Garrucha surgió como municipio
independiente el 1 de enero de 1861. Una vez conseguida la segregación respecto
de Vera se tuvo que dotar al naciente municipio con las consiguientes
infraestructuras y elementos necesarios para el fortalecimiento de su recién
conseguida soberanía.
Uno de los primeros objetivos fue
la consecución de una Iglesia propia. Para ello se mejoró, con la oportuna
construcción y remodelación, la antigua ermita existente en la población. Esta
ermita había sido construida en 1804 por el gremio
de mareantes de Vera, bajo la advocación de la Virgen del Mar.
La familia Berruezo, uno de los linajes fundacionales del municipio,
trabajó intensamente para este fin. Para conseguir esta meta, Don Manuel Berruezo Ayora, primer Alcalde
de Garrucha, inició la importante labor. Así, el 6 de enero de 1861 se acordó la construcción de la Iglesia, a
partir de la mejora en todos los sentidos de la antigua Ermita:
A
seguida el Ayuntamiento pasó a ocuparse de la necesidad urgentísima de procurar
a esta población un Templo bastante capaz, para que pueda ejercitarse –cual
corresponde– en el cumplimiento de sus deberes religiosos, y que a la vez
puedan celebrarse en él, con la solemnidad conveniente, los oficios divinos,
dando de este modo un impulso a las buenas creencias religiosas, que son la
base del desarrollo moral y material de un pueblo que se constituye. [...]
El
Ayuntamiento acordó: que sin prejuicio de formar el oportuno expediente para
que se levante el plano y se haga el presupuesto correspondiente para la
erección de un Templo que llene las necesidades de este pueblo; y en vista de
la que existe hoy, de procurar un Bautisterio para que se evite el gravísimo
mal de tener que concurrir a Vera para este Sacramento porque, distando cerca
de dos horas de camino y dividiendo éste un río caudaloso, se han dado ya casos
de morir la criatura en el camino, efecto de frío o calor, o de que por haber
salido dicho río, han tenido que volverse y en este intermedio fallecer.
Que
desde luego se remita exposición al Ilustrísimo Sr. Obispo para que permita la
reparación y ensanche de la única ermita que existe en ésta, y, conseguido, que
se proceda sin levantar mano al ensanche de la misma, en cuanto lo permita el
terreno de que pueda disponerse y los fondos que haya existentes, procurando
ante todo el local para establecer el Bautisterio y también para los Santos
Sacramentos, único medio de atender por hoy a las más urgentes necesidades religiosas
de este vecindario, que es el deseo que anima a este Municipio, como
consecuente con sus creencias y porque es la base más esencial para la
constitución estable de todo pueblo.
(Actas capitulares. Sesión 6 de
enero de 1861. Archivo Municipal de Garrucha)
Iglesia Parroquial de San Joaquín de Garrucha (https://www.flickr.com/photos/alindbt/2972035020/in/set-72157607411031371) |
Asimismo, Don Manuel Berruezo Ayora en sesión plenaria a fecha 30 de marzo de
1862 solicitó al Obispo de Almería el establecimiento de los Sacramentos en la
nueva Iglesia de Garrucha:
Se
tomó en consideración el lamentable olvido en que se halla esta Población
respecto de uno de los más importantes principios de toda sociedad: la religión
del Crucificado, base fundamental del bien de las naciones y sin la cual no es
dable proporcionar a un pueblo, ni el sosiego, ni la tranquilidad, ni aún la
vida misma.
La
Municipalidad, con profundo y doloroso sentimiento, recordó el miserable estado
de sus habitantes, en cuanto aquello que tiende a la salvación de sus almas, en
lo mismo que el Divino Redentor dejó legado al mundo, como escudo contra todos
los padeceres terrenos, a costa de su preciosa sangre derramada en el Gólgota.
Y por fin consideró el cuadro de terror y espanto que esta Población presenta,
careciendo de los Sacramentos que Dios instituyera para nuestra redención.
Y
ciertamente es horroroso dar en la imaginación de un Católico con el funesto
espectáculo del niño moribundo, a quien no puede suministrarse el Sacramento que
ha de extinguirle su anatematizado origen, o con el adulto agonizante que
siente cómo pasa a otra vida, y llama sin éxito el generoso perdón de sus culpas,
que Dios en su infinita Misericordia estableciera para los que le imploran de
corazón; no siendo menos sensible que a un pueblo religioso, fervientemente
católico, en que flotan más de dos mil individuos, en que se alza una numerosa
juventud, padres acaso un día de cien generaciones, se le tenga privado de las
prácticas de nuestra Sacrosanta Religión, con alarma en sus conciencias unos y
olvido en otros de las virtudes que aquellos siembran en nuestras almas.
Bajo
semejante impresión, el Ayuntamiento, reconociendo que es principal llamado a
pedir el remedio de estos males, acordó se recurra al Ilmo. Sr. Obispo de esta
Diócesis, demandando de su piedad evangélica disponga lo conveniente para que
se lleve a efecto, desde luego, el Acuerdo que dictó en 7 de junio de 1850 en
la Villa de Oria, por el cual declaró a esta población Ayuda de la Parroquia de
Vera, de donde dista cerca de dos leguas, y que en su consecuencia se
establezcan los Sacramentos en el Templo recientemente habilitado por este
vecindario para la Misa, puesto que reúne las condiciones necesarias al
intento; no creyendo la Corporación se necesite esforzar más la necesidad de
esta medida, atendidos los piadosos deseos que, en particular, ha encerrado
siempre el magnánimo corazón de su Señoría Ilustrísima.
(Actas capitulares. Sesión 30 de
marzo de 1862. Archivo Municipal de Garrucha)
En 1865 por iniciativa del Alcalde de Garrucha, el esclarecido
patricio e ilustre abogado, Don Juan
Francisco Berruezo Torres se reactivaron las obras de mejora de la todavía
Iglesia en construcción, con una nueva dotación municipal para ello:
[…]
la Corporación acordó que se inviertan en dichas obras los ocho mil reales
consignados para ello, facultando al Presidente (D. Juan Francisco Berruezo Torres) para que por sí y en unión de la
Junta nombrada al efecto, se lleven a cabo las obras referidas.
(Actas capitulares. Sesión 30 de marzo de
1865. Archivo Municipal de Garrucha)
Asimismo, el 15 de enero de 1866,
siendo Alcalde D. Juan Francisco Berruezo
Torres se procedió a la solemne
inauguración de la pila bautismal de la Iglesia de Garrucha. Este acto fue de suma importancia, ya que a
partir de esta fecha los nacidos en Garrucha serían bautizados en el municipio
y no tendrían que desplazarse a Vera para ello. Por tanto, gracias a la
consecución de la pila bautismal, desde 1866 hasta la actualidad los nacidos en
Garrucha son oficialmente garrucheros.
En sesión plenaria D. Juan Francisco Berruezo comentó a este respecto:
Señores
Concejales, el acontecimiento que en el día de mañana se va a llevar a cabo en
esta Población debido a la autoridad de este municipio, que ha sabido interesar
con el párroco y las personas allegadas al Sr. Obispo, para que consiga la
instalación de los Santos Sacramentos, es de trascendencia tal, que debe
considerarse como la base de la origen de esta Población. Desde mañana se llamarán hijos de Garrucha los que nazcan y
reciban las saludables aguas del Bautismo en la pila que para este objeto
quedará establecida; tendrán la naturaleza de su país natal, y no tendrán
que exponerse, como hasta aquí, a los peligros que corrían los que buscaban
lavarse del pecado original.
La
religión consolará con sus divinos sacramentos al cristiano pecador que
moribundo los reclame, y en este templo que tantos afanes nos cuesta, quedará
constantemente depositada la Hostia Consagrada, imagen y representación del
divino Dios.
El
acto que va a celebrarse merece, y deseo, que se acompañe con toda la pompa y
ostentación posible, y para ello se invitará particularmente a todas las
personas que tengan carácter oficial en la población, y generalmente a todos
los habitantes de ella, para que tanto en la ceremonia religiosa que ha de
tener lugar en la Iglesia, como para la procesión que después ha de hacerse por
las principales calles, acompañe a el Santísimo Sacramento, a cuyo efecto, se
ha publicado por Bando se iluminen las casas en esta noche y se pongan
colgaduras por donde haya de pasar la procesión.
Sólo
me resta decir a esta Corporación que debemos dirigirnos al Excmo. Sr. Obispo
de la Diócesis, dándole las gracias por la concesión de habernos otorgado la
instalación de Sacramentos, y, al mismo tiempo, darlas también al canónigo D.
Diego Latorre, que se ha tomado la molestia de –en su edad–, exponerse a los
rigores de la estación, por asistir a la ceremonia que con tanto afán ha
deseado, haciéndolas extensivas al Párroco de Roquetas, D. Juan Ros de Latorre,
que ha venido a explicar con la palabra de Dios los beneficios que este Pueblo
Cristiano ha recibido con la instalación de los Sacramentos.
(Actas capitulares. Sesión 14 de
enero de 1866. Archivo Municipal de Garrucha)
Con ocasión del bautizo de Doña María Berruezo Gerez, el 4 de abril de 1866, hija de D. Francisco Berruezo López y Dña. María del Mar Gerez Segura, fue donada a la Iglesia, por el abuelo materno de la bautizada, Don Bernardo Gerez Soler, una concha de plata para el acto de recibir el agua bautismal.
El 5 de febrero de 1871, gracias a las oportunas y largas gestiones en las que participó la familia Berruezo, la Iglesia de Garrucha fue elevada a Parroquia, dejando así de depender de Vera. Así pues en 1871 fue dotada con su primer Cura Párroco y no con un sacerdote asignado por Vera, como era hasta entonces.
El 5 de febrero de 1871, gracias a las oportunas y largas gestiones en las que participó la familia Berruezo, la Iglesia de Garrucha fue elevada a Parroquia, dejando así de depender de Vera. Así pues en 1871 fue dotada con su primer Cura Párroco y no con un sacerdote asignado por Vera, como era hasta entonces.
Años más tarde, en 1888, siendo Alcalde de Garrucha Don
Francisco Berruezo López, fue declarado formalmente, por el Papa León XIII, a
San Joaquín como Patrón y Titular de la Iglesia Parroquial del municipio. Sin
lugar a dudas, la consecución de este anhelado deseo estuvo promovida también
por las gestiones que llevo a cabo la familia Berruezo y, particularmente, por
el ferviente católico D. Francisco Berruezo López, uno de los personajes más
influyentes de la Garrucha de su tiempo.
Los habitantes del pueblo conocido con el
nombre de Garrucha, situado dentro de los confines de la Diócesis de Almería,
venerando con singular devoción a San Joaquín, Confesor y Padre glorioso de la
Madre de Dios, han anhelado vehemente tenerle por Titular de su Iglesia
Parroquial recientemente creada, y por Patrono principal de la población para
con Dios. Por esto el Clero y el Pueblo, unánimemente y con las formalidades
debidas, eligieron a dicho Santo como celestial y principal Patrono, acudiendo
después al R. Sr. D. Santos Zárate y Martínez, Obispo de Almería, en súplica de
que impetrase, uniendo su favorable informe, la Superior Confirmación por parte
de la Silla Apostólica de la elección hecha. En virtud de esto, dicho R.
Obispo, suplicó encarecidamente a Nuestro Santísimo Pontífice León XIII, que se
dignase declarar a San Joaquín, Confesor y Padre de la Bienaventurada Virgen,
Titular de la mencionada Parroquia y principal Patrono de la referida
población, para con Dios. Su Santidad pues, dada cuenta de todo por el
infrascrito Secretario de la Sagrada Congregación de Ritos, y confirmado con su
suprema autoridad la elección hecha por los habitantes de Garrucha, se ha
dignado declarar a San Joaquín principal patrono de dicha población, con todos
los privilegios y honores que de derecho competen a los mismos.
Día 11 de Junio de 1888.
A.Card. Rianchi S.R.C. Pref.
Visto y aprobado.
Silla Episcopal de Almería
En el día 4 de Agosto del año del Señor de
1888
+Santos Zárate, Obispo de Almería
P.M.D.
del Ilustrísimo y Reverendo Obispo, mi Señor, Dr. Eduardo Rodrigo, secretario.
A finales del siglo XIX se
desarrolló en Garrucha una campaña solidaria entre los garrucheros,
particularmente entre las mujeres del municipio, para dotar a la Iglesia de
ornamentos sagrados, al carecer casi por completo de ellos. Se constituyó una Junta Benéfica de Señoras que recaudaba
fondos para la compra de estos objetos sagrados. Las mujeres vinculadas a la
familia Berruezo colaboraron estrechamente con esta labor, así constan como
miembros de la institución: Doña Concepción Berruezo Gerez (Tesorera, esposa de
D. Simón Fuentes Caparrós) y Doña María Mar Gerez Segura (Vocal, esposa de D.
Francisco Berruezo López).
Reina regente Dña. María Cristina |
En agosto de 1899 organizó esta Junta
Benéfica una rifa solidaria para captar fondos; entre los donantes de objetos
como premios a la rifa destacan entre otros familiares, aparte de las anteriores señoras
mencionadas, Doña María Berruezo Gerez, Doña Laura Segura Cayuela (esposa de D. Pedro Berruezo Gerez) y Dña. María Fernández Giménez (esposa de D. Cleofás Berruezo Castaño). Incluso
la Reina regente Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena se sumó con gusto a la
rifa solidaria que se iba a llevar a cabo en Garrucha y donó un reloj de
sobremesa.
De febrero de 1899 a agosto de 1900 se inició una suscripción popular en Garrucha para "atender a los gastos de un Retablo y un Camarín, donde poder exponer la hermosa Efigie del Sagrado Corazón de Jesús de esta parroquia". La participación de la familia Berruezo uniéndose a la suscripción para conseguir el objetivo propuesto fue también notoria.
De febrero de 1899 a agosto de 1900 se inició una suscripción popular en Garrucha para "atender a los gastos de un Retablo y un Camarín, donde poder exponer la hermosa Efigie del Sagrado Corazón de Jesús de esta parroquia". La participación de la familia Berruezo uniéndose a la suscripción para conseguir el objetivo propuesto fue también notoria.
Ya en el siglo XX, en 1907 el
Ayuntamiento de Garrucha presidido por el querido Don Pedro Berruezo Gerez
compró junto con la Iglesia tres campanas; una para el reloj público, otra para
la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús y otra para el campanario de la Iglesia
Parroquial de San Joaquín.
Por el primer Teniente de Alcalde, Don José
López, se dio lectura al contrato que, en virtud a autorización […] celebró en
el día de ayer, en unión del Señor Cura Párroco con el representante y socio de
la casa fundidora de Albaida (Valencia), “Hijos de Lorenzo Rores”, por el cual
resulta que han sido contratadas tres campanas, de treinta y cinco a cuarenta
arrobas una, que ha de servir para el reloj público; de seis a siete arrobas
otra, para la Capilla del Sagrada Corazón de Jesús; y otra, de cinco a seis
arrobas, para el campanario de la Iglesia Parroquial.
El coste total de dichas campanas ascenderá
a unas mil seiscientas pesetas, pagaderas por mitad entre la Iglesia y el Ayuntamiento,
en cinco plazos iguales; el primero el mismo día en que las campanas queden
colocadas, y los cuatro restantes en iguales días de los cuatro años venideros,
resultando, por tanto, que el Municipio tendrá que hacer durante el presente y
los cuatro años sucesivos un desembolso de unas 150 pesetas en cada plazo.
Y la Corporación en su vista ACUERDA:
presentar su aprobación al contrato de que se hace mención, y para el pago del
primer plazo que ha de abonarse dentro del año actual, interesar la correspondiente
autorización de la autoridad superior para hacer la necesaria transferencia de
crédito, pues que para cubrir esta atención no hay la necesaria consignación en
el presupuesto.
(Actas capitulares. Sesión 22 de septiembre
de 1907. Archivo Municipal de Garrucha)
A la
vista de lo comentado anteriormente, la participación de la familia Berruezo en
la constitución de la Iglesia de Garrucha fue muy importante. También en una
próxima entrada se verá la alta vinculación de la familia con las Hermandades o
Cofradías y la Semana Santa de Garrucha.
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