Este año 2018 se cumple el
setenta aniversario de la bendición de María Santísima de los Dolores de
Garrucha.
Costeada con esfuerzo por la
Cofradía de Pescadores para restablecer el culto a la Virgen de los Dolores
tras la pérdida de la antigua talla en los tristes sucesos de 1936, la actual imagen, de escultor desconocido, llegó a Garrucha el 19 de marzo de 1948 procedente del establecimiento “Santarrufina y Heras” de Madrid, empresa fundada en 1887 y dedicada a la comercialización de artículos religiosos: orfebrería, imaginería, ornamentos, etc. Aquel día de San José, la apática Garrucha de
posguerra vivió un momento de gran regocijo público. En la puerta del Pósito de
Pescadores, la bellísima Virgen, engalanada con precioso manto y corona, echó
por primera vez su reconfortante mirada al pueblo garruchero, que tan
necesitado estaba en aquellos años de asirse a la Buena Madre. A todos enamoró
la nueva Dolores y desde entonces es venerada con fervor por la devota
Garrucha.
D. Francisco Pérez en su artículo
“Síntesis histórico-artística de la Imagen de la Santísima Virgen de los
Dolores-Garrucha” (1998) hace una excelente descripción de la talla en el que
menciona que «es una imagen de madera de
cedro, de tamaño natural, mide 160 cm, y responde al modelo de imagen mariana
“Stabar Mater”, representando a la Madre de Jesús, en el Calvario, al pie de la
Cruz, triste pero con moderación, llorando, pero sin perder ni un ápice de su
hermosura. Tallado el rostro y manos, con ojos y lágrimas de cristal, y el pelo
tallado en la misma cabeza, recogido graciosamente bajo la nuca, el cuello fino
y elegante como el de un cisne, y las manos bellísimamente separadas, aunque en
un principio según testimonios fotográficos del año 48, las llevó entrelazadas
en el pecho, desconociéndose el motivo del cambio a las actuales en 1950».
Asimismo, comenta Pérez en su escrito que la actual forma de vestirla y presentarla comenzó en 1981 cuando «el rostrillo de puntas se sustituyó por otro de encajes, dejando por primera vez a la vista el cuello de la Virgen, y se ha ido abriendo año tras año sucesivamente, hasta llegar al modo de vestirla tal y como la contemplamos en la actualidad. Saya negra y corpiño con mangas anchas, ceñida a su cuerpo por la cintura, largo manto negro recogido bajo los brazos en graciosos y elegantes pliegues, y rostrillo de blondas o encajes enmarcándole su bello rostro, y cruzándole el pecho sobre el cual descansa el Corazón con los Siete Puñales, o el Puñal de la Pasión, según la ocasión. Ciñen sus sienes una rica corona dorada y rematada por la Santa Cruz, y ostenta en sus ráfagas, estrellas, así como lleva Media Luna dorada a sus pies, respondiendo a la descripción del Apocalipsis de San Juan “una mujer vestida de Sol, coronada de estrellas, y con luna a sus plantas”».
Asimismo, comenta Pérez en su escrito que la actual forma de vestirla y presentarla comenzó en 1981 cuando «el rostrillo de puntas se sustituyó por otro de encajes, dejando por primera vez a la vista el cuello de la Virgen, y se ha ido abriendo año tras año sucesivamente, hasta llegar al modo de vestirla tal y como la contemplamos en la actualidad. Saya negra y corpiño con mangas anchas, ceñida a su cuerpo por la cintura, largo manto negro recogido bajo los brazos en graciosos y elegantes pliegues, y rostrillo de blondas o encajes enmarcándole su bello rostro, y cruzándole el pecho sobre el cual descansa el Corazón con los Siete Puñales, o el Puñal de la Pasión, según la ocasión. Ciñen sus sienes una rica corona dorada y rematada por la Santa Cruz, y ostenta en sus ráfagas, estrellas, así como lleva Media Luna dorada a sus pies, respondiendo a la descripción del Apocalipsis de San Juan “una mujer vestida de Sol, coronada de estrellas, y con luna a sus plantas”».
Paso de Palio de la Virgen de los Dolores en la actualidad. |
Sirvan estas breves líneas como
recordatorio a la efeméride cumplida y en homenaje a María Santísima de los
Dolores en su setenta aniversario, que tanto ha significado, significa y
significará para la familia Berruezo.