Vista panorámica de Garrucha hacia 1900. Fotógrafo: F. de Blain (http://www.portalmanzora.es/a/modules.php?name=coppermine&file=displayimagepopup&pid=6217&fullsize=1) |
Se transcribe
el quinto artículo de la serie comentada en la entrada Historia antigua de Garrucha I:
LA TORRE DE LA
GARRUCHA
A Bernardo Berruezo
No
obstante, el laudo que en 20 de Enero de 1517 dictaron los Jueces Arbitros
sobre los términos jurisdiccionales de Vera y Mojácar, y otros extremos de
menos importancia, la ambición, la poca seriedad y el ningún respeto a lo
convenido en forma solemne por parte de los mojaqueros, hizo que tuviera lugar
en la Torre de la Garrucha, el 28 de Noviembre de 1532, una visita de términos
jurisdiccionales, para dar asiento según decían los congresistas, a la hermandad
entre ambos pueblos. La Visita fue de una importancia extraordinaria en el país, a ella concurrieron, por parte de Vera su Alcalde
Mayor, Alonso González de Guadalajara; estuvo representada Purchena por el muy
magnífico señor Jorge Ruiz de Alarcón, corregidor de las ciudades de los
obispados de Guadix, Almería y Abadía de Baza; por sus Majestades, Alonso
Fajardo y Alonso Muñoz, Regidores de Vera; a Mojácar la representó su Alcalde
Juan de las Eras, y los Regidores Juan de Aguilar, Fernando Belmonte y Juan de
la Rubia. Se trajeron a la visita, para solucionar sus dudas, cuantas
escrituras de convenio se habían otorgado entre estos pueblos rivales y la
sentencia laudal del 20 de Enero. Todo volvió otra vez a discutirse en tan
célebre Torre; hubo largas sesiones, significándose en ellas el Regidor de
Mojácar Juan de la Rubia por su carácter levantisco, que no se conformaba con
nada de lo que se proponía, era un tipo intransigente, malicioso, remora
siempre para toda buena transacción. Se invitó a este mojaquero por el Alcalde
de Vera a que emitiera su voto sobre la capitulación del 20 de Enero, y con la
mayor frescura del mundo, sin que le inspirara respeto la representación que
llevaba en el acto, y la que ostentaban los demás, contestó que «ni puede ni
quiere contradecir la dicha capitulación, y que ni la da por buena ni por mala.»
Gracias a los razonamientos que exponía con bastante discreción y habilidad el
representante de Purchena, animado siempre de espíritu de paz, y secundado por
la primera autoridad de Vera, acordaron todos que la citada concordia, conformidad
y hermandad, capítulos, sentencia, amojonamiento hecho sobre ella; que por
ellos en nombre de estas ciudades, vecinos y moradores de ellas quieren guardar
y conseguir tener y mantener la expresada hermandad, capítulos, escrituras,
sentencias y amojonamientos hechos en razón de la nominada hermandad.
Asistieron
a este acto como representantes de la fe pública, D. Pedro Martínez de Salas,
Escribano de Sus Majestades y del Consejo de Vera, y Ginés Escámez que lo era
de Mojácar.
No
terminaron por esto los disgustos; al poco tiempo los iniciaron los mojaqueros,
promoviéndose un pleito ruidoso.
Rudericus
(El Eco de Levante, Garrucha, 9
de enero de 1902)
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