valencia. Todo esto denotaba su carácter
de monárquico a favor de la dinastía legítima, como se notó facilitando en
Sagunto (Valencia), el 29 de diciembre de 1874, el pronunciamiento del General Martínez-Campos a favor de Alfonso XII, dando así comienzo la Restauración Borbónica y
poniendo fin a la peligrosa aventura que supuso el Sexenio Revolucionario para
España.
El 12 de mayo de 1879 pasó a la sección
de reserva del Estado Mayor General del Ejército.
También fue designado Director
del Hospital de Valencia, donde se atendían a los desfavorecidos, y llegó a ser
Presidente de la Liga de Propietarios y Comisario regio de Agricultura de la
provincia, cargos de muchísima influencia en Valencia.
Personalidad de renombre en el
levante peninsular también gozó de popularidad en las Islas Baleares, donde
entabló buena amistad con el Archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena.
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Periódico La Iberia (Madrid, 11/9/1875) |
La muerte del Brigadier Berruezo, a los 75 años, acaecida en su casa-palacio de la Plaza de Tetuán nº 9 de Valencia, el 16 de
octubre de 1886, fue muy sentida en España y particularmente en Valencia y
Mallorca.
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Esquela publicada en El Mercantil Valenciano (17/10/1886) |
Como era de esperar, la prensa de la época, tanto la local como la nacional se hizo eco de su fallecimiento. A continuación se exponen algunas notas a
su muerte:
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Nota del periódico La Época (Madrid, 18/10/1886) |
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Nota del periódico El Balear (19/10/1886) |
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Nota del periódico La Iberia (Madrid, 18/10/1886) |
Quizás en un futuro el
Ayuntamiento de Vera tenga a bien concederle el título de Hijo Predilecto, a título póstumo, y que una calle lleve el nombre de este formidable y valiente veratense que defendió con su vida los más altos valores de la época que le
tocó vivir. A la vista de lo comentado, tiene sobrados méritos para ello y sería un bonito detalle el que le brindaría su ciudad natal a este
gran hombre y patriota, que ya fue considerado Hijo ilustre de Vera por el célebre autor Don Eusebio Garres y
Segura (1868-1937) en su obra de 1908: Historia de la M.N. y M.L. Ciudad de Vera. También fue nombrado por D. Benito Pérez Galdós en sus célebres Episodios Nacionales.
Nota: Un artículo similar a este, elaborado también por mi, fue publicado el 17 de junio de 2014 en el blog de cultura del Ayuntamiento de Vera. Mi agradecimiento a la Concejalía de Cultura de ese Ayuntamiento y de modo especial al Director del Archivo Municipal de Vera, Don Manuel Caparrós Perales, por el buen acogimiento y haber hecho posible la publicación de dicho artículo. La sensibilidad que demuestra Vera y su funcionariado municipal por la cultura y su Historia debería ser imitada por otros pueblos limítrofes.
El brigadier Berruezo fue diputado por el distrito de NUles. Junto a Nules está la antigua partida de Alquerías del Niño Perdido del término municipal de Vila-rea, actualmente (desde 1985) el municipio de Les Alqueries, donde el brigadier Berruezo tenía una alquería (que todavía existe) y una importante finca de naranjos. Se sabe que vivió muchos años en esta alquería y que después pasaba en ella largas temporadas de descanso. Algún tiempo fue representante de los labradores del tercer turno de riego (llamado Cap de Terme) en el Sindicato de riegos de Vila-real. Fue uno de los propietarios con mayor dedicación al cultivo del naranjo en el actual término municipal (antigua partida) de Les Alqueries (Alquerías del Niño Perdido), en la provincia de Castellón.
ResponderEliminarGracias por su comentario y la información que, sin duda, complementa el artículo. Si tiene algún retrato fotográfico del Brigadier Berruezo y desea compartirlo, bienvenido sea.
EliminarUn saludo.