D. Francisco Berruezo López. 1864. |
La muerte de D. Manuel Berruezo originó
un vacío de poder entre los unionistas garrucheros, y fueron varios los
candidatos que intentaron hacerse con la jefatura. Sin embargo, el relevo tras
la muerte del patriarca político no fue sencillo, pues añadido a su
fallecimiento vino también la desaparición de la Unión Liberal en 1874 y la
integración de la mayoría de los unionistas, según sus intereses ideológicos,
en los dos grandes partidos dinásticos surgidos en la Restauración Borbónica: el
Liberal Conservador de Cánovas del Castillo y el Liberal Fusionista de Sagasta.
Todo parece indicar que el sucesor
político de don Manuel Berruezo Ayora fue su sobrino, don Francisco Berruezo
López, mano derecha de su tío y que ya con poco más de 30 años se había
convertido en un consagrado y exitoso empresario. Sin embargo, sus adversarios
políticos, tanto correligionarios como oponentes, no le pusieron fácil la
sucesión e intentaron menoscabar la notoria influencia de la Casa Berruezo en
la política garruchera. Probaron la determinación del joven Berruezo, su fortaleza
ahora que ya no estaba la todopoderosa sombra de su tío, y lo que no imaginaban
es que don Francisco Berruezo caminaba con pies de plomo, y que ningún viento,
por fuerte que fuese, podía hacerlo caer, pues si aguerrido fue don Manuel Berruezo
más aún lo fue su sobrino.
Vista panorámica de Garrucha a principios de siglo XX. Fotógrafo: F. de Blain (http://www.portalmanzora.es/a/modules.php?name=coppermine&file=displayimagepopup&pid=6217&fullsize=1) |
En la sesión plenaria del 15 de
junio de 1879 la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Garrucha, presidido
por el conservador don Asensio Fernández Morán, acordó exonerar del cargo de
concejal a don Francisco Berruezo López, Primer Teniente de Alcalde por aquel
entonces. No cuesta imaginar la sonrisa de satisfacción de los conservadores,
al haber eliminado políticamente con este acuerdo a un destacado opositor, y de
traición de sus correligionarios, los liberales, que, promovidos por los
concejales don Miguel Sáez y don Diego León Caparrós, habían consumado de esta
manera la conspiración contra su “amigo”.
D. Miguel Sáez Rodríguez. Hacia 1880
(Extraída de Memoria fotográfica de Garrucha (1838-1936)
La Historia Quieta. Vol. III.
Ed: Ayto. de Garrucha. Autor: Juan Grima.)
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Las discrepancias políticas entre
Sáez y Berruezo parece ser que venían de antes y ya se habían puesto de manifiesto
en un Pleno anterior, celebrado el 1 de junio de 1879, en el que se debatió sobre la incapacidad como
edil de D. Ramón Cervantes Cervantes, concejal electo de Garrucha, ya que éste
no era vecino de la villa sino residente en la misma. En la votación
que se llevó a cabo don Francisco Berruezo votó a favor de su capacitación como
concejal mientras que D. Miguel Sáez lo hizo en contra, junto a 5 de los 9
ediles, por lo que Cervantes quedó incapacitado como concejal.
Don Francisco Berruezo López
quedó atónito ante el acuerdo de exoneración de su persona que había tomado el Ayuntamiento y
procedió a actuar, pues como él dijo: “Preciso
es por decoro defenderse”. Al día siguiente, 16 de junio, remitió a la Excma.
Comisión Provincial de Almería el oportuno recurso de agravios para que el mencionado
acuerdo no prosperase y fuese revocado; como él mismo diría: “Aparte de la improcedencia del acuerdo en
su fondo, resulta en él con marcadísimo tinte de apasionamiento la
irregularidad en la forma, pues para declarar la pérdida del cargo se da por
supuesta una dimisión que hoy no existe”.
A esta traición política se va a
unir la pérdida de un gran apoyo político para él, pues dicho día 16 murió su suegro, don Bernardo Gerez Soler, viejo
político liberal y concejal en el momento de su fallecimiento, que había sido
Alcalde en 1873 y uno de los padres fundadores de Garrucha, junto a don Manuel
Berruezo Ayora, en 1861.
Pese a todo, D. Francisco Berruezo
no se amilanó y prosiguió con su defensa política. Él
mismo llegó a pensar, tratando de entender la conspiración, si tal felonía “¿será que habrá faltado a la idea de
confianza que debe a sus colegas, o que no llena la alta misión que le está
encomendada? Y si esto no es así, ¿de dónde ahora ese espíritu de justicia por
atender esa incapacidad? ¿Cómo, pues, quienes tan celosos se muestran, no ven
la viga en sus ojos para encontrar la mota en el ajeno, toda vez que el
iniciador D. Miguel Sáez Rodríguez es Estanquero, y lo es también D. Diego León
Caparrós? ”, como expuso en su escrito.
Aunque no se ha podido seguir
documentalmente cómo acabaron estos hechos de manera concreta, pues el Archivo Municipal de Garrucha está en proceso de recuperación y catalogación, parece lógico
pensar que D. Francisco Berruezo López logró imponerse a sus "conspiradores" y su
forzada dimisión quedó en suspenso, ya que durante los años siguientes siguió
siendo concejal, regidor síndico e incluso Alcalde de Garrucha de 1887 a 1889.
Sin lugar a dudas, a finales del
siglo XIX y principios del siglo XX el peso político de don Francisco Berruezo
en Garrucha fue muy importante, siendo
uno de los más firmes pilares locales sobre los que se asentaron Diputados liberales como Anglada o Barcia. Con los años, Berruezo avanzaría ideológicamente hacia un
republicanismo posibilista, llegando a ostentar la jefatura de los republicanos. Asimismo, fue uno de los mayores apoyos de su hijo D.
Pedro Berruezo Gerez como Alcalde de Garrucha largos años en el primer tercio
del siglo XX.