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Nicho nº 83, de D. Francisco Ruiz Carrillo. Cementerio de Vera |
Diversos lectores nos han
felicitado por la entrada sobre la tumba de Alejandro Kirkpatrick, y lo cierto
es que ha sido admirable la acogida que ha tenido, pues en sólo 48 horas superó
las 4000 visitas en este modesto blog.
Ante el interés que ha suscitado
recordar personajes ilustres que yacen olvidados en los camposantos del levante
almeriense, comentemos unas pinceladas de la vida de otra personalidad de la
época de nuestros bisabuelos.
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D. Francisco Ruiz Carrillo Cortesía José González Núñez |
Don Francisco Ruiz Carrillo,
natural de Turre, fue una relevante personalidad de su tiempo y si por algo se
caracterizó este hombre fue por trabajar en aras del bien común. Siempre buscó
desde su posición el progreso del levante almeriense.
Joven inquieto cultural e
intelectualmente, estudió Derecho en la Universidad de Granada, licenciándose
en 1871. Tras esto, se asentó en Vera y, como abogado con vocación de servicio
público, entendió que la política era una buena forma de mejorar la vida de sus
vecinos. Así pues, en 1873 fue elegido Diputado Provincial, bajo la I
República. Sin embargo, la caída del régimen republicano al año siguiente lo
apearía de su escaño hasta que en 1880, inscrito ahora en las filas liberales,
pudo regresar de nuevo. A lo largo de la década de 1880 ostentó diversas
responsabilidades como Secretario y Vicepresidente de la Diputación Provincial
de Almería, y Vicepresidente de la Comisión Provincial. Además, fue
Vicepresidente de la Comisión Permanente de la Diputación y miembro de la
Comisión de Fomento.
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Vista del edificio de la actual Diputación Provincial de Almería |
Desde su posición luchó
enérgicamente por conseguir mejoras de todo tipo para el levante almeriense.
Una prueba de ello fue que al poco de salir elegido Diputado Provincial en 1880
viajó a Madrid, junto a su buen amigo el Diputado a Cortes D. Carlos Huelin,
para entrevistarse con el Ministro de Gobernación y el Presidente del Consejo
de Ministros en demanda de las infraestructuras necesarias que requería la
provincia de Almería para llevarla al progreso y desarrollo que clamaba esta
región deprimida de España.
Persona de trato afable y cercano,
prestó innumerables servicios en favor de su circunscripción electoral; sin distinción de
clases ni ideologías políticas siempre trató de resolver desde su posición
cualquier problema que tuviera alguien con la Diputación u otro organismo
oficial de la capital.
La labor política de Ruiz
Carrillo fue tan destacada que incluso se habló de él como candidato a Diputado
a Cortes en las Elecciones Generales de 1884. Sin embargo, pronto se toparía
con la realidad de la política. Hombre íntegro y de altos valores morales no
comulgó con las corruptelas generalizadas que campaban a sus anchas en las
esferas de poder. Incapaz de someterse a un sistema corrompido y antes de ser
partícipe pasivo del mismo decidió retirarse de la política en activo.
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D. Bernardo Berruezo Gerez Este periodista y comerciante garruchero luchó enérgicamente junto a su amigo Ruiz Carrillo por la consecución del ferrocarril de Lorca a Almería. |
Tras su abandono de la política,
dijo de él su amigo Bernardo Berruezo en una ocasión: “Después no ha ejercido cargo público por más que haya podido tener
ocasión para ello, y es que su modo de ser no se acomoda a la política chica
que ahora se hace; éI no sabría ser cacique a la moderna, porque sus
sentimientos no le permitirían tomar venganza de los contrarios, ni abusar de
su poder, tiranizar a nadie, ni aprovecharse para sí de nada que fuese del
común.” (El Eco de Levante, Garrucha, 11/9/1899, p.2).
De vuelta en Vera fue designado
Juez Municipal, ejerciendo la magistratura de 1889 a 1891. Asimismo, constituyó
algunas sociedades mineras y fue abogado de la Sociedad Chávarri, que explotaba
las ricas minas de Bédar. También se ocupó de la constitución de una empresa
que acometiese el desagüe de Sierra Almagrera en 1892.
En 1899, dando pruebas una vez
más de su filantropía y firme apoyo a todo lo beneficioso para el levante
almeriense, asumió la Presidencia de la Junta Gestora del Ferrocarril de Lorca
a Almería. Su labor al frente de la Junta fue encomiable, trabajó intensamente
por conseguir que se llevase a cabo la construcción de la línea férrea. Para
ello, no escatimó en gestiones, promovió reuniones con Diputados a Cortes,
grandes propietarios y empresarios, con todos aquellos que pudiesen ayudar a
impulsar tan necesaria obra para la revitalización de la industria y el
comercio en el litoral levantino. Junto al periodista y comerciante Bernardo
Berruezo realizó innumerables viajes como alma errante en demanda del ansiado
ferrocarril, aunque, por desgracia, sólo obtuvo de los poderosos promesas y
esperanzas vacías, pues nunca se materializó tan redentora construcción.
Decano del Colegio de Abogados de
Vera, también fue colaborador periodístico y un destacado masón. Iniciado en la
Logia Amor y Ciencia nº 15 de Almería
en 1881, fundó al año siguiente en Vera la Logia Perfección, ostentado el grado de Venerable Maestre.
Como hombre preocupado en que
progresase el levante almeriense, se interesó por la construcción del Puerto de
Garrucha en 1903 e intentó que las fuerzas vivas del municipio promovieran
nuevamente que el Estado realizase lo estudios correspondientes para su
realización.
Finalmente, la vida de este buen
hombre se truncó el 25 de febrero de 1910, una pulmonía acabó con su existencia
a la edad de 67 años. Acompañando a su viuda Dña. María de la Soledad
García-Leonés Berruezo (hija de Antonio García-Leonés Ruiz e Isabel Berruezo Torres, hija ésta de Pedro Berruezo Soler), hijos y demás familia se pudo ver en el cementerio de Vera a
una gran multitud de amigos del finado. Fueron innumerables las personas, sin
distinción de clases, de Vera y otros pueblos circundantes como Garrucha,
Bédar, Cuevas… que acudieron a acompañar a su última morada a quien fue
considerado en vida un hombre sabio, generoso y bondadoso.
Lo que un día un fue un entierro
multitudinario hoy es una lápida olvidada y abandonada por el paso inexorable de
los años. Más de un siglo después, ahí sigue, silenciosa en recuerdos y vulnerable. Como era costumbre en la época, no tiene un largo epitafio, tan sólo una simple y contundente frase: ROGAD POR SU ALMA. Pues eso.
Esta tumba no es más que otro ejemplo de lo mucho que podría perder Vera si en un futuro
estos nichos de personajes relevantes desapareciesen y sus restos pasaran a un osario común.
Fue hijo de Antonio Ruiz Abad (Alboloduy) y Ma Dolores Carrillo Mtnez (Turre). Tuvo 9 hermanos. Abuelos paternos Agustín Ruiz de Egea y María León.
ResponderEliminarSaludos, PepedePiedad.
Gracias por su comentario e información aportada. ¿Es descendiente de D. Francisco Ruiz Carrillo?
ResponderEliminarUn saludo.
Perdón por haberme ido por las ramas genealógicas. La información correcta de sus abuelos es: Antonio Ruiz León y Josefa Abad. Agustín Ruiz de Egea y María León son sus bisabuelos paternos. La familia Ruiz era originaria de Alboloduy, pero, a partir de Antonio Ruiz Abad ya se instalaron definitivamente en Turre.
ResponderEliminarMi abuelo, Félix González Ruiz (Turre), sobrino suyo, estuvo trabajando varios años como abogado en su despacho.
Muchas gracias por dedicar con cariño, pero con toda objetividad, esta reseña a una persona de gran valía y talla intelectual, desgraciadamente olvidada.
En todo lo que pueda contribuir al mejor conocimiento de la Axarquía almeriense, cuente con mi colaboración.
Saludos, PepedePiedad
Muchas Gracias de nuevo por su comentario e información. Si posee una fotografía de D. Francisco Ruiz Carrillo con la que poder ilustrar el artículo, se lo agradecería. En caso afirmativo, puede remitirla al correo: losberruezoblog@gmail.com
EliminarUn saludo.