Cabecera de El Eco de Levante (Garrucha, 12 de enero de 1901) |
La edición del periódico
garruchero El Eco de Levante del 12
de enero de 1901 fue especial, ya que era el primer número del naciente siglo
XX. Para celebrar tal efeméride, se publicó un ejemplar extenso de nueve
páginas, cuando lo normal eran sólo cuatro. En este histórico número
colaboraron diversas personalidades de la vida social de Garrucha elaborando
artículos relativos a la venida del nuevo siglo. Algunas de estas personas
fueron: D. Juan Francisco Berruezo Torres, D. Jorge Clifton Pecket, D. Bartolomé
Lasala, D. José Jesús García Gómez, D. Pedro Cervantes Salas…
Como era obvio, la redacción de El Eco de Levante también hizo lo
propio. Así, el director D. José Bueno y los redactores D. Pedro Gea, D.
Antonio Lacal y D. Bernardo Berruezo publicaron bellos y curiosos escritos conmemorando
la muerte del siglo XIX y el nacimiento del XX.
Digno de reproducir serían cada
uno de estos artículos, pero como el objetivo principal de este blog es la
difusión de la familia Berruezo, se transcribe en esta ocasión el que tributó el conocido y
popular periodista garruchero Don Bernardo Berruezo Gerez. (El que redactó D.
Juan Francisco Berruezo Torres puede verse en: Garrucha en el siglo XIX, por Berruezo Torres)
POR FIN
Sí, señores, por fin acabó el siglo XIX, llamado de las luces, a pesar de que por esta tierra hemos permanecido entre tinieblas.
Yo no he conocido nada más que la vejez del pasado siglo, y comprendo que si viejo era tan perverso, ¡qué haría en la época de sus travesuras! Sus últimos años no han podido ser más desastrosos, sin duda porque el viejo ladino estaba ya chiflado, y todo eran desatinos.
Quizá sea exagerado juzgando a los cien años que terminaron hace pocos días. Pero “cada uno habla de la feria según le va en ella”, y si el vecindario de Villajoyosa se muestra muy agradecido a la despedida que le ha hecho el difunto siglo, yo en cambio, tengo que alegrarme de su fin, porque ya agonizante, en sus últimos veinte días, por poco me lleva con él, el muy bribón, en vez de dejarme un premio de la Lotería para que honrara su muerte.
Ya ha tomado posesión el siglo XX. ¿Qué nos traerá?
¡Quién es capaz de adivinarlo! ¡Métase V. a profetizar lo que pasará en mil doscientos meses!
A falta de esto, cada cual propone cómo debe ser la vida, cómo deben ser las leyes, etc. etc. en el nuevo siglo, y no han faltado hombres de “talla” que hasta han llevado algunas reformas de innegable importancia, como sucede con las nuevas esferas de los relojes que ha “creado” el Sr. Dato.
Yo también me creo con derecho a opinar del modo que el “joven centenario” llegaría a ser un perfecto caballero y una persona decente. Y como ese derecho me lo tomo, si no me lo dan, atiéndame el “nene”, y tome en consideración estos consejos, que al fin y al cabo no son desatinados y pueden hacerle simpático y otras muchas cosas contrarias a lo que fue su antecesor.
«Tu primera y principal misión debe ser hacer que inmediatamente se construya el ferrocarril de Lorca a Almería. Una vez comenzada tu vida con tan hermosa y redentora obra, seguirás tu campaña de regeneración inutilizando políticos de la clase que creó tu papá (q.e.p.d.); siembra con buena mano la paz en el seno de esta desdichada nación; extirpa la reacción que ya asoma su dañina forma; establece la deseada Unión Hispano-Americana y que se abracen los hermanos tanto tiempo distanciados; publica con fe las virtudes que llevan consigo la Igualdad, la Libertad y la Fraternidad, y no dejes de vigilar lo del casamiento de la Princesa con el de Caserta, por si conviene apadrinarlo o impedirlo, sin olvidar que esto puede guardar mucha relación con lo de la paz en el seno de España.»
«¡Ah!, que no olvides dedicar una rato a eso de la reconstitución de la Marina, y con las colonias que nos quedan puedes hacer por mi parte lo que mejor te parezca.»
«Si tu tierno corazón no te permite maltratar con azotes a los políticos de oficio para hacerles desaparecer, mándalos a nuestra nuevas posesiones de África, y que instalen allí fábricas de presupuestos, que si les salen tan refinados y perfectos como lo que aquí han hecho se los pagarán bien las Naciones extranjeras.»
«Debuta en esa forma, y no temas a las malas lenguas, que se previenen contra ti, porque has nacido en martes. Esa es una superstición legada por el papá, y por ende descabellada.»
¡Lo grave habría sido que empezaras en 13!
Bernardo Berruezo
(El Eco de Levante, Garrucha, 12 de enero de 1901)
D. Bernardo Berruezo Gerez Col. José Berruezo García Cortesía Juan Antonio García Berruezo |
El artículo de Don Bernardo destila regeneracionismo, como era de esperar por su pensamiento y contexto histórico.
Conviene recordar que tenía 26 años cuando lo escribió y ya era uno de los
políticos y periodistas jóvenes más prometedores del municipio. Caudillo del regeneracionismo garruchero, puso su
pluma al servicio de la defensa de las causas sociales y económicas redentoras del
levante almeriense, desde una ideología republicana. Porque como ya se ha
mencionado en otras ocasiones, creía que sólo a través de la República podría
redimirse la Patria tras el Desastre del 98.
En su simpático escrito hace una
mención sarcástica del siglo XIX, donde España fue desangrada sucesivamente por
la Guerra de la Independencia, las Guerras de Emancipación Americanas, las Tres
Guerra Carlistas, la Guerra de los Diez Años, la Guerra Cantonal… y la fatídica
y desastrosa Guerra de Cuba de 1898, que tanto conmocionó a la sociedad española.
Como buen regeneracionista, D.
Bernardo Berruezo, solicita al nuevo siglo la realización de la gran obra
redentora del levante almeriense: la construcción del ansiado ferrocarril de
Lorca a Almería. Además, le pide a la naciente centuria que haya paz en España,
que libre a la nación de los malos políticos, que permita el progreso conteniendo
la reacción, que la Patria sea un país de iguales, libres y fraternos, que se
produzca la unión de España con los países hispanoamericanos, ya que buena
parte de la esencia de la Nación Española reside también en sus hermanos
americanos. Sin América no se entiende España ni España se entiende sin
América. Como dijo Valle Inclán: España
no está aquí, está en América, o como comentó en el mismo sentido García
Lorca: El español que no ha estado en
América no sabe qué es España. Tampoco se olvida Berruezo en su artículo de
la reconstrucción de la Armada Española tras el Desastre del 98.
Sin lugar a dudas, aquellos
prohombres de principios del siglo XX, comprometidos con la regeneración, tenían
una fuerte esperanza en que la nueva centuria traería consigo el desarrollo y
progreso de España, en general, y de Garrucha, en particular.
Como suele decirse, la esperanza es lo último
que se pierde, pero a la vista de nuestros ojos y del tiempo transcurrido, ya sabemos que Garrucha sufrió un duro y cruel siglo XX. El municipio padeció un gran retroceso económico y demográfico que lo dejó prácticamente irreconocible, si lo comparamos con su esplendor en el último tercio del siglo XIX. Además, conocido es lo que deparó al país y a Europa buena parte del siglo XX: Sangre, sudor y
lágrimas.