En 1878 el Ayuntamiento de Garrucha compró al médico D. Pedro Grima de los Ríos un terreno situado en el llamado Puertecico de las Escobetas para la construcción del nuevo cementerio que iba a tener el municipio, el tercero en su Historia y el que existe en la actualidad.
La obra estaba prácticamente
concluida hacia el 11 de junio de 1882. A partir de esa fecha las principales
familias de Garrucha comenzaron a levantar sus panteones para guardar el
descanso eterno de sus familias.
En 1885 Don Francisco Berruezo
López construyó su solemne y sobrio panteón de arenisca con fachada de estilo
románico, siendo una de las edificaciones decimonónicas más destacadas del
cementerio en la actualidad.
Fachada del Panteón y detalle de la puerta. |
D. Francisco Berruezo López |
Don Francisco Berruezo López fue
un hombre sumamente culto y profundamente católico, muy devoto de la Virgen
María, por lo que este relieve que mandó tallar en lugar tan preferente de su
panteón está lejos de ser un mero adorno. En las siguientes líneas se tratará
de dar un significado de la simbología que posee.
Como se ve en la imagen siguiente, se trata
de una talla circular de arenisca sobre
la que se representan tres flores de lis y tres azucenas o lirios formando una
estrella de seis puntas en cuyo centro, a su vez, se representa un círculo
interior. Este disco, medallón o roseta recuerda en cierto modo a las estelas
discoidales, aquellos monumentos funerarios de época ancestral.
Detalle del disco de arenisca presente en la puerta del Panteón |
Para una mejor comprensión de la
iconografía religiosa presente, vayamos por partes:
Flores
En la Iglesia Católica, la flor de lis es un símbolo mariano,
de la Virgen María. También se considera una representación de la Santísima Trinidad
donde cada uno de los tres pétalos alude al Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Asimismo, a esta sacra flor se le atribuye una conexión espiritual entre el
Cielo y la Tierra.
Sobre la iconografía mariana de
la flor de lis, puede comentarse lo acontecido en la reconquista de Madrid en
el siglo XI por parte de Alfonso VI de Castilla y León. Cuenta la historia mezclada con la leyenda que, tras la reconquista, corría la noticia de que en
la muralla de la ciudad había una Virgen escondida hacía largo tiempo. El Rey
castellano tuvo noticia de que una mujer llamada María era la única persona
conocida que podía saber sobre el paradero de la talla. Ante los Reyes la mujer
no supo precisar el lugar donde fue ocultada la Virgen, aunque sí comentó que recordaba
perfectamente cómo era. Con la descripción que hizo, la Reina Constanza de
Borgoña ordenó que se elaborara un retrato al óleo de esta Virgen portando una
flor de lis. Esta representación fue la conocida en Madrid como Virgen de la Flor de Lis.
La otra flor representada en el disco
de arenisca es la Azucena. En la
tradición bíblica esta flor también está consagrada a la Virgen María. Es
símbolo de elección, pues como se sabe fue la elegida entre las mujeres de
Israel para engendrar al Hijo de Dios. (“El
arcángel San Gabriel le dijo: No temas, María,
pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz a un hijo,
al que pondrás por nombre Jesús. El será grande, será llamado Hijo del
Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la
estirpe de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin.” Lucas 1 30:34). Esta flor también es símbolo de la
virginidad y pureza de María, así como de la paz, castidad, inocencia, majestad
y gloria. También la Azucena simboliza la
Divina Providencia, el conjunto de acciones que realiza Dios en socorro de los
hombres.
Números y geometría
Como se ha dicho, hay 3 flores de
cada tipo representadas en el medallón. Cabe preguntarse, ¿por qué tres? La simbología religiosa del número tres es innegable y buena prueba
de ello son los siguientes ejemplos: tres es el número de la Santísima Trinidad; tres son los Santos Arcángeles (San
Miguel, San Rafael y San Gabriel); tres fueron los crucificados en el Gólgota;
tres las veces que cayó Cristo en su camino al Calvario; tres constituyen la
Sagrada Familia (Jesús, María y José); tres fueron los Reyes Magos; tres fueron
los discípulos predilectos de Jesús (Pedro, Santiago y Juan); tres son las virtudes teologales (Fe,
Esperanza y Caridad); tres los votos de ingreso en una Congregación religiosa
(Castidad, Obediencia y Pobreza); tres las ciudades destacadas en la vida de
Jesús (Belén, Nazaret y Jerusalén); Cristo murió con 33 años y resucitó al
tercer día, etcétera. Asimismo, el tres es considerado el resultado de la suma
de las fuerzas buenas y malas que rigen el Universo.
La suma tres más tres es seis. El 6 también tiene su significado
religioso. El 6 es el número creador (el hombre fue creado por Dios al sexto
día). Asimismo, seis es el número del trabajo, ya que
Dios en la Creación trabajó seis días. También simboliza la responsabilidad y
la perfección.
La geometría sagrada nace y está
relacionada con el número seis. Como se ve, la distribución geométrica de las
flores describe un hexágono. A este polígono, de gran importancia simbólica que
forma una estrella de seis puntas,
se le llama Estrella de David o Sello de Salomón y expresa la conjunción de dos
opuestos. El triángulo invertido expresa la condición humana y el triángulo
vertical expresa la naturaleza divina. Cuando estos dos triángulos se unen y
forman la estrella, queda representada la unión entre ambas naturalezas.
Círculos
Tapiz románico de la Creación. Gerona. |
En el círculo interior está Dios
y en torno a él, envolviéndolo, está el exterior que representa el mundo; lo
humano con sus pecados, banalidades, intereses, contiendas, tumultos, muertes;
es decir, el desarrollo de la vida mundana. Mientras el círculo exterior gira
en torno al central con toda su agitación humana, el interior describe la paz
del propio Dios.
Una vez explicada la simbología
de las diferentes partes que componen el disco de arenisca, podemos llegar a
entender su significado global: A través de María llegamos a Jesús. Si
nos movemos de fuera hacia dentro, el círculo exterior representa al hombre,
que necesita de la intercesión mariana (representada con las flores entre ambos
círculos) para llegar a Dios, que se encuentra en el círculo interior.
Esta interpretación casa muy bien
con la profunda devoción mariana que profesaba Don Francisco Berruezo López y
que quiso evidenciar en su panteón. Siempre se encomendó a la Madre de Dios
como prueban las oraciones que se conservan de su puño y letra. En una de sus rezos
funerarios decía: “¡Oh Madre de Dios y Señora Mía, Madre de misericordia! A vos llamo
Madre adorada, como fiel y fervoroso devoto vuestro, desde que tuve uso de
razón, como sabéis, hasta este día de mi muerte, recibid mi ánima en vuestras preciosas manos, y no la dejéis hasta
entrarla a la presencia de vuestro adorado Hijo, adonde eternamente le alabe y
os alabe”. Queda clara, según su creencia, la importante intermediación de la Virgen de María para acceder a la Gloria, para que nuestra alma pueda llegar ante Él y disfrutar así de la vida eterna.
Como se sabe, D. Francisco
Berruezo fue uno de los mayores impulsores de la Semana Santa de Garrucha,
quedando para la Historia como uno de los padres fundacionales de la Hermandad
de la Virgen de los Dolores de Garrucha en 1868, cofradía de la que fue un gran
benefactor.
Detalle de la parte superior del Panteón de D. Francisco Berruezo López |
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