martes, 13 de octubre de 2015

D. Pedro Berruezo Soler (1805-1878). Parte III



Con el inicio del gobierno progresista en España en 1854 se iniciaron también en Garrucha los movimientos independentistas de manos de destacadas familias de ideología liberal como los Berruezo, Orozco, Gerez… asentadas allí y que poseían altos intereses económicos en esta pedanía de Vera.

El aumento de población y del comercio, y la cada vez más incipiente minería de la región hizo que las importantes familias asentadas en Garrucha promovieran su segregación respecto de Vera. Una de las más destacadas que participó activamente en la consecución de la ardua y difícil tarea de la segregación fue la familia Berruezo. Supieron ver en Garrucha el futuro importante enclave geoestratégico comercial en que se iba a convertir en los años venideros al excelente ritmo de la industria minera y no dudaron en promover su constitución como municipio independiente.

Isabel II, Reina de España, concedió
la independencia de Garrucha
La lucha por constituir Garrucha como municipio independiente no fue fácil. Pese a haber obtenido la independencia respecto de Vera mediante la Real Orden de 16 de marzo de 1858 firmado por Isabel II, los veratenses pelearon ferozmente enviando comisiones a Madrid para frenar la inercia secesionista, que estaba provocando que no sólo Garrucha sino también otra pedanía, Pulpí, al compás independentista de los garrucheros solicitara la emancipación.

Vera creó una campaña de descrédito sobre Garrucha y sus prohombres en diversos periódicos y misivas dirigidas al Ministro de Gobernación y al Gobernador Civil de Almería. De nada sirvieron las gestiones que hizo Vera, tan sólo para frenar dos años lo que ya era irreversible.

Entre tanto, el Gobernador nombró Alcalde Pedáneo de Garrucha a Don Pedro Berruezo Soler el 3 de enero de 1859. Estuvo en el cargo hasta que en junio de ese mismo año cesó como consecuencia de haber sido nombrado Contador de la Aduana de Garrucha.

Finalmente, la orden del Gobernador Provincial de 23 de diciembre de 1860 obligaba a cumplir la Real Orden de 16 de marzo de 1858 y comunicaba al Ayuntamiento de Vera que colaborase con el de la naciente Garrucha para la demarcación jurisdiccional. Como era de esperar, a Vera no le quedó otra que aceptar la segregación, pero no pondrá fácil ceder un palmo de su todavía considerado territorio.

Garrucha nació como municipio independiente el 1 de enero de 1861, como así se recoge en el Acta de Constitución de su primer Ayuntamiento:

En la población de Garrucha, a primero de enero de mil ochocientos sesenta y uno, siendo las diez de su mañana, se reunieron en las salas donde provisionalmente se han de celebrar las sesiones, los Sres. Don Tomás Latorre, Alcalde Pedáneo de ésta, Don Manuel Berruezo y Don José Laguna, Don Pedro Berruezo Soler, Don Bernardo Gerez Soler, Don Andrés Cervantes Quesada, Don Alfonso Cervantes Quesada y Don Felipe Rodríguez Clemente, que han sido nombrados por el Señor Gobernador Civil de esta provincia para componer el Ayuntamiento que ha de principiar a funcionar en este día, mediante la Real Gracia concedida por S.M. la Reina Doña Isabel II (Q.D.G.) para segregar a este pueblo de su matriz Vera, accediendo así a los deseos de este vecindario, todo lo cual aparece del oficio de aquella Superior Autoridad, de 23 de Diciembre último, que se pone de manifiesto, y de los nombramientos especiales, de fecha del 22 para Alcalde y Teniente que también exhibieron los Señores que han merecido este honor Don Manuel Berruezo y Don José Laguna. En su mérito, el Señor Alcalde Pedáneo, en acatamiento de la orden del Sr. Gobernador, que está de manifiesto y en la que se ordena que desde este día ha de funcionar la Municipalidad nombrada, visto el art. 46 del Reglamento para la ejecución de la Ley vigente de Ayuntamientos, por el que se dispone que el Alcalde entrante preste el juramento en manos del saliente. Considerando que en este pueblo la única autoridad local que existe es el repetido Sr. Alcalde Pedáneo, que debe cesar en sus funciones y en obedecimiento así mismo a la invitación oficial que se le ha pasado para llenar aquella formalidad, dicho Señor Alcalde Pedáneo recibió el oportuno juramento al nombrado para el presente año, Sr. Don Manuel Berruezo, quien lo prestó en manos de aquel, jurando por Dios y los Santos Evangelios guardar y hacer guardar la Constitución de la Monarquía y las leyes, ser fiel a S.M. Doña Isabel II y conducirse bien y lealmente en el desempeño de su cargo.
Acto seguido, el Sr. Alcalde juramentado exigió del Sr. Teniente y Regidores Don José Laguna, Don Pedro Berruezo, Don Bernardo Gerez, Don Tomás Latorre, Don Andrés Cervantes, Don Alfonso Cervantes y Don Felipe Rodríguez, el correspondiente juramento, que fueron prestando en manos de su merced, bajo la misma fórmula ya expresada, verificando lo cual, el inducido Sr. Alcalde, en alta voz y en justa observancia de la Ley y órdenes superiores, declaró constituido el Ayuntamiento interino de este pueblo.
Esto así verificado, la corporación acordó consignar en este Acta, un voto público y solemne a gratitud a nuestra Augusta Soberana Doña Isabel II (Q.D.G.) y a su Ilustrado Gobierno, por la concesión que ha tenido la dignación de otorgar a este pueblo, segregándolo de la Ciudad de Vera, y al Sr. Gobernador de la provincia por la parte que le ha cabido poniendo en ejecución el Real mandato: que se anuncie este acto al vecindario para su conocimiento y que participe de la grata emoción de que este Municipio se haya poseído por ser un acontecimiento que ha de producir infinitos bienes a este pueblo, tanto en el desarrollo de sus intereses materiales, cuanto en el de su razón moral y religiosa.
Que con rectificación de este Acta, se participe al Sr. Gobernador el cumplimiento de su superiores disposiciones; y por último nombrar como secretario interino, para que Certifique, a Don Bernardo Gerez Soler, uno de los Regidores de esta municipalidad, por no tener, al presente, en este pueblo otra persona apta para el desempeño de este cargo.
Y lo firman los Señores presentes, de que yo el Secretario interino que acepto, certifico.
Manuel Berruezo, Tomás Latorre, José Laguna, Pedro Berruezo, Andrés Cervantes, Alfonso Cervantes, Felipe Rodríguez.
Fui presente, Bernardo Gerez, Regidor Secretario. Todos rubricados.
(Actas Capitulares. Sesión 1 de enero de 1861. Archivo Municipal de Garrucha)
Como se deja ver en el Acta de Constitución, Don Manuel Berruezo Ayora fue designado Alcalde del Primer Ayuntamiento de Garrucha y Don Pedro Berruezo Soler, Regidor. Tras la proclamación del gobierno municipal, exhortó el Alcalde: "Que se anuncie este acto al vecindario para su conocimiento y que participe de la grata emoción de que este municipio se haya poseído, por ser un acontecimiento que va a producir infinitos bienes a este pueblo".

Si difícil fue constituir el municipio como independiente, no menos complicado fue el inicio de la andadura de Garrucha en solitario. Aquel primer equipo de gobierno tuvo que enfrentarse en aquellos primeros años, con su mayor empaque, al desprecio continuo por parte de los veratenses, que no querían aceptar la secesión, y en parte con los mojaqueros, que pleitearon durante siglos con Vera por la soberanía de Garrucha y siempre soñaron con apoderarse de ella. Incluso tuvieron que lidiar en esos primeros momentos de emancipación con una pequeña facción de vecinos de Garrucha reacios al cambio y que abogaban por volver a Vera, su matriz.

Vista panorámica de Garrucha a finales del siglo XIX. Fotógrafo: F. de Blain

El primer equipo de Gobierno, que estuvo en el poder hasta 1863, ha sido considerado por la historiografía clásica como el mejor que ha tenido Garrucha en su Historia. Bajo su mandato la villa fue dotada de Municipalidad Independiente, Administración de Aduanas y Rentas Estancadas, Ayundantía de Marina, Sanidad Marítima, Compañía de Carabineros del Reino, Intervención de Minas, Feria, la Fundición de plomos San Jacinto, médico titular, notario público y viceconsulados inglés y francés, que facilitó la llegada de capital extranjero para la revitalización de la industria y el comercio que tanto benefició a Garrucha. Además se aprobó la construcción del Ayuntamiento, cárcel y Escuela de Instrucción.

En el libro de 1921 Historia de Garrucha, páginas 82 y 83, sus autores resaltaron la total entrega al pueblo por parte de la Municipalidad: “El primer Ayuntamiento de Garrucha demostró una actividad y un interés laudable en todo lo que podía ser beneficioso a la población… En resumen: aquel primer Ayuntamiento de Garrucha hizo por la población en un año más que todos los que le han seguido hasta nuestra época, demostrando verdadero cariño al pueblo y una voluntad firme y decidida de trabajar por su bien; ejemplo que debieran imitar todos los ciudadanos… He aquí la obra de unos cuantos patriotas.”

De manera similar a lo expuesto en el párrafo anterior, ya se había pronunciado el 12 de enero de 1901 el periódico garruchero El Eco de Levante en el artículo Garrucha en el siglo XIX, donde se puede leer: “Aquella primera Administración Municipal no pudo ser más recta y más conveniente a los intereses locales en aquel primer año de emancipación, se instituyó la Feria que anualmente se celebra desde entonces y se dio principio al fomento de la localidad bajo la importancia de aquellos importantísimos hombres de negocios cuyo norte consistía en mejorar y hacer que progresase Garrucha en todo aquello que una bien entendida administración económico-social y de Justicia reclama”. 

Alegoría de la I República Española
Años más tarde, Don Pedro Berruezo Soler fue Alcalde de Garrucha de 1873 a 1874, quedando para la Historia del municipio como el último de la turbulenta y caótica I República Española. Uno de los hechos más reseñables que ocurrieron durante su mandato fue la invasión de Garrucha por parte de las tropas cantonalistas de Cartagena en octubre de 1873. Su actuación ante los invasores evitó males mayores. (Ver: Los Cantonalistas de Cartagena en Garrucha en 1873)

La Garrucha de la década de 1870 consolidaba su emancipación con un progresivo auge demográfico y económico, como consecuencia del gran comercio que generaba. Bullía el trabajo en su rada y anualmente arribaban centenares de buques mercantes y de pasajeros. Asimismo, la villa se transformó en un municipio muy cosmopolita y atractivo con la llegada continua de acaudalados inversores españoles y extranjeros. Fue lugar de veraneo de toda la élite social del levante almeriense y punto de encuentro de buena parte de la intelectualidad de Almería. Se implantaron diversas casas consulares, como por ejemplo, las de Alemania, Austria-Hungría, Francia, Grecia, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Portugal, Noruega, Uruguay y Perú. En definitiva, se convirtió en La Pequeña San Sebastián, como fue conocida en su época.

[Continuará]

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