Don Simón Fuentes Caparrós nació
el 1 de diciembre de 1857 en Carboneras (Almería). Era hijo de D. José de
Fuentes Ruiz (Alcalde y Juez municipal de Carboneras) y Dña. Juana Caparrós Soto.
Criado en el seno de una familia
de comerciantes, vinculados principalmente al esparto, cursó sus estudios en el
Instituto de Segunda Enseñanza de Almería (1869-1873) y en el de Lorca
(1873-1874), obteniendo el grado de Bachiller en este último.
Hacia 1880 debió llegar a
Garrucha procedente de Carboneras, junto a otros familiares, movido seguramente
por la fama de la rada de este municipio levantino como puerto principal
exportador de la riqueza minera y agrícola de la comarca del Bajo Almanzora.
Sin lugar a dudas, era el mejor sitio para incrementar y expandir el negocio
familiar del esparto.
En aquel tiempo pretérito donde
la familia Fuentes era todavía una forastera en Garrucha, un joven don Simón no
tardó en entablar amistad con los Berruezo. La familia Berruezo era una de las
más importantes del municipio en aquellos esplendorosos años para la villa; asentada
en Garrucha desde principios de 1840 como destacados comerciantes e
industriales, había sido una de las fundadoras del municipio en 1861 (el Primer
Alcalde fue Don Manuel Berruezo Ayora) y mantenía desde entonces una gran preponderancia
en la política, la economía y la cultura local. En este sentido conviene
recordar que cuando llegaron los Fuentes en los años 80 del siglo XIX, el
Ayuntamiento de Garrucha estaba presidido por los Berruezo: D. Juan Francisco
Berruezo Torres y D. Francisco Berruezo López fueron Alcaldes de la villa en
esa década. Asimismo, la importante Aduana y Rentas Estancadas de Garrucha
llevaban el sello familiar al estar al frente de estos cargos estatales de
Hacienda D. José Segura Berruezo y, anteriormente, D. Pedro Berruezo Soler. Y
en el aspecto cultural, los Berruezo se habían destacado como promotores y
custodios de las tradiciones populares, y fueron grandes impulsores de la
Semana Santa de Garrucha. (Ver: Los Berruezo, una saga de Alcaldes, Los Berruezo y la Semana Santa de Garrucha, Los Berruezo y la Iglesia Parroquial de Garrucha)
D. Francisco Berruezo López. Hacia 1900 Col. José Berruezo García |
Particularmente, D. Simón Fuentes
buscó acercarse a D. Francisco Berruezo López. Cabe preguntarse entonces, ¿por
qué hacia él? Bien sencillo. Don Francisco Berruezo tenía un carácter afable y
era uno de los comerciantes, industriales, propietarios e inversores mineros
más potentes que había en ese momento en Garrucha, siendo el máximo contribuyente
de clase mercantil, industrial y territorial del municipio. Además, tenía un
gran peso político, era Vicecónsul de Portugal y tenía un reconocido prestigio
social, más aún a partir del nombramiento de Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica que le otorgó Alfonso
XII en 1885. A todo se unía algo interesante para el soltero don Simón y es que
don Francisco Berruezo tenía dos hijas casaderas.
Tal fue la cercanía y buena
sintonía entre ambas familias que pronto don Simón se prendó de las hijas de D.
Francisco Berruezo López. Así pues, cortejó a la hija mayor, Dña. María Berruezo
Gerez, pero el amor no prendió en ellos, lo que sí ocurrió con su hermana Dña.
Concha Berruezo. El matrimonio se celebró en Garrucha el 11 de enero de 1888,
siendo testigos del enlace D. Juan Francisco Berruezo Torres y D. Asensio
Fernández Morán. Fruto de este enlace nacerían 6 hijos: D. Francisco, Dña.
Juana, Dña. María, D. José, Dña. Catina y Dña.
Concha Fuentes Berruezo.
Así describió el periódico La Crónica Meridional (Almería, 12/6/1884) la participación de Doña Concha Berruezo, a la edad de 15 años, en la Velada Musical celebrada en Vera el 1 de junio de 1884. |
Familia Fuentes Berruezo. Hacia 1915. (Extraída del libro Memoria Fotográfica de Garrucha (1838-1936). La Historia Quieta. Vol. III) |
A partir de ese momento, Don Simón formó parte de la familia Berruezo y de la mano de su ahora suegro se introdujo en las esferas de poder local, entre los prohombres del municipio, lo que le llevó a acomodarse de manera plena en la alta sociedad de Garrucha.
A nivel político, Don Simón
Fuentes se adhirió firmemente a las políticas de tendencia reformista y
regeneracionista que desarrollaron los Berruezo en Garrucha a finales del siglo
XIX y principios del siglo XX. Se alineó en torno a la figura de su suegro y apoyó
durante toda su vida a su cuñado y buen amigo, Don Pedro Berruezo Gerez, como
Alcalde del municipio durante los largos años que estuvo al frente de la
Corporación Municipal. Con el devenir de los años, el industrial carbonero se
convirtió en un personaje muy influyente en la política garruchera, destacando
la especial amistad que mantuvo con D. Augusto Barcia, Diputado a Cortes por el
distrito de Vera en varias ocasiones.
En el ámbito profesional, don Simón
Fuentes Caparrós progresó enormemente como hombre de negocios desde su llegada
a Garrucha, convirtiéndose en la primera mitad del siglo XX en uno de los
principales capitales del levante almeriense. Se sabe que fue banquero de 1904
hasta su muerte y que ejerció la Administración Subalterna de Tabacos. Además,
su Casa Comercial, gestionada por su primo D. José Fuentes en un primer momento
y posteriormente por su yerno, D. José Sanchez-Sicilia, supo encumbrarse
económicamente con la exportación del esparto, con destino principal al Reino
Unido.
Sin lugar a dudas, los Fuentes vivieron su época dorada a partir de 1914, donde marcaron una diferencia significativa respecto a otras Casas Comerciales, ya que tras la paralización minera como consecuencia de la Primera Guerra Mundial muchas de las acaudaladas familias de la región, dependientes en gran medida de los beneficios que concedía la minería, vieron disminuidas sus ingresos sustancialmente, mientras que los Fuentes con su esparto se mantuvieron en las tres décadas siguientes.
Sin lugar a dudas, los Fuentes vivieron su época dorada a partir de 1914, donde marcaron una diferencia significativa respecto a otras Casas Comerciales, ya que tras la paralización minera como consecuencia de la Primera Guerra Mundial muchas de las acaudaladas familias de la región, dependientes en gran medida de los beneficios que concedía la minería, vieron disminuidas sus ingresos sustancialmente, mientras que los Fuentes con su esparto se mantuvieron en las tres décadas siguientes.
En el aspecto minero, don Simón
Fuentes no fue ajeno a este lucrativo negocio que, desde el descubrimiento de
los filones de plomo argentífero en Sierra Almagrera en 1838, estaba generando
grandes beneficios a aquellos que tenían la capacidad económica para
desarrollarse en este sector. Seguramente su mentor en este asunto
debió ser su suegro D. Francisco Berruezo López, uno de los inversores mineros
más importantes y respetados del levante almeriense en su época. Así pues, se
tiene constancia de diversas minas registradas por D. Simón Fuentes en
Carboneras y Mojácar: La Fontanilla (1908), Chavarito (1908), La Fontana
(1908), San José (1908), El agualid (1908), El Muluya (1910)… Se sabe también
que desde principios del siglo XX y hasta aproximadamente la Gran Guerra, los
Fuentes exportaban desde Garrucha mineral de hierro y yeso a través de la
compañía “José de Fuentes en
Liquidación”.
Casa del matrimonio Fuentes-Berruezo en la actualidad |
Por otro lado, y como curiosidad,
la única casa señorial que todavía se conserva en Garrucha es precisamente la
que fue del matrimonio de D. Simón Fuentes y Dña. Concha Berruezo. Esa casa, que se encuentra en la actual
Plaza Pedro Gea, era una de las varias propiedades que tenía D. Francisco
Berruezo López en la dicha Plaza y que don Simón compró a su suegro en 1907. En
esta vivienda se hospedaron diversas personalidades de la Historia de España
como Kindelan o Barcia.
Asimismo, en ese año de 1907 fue nombrado el rico industrial del esparto Vicecónsul de Noruega, un aspecto poco conocido y estudiado de su biografía.
Asimismo, en ese año de 1907 fue nombrado el rico industrial del esparto Vicecónsul de Noruega, un aspecto poco conocido y estudiado de su biografía.
Finalmente, don Simón Fuentes
Caparrós falleció en su cortijo de “El Algarrobico” (Carboneras) el 7 de julio
de 1934, a la edad de 76 años. Atrás quedaba ya la vida de este polifacético
hombre de negocios, que llegó a ser conocido como “El Rey del Esparto”. Aunque
murió en Carboneras, fue tan estrecha su relación con la familia Berruezo y su
vinculación a Garrucha, donde era muy querido, que su cuerpo, por deseo de su
esposa, fue trasladado y enterrado en el Panteón que mandó construir en
Garrucha, para la familia Berruezo, su muy querido y respetado suegro don
Francisco Berruezo López en 1885.
Esquela publicada en el Diario de Almería (8/7/1934) |